Capítulo 24 | Doppelgänger

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Día 5

La mano de la entidad más detestable y retorcida de la existencia estaba postrada en mi rostro, apoyándolo contra el suelo mientras mi cuerpo permanecía inerte en el tejado del hospital, era incomodo verlo reír desquiciadamente desde abajo, esto parecía como si yo estuviese descendiendo poco a poco al lugar donde el fuego de los desquiciados como él domina, el propio infierno.

- Dipper Pines, ¿Lo que has logrado en cuatro días es suficiente para ti? ¿Tus movimientos han sido los mejores?- Exclamó la representación humana de Bill, quien me miraba por debajo del hombro al hablarme.

- Estoy haciendo lo que puedo permitirme y creo estar ganando bajo tu propio juego- Seguía paralizado en el piso gracias a su magia, aunque aún podía defender mi dignidad con palabras.

- ¿Mi propio juego? Sabes, sobre esto hay algo interesante- Mientras seguía él en cuclillas, tomó mi mano del tatuaje, deslizando dos dedos sobre ella- Tú solo piensas que estas ganando contra el tiempo pero la confianza del hombre es su completa ruina, el error del protagonista es pensar que no existen más personajes relevantes en la historia. - Dejó caer mi mano en el suelo en lo que nuevamente me daba la espalda al alejarse y mirar el cielo- Al parecer todo está a tú favor pero yo no soy lo suficientemente amable para que las cosas sean así, el dueño de tu suerte soy yo bajo mi contrato.

- ¡No me interesa escuchar tus tonterías Bill! ¡Solo me interesa salvar a mis padres en este momento y salvar a Pacífica! ¡Odio admitirlo pero tú tienes el jodido poder para salvarlos! -Chillé al conseguir levantarme poco a poco por mi voluntad, la magia de Bill había perdido fuerza en mí.

- Es tiempo de negociar una nueva condición, evitar la muerte de tus padres fue obra mía así que debes darme algo a cambio, algo que realmente quiero, o sino...

- ¡No sigas maldito déspota! ¡Solo dime la condición y terminaremos con esto!- No quería escuchar una palabra más de la boca de Bill así que no había mejor manera que ir directo al grano, aún si tengo que solventar sus caprichos.

- Ambiciono tú cuerpo, sé mi marioneta y todos ganaremos. - Bill comenzaba a desfigurar su existencia, amoldarse y volver su rostro como el mío, por unos instantes me vi claramente en él.

Sin pensarlo mucho, no tuve más remedio, no puedo hacer más, esas dos vidas estaban bajo una decisión mía, ¿Qué hubieran elegido ustedes?

- Ten, ¿Es suficiente? - Extendí mi brazo él cual él tomó con una sonrisa de oreja a oreja, yo parecía haber encontrado mi doppelganger, y creo que todos sabemos la suerte que eso significa para quien lo haga.

- Por ahora lo es, ya habrá tiempo para un último contrato, Pines. - Como si fuese humo su presencia fue llevada por el viento y así él desapareció de mi vista en un abrir y cerrar de ojos.

Sin medir palabras conmigo mismo, tuve la necesidad de ir al baño del hospital a refrescarme un poco la cara, no he descansado lo suficiente estas últimas horas y mis acciones no eran las mejores que digamos, froté mi rostro con mis palmas mojadas mientras me miraba como un desquiciado frente al espejo, allí fue cuando por inercia pude hablar conmigo mismo, mirándome de frente.

- Bill, en la vida nada me ha hecho enojar como esto. - Mi expresión en el reflejo del espejo comenzó a cambiar, empezando por una sonrisa y terminando en una extraña coloración verde en mis ojos, sin duda alguna ese era ahora yo.

- Yo no estaría tan seguro de esto, no has visto lo suficiente. - Escuché, lo cual fue lo suficiente para soltar un puñetazo que estrellaría el espejo y desfigurar la figura de ese demonio, también así mi mano derecha, la cual no paraba de sangrar por los pedazos del cristal.

Luego de atender mi mano con una venda que compré en la farmacia, fui a con el doctor de mis padres para conocer alguna novedad en el pronóstico, él me habló sobre su aparente progreso y que próximamente despertarían, quería quedarme pero mi misión ahora era acabar con lo propuesto por Bill, jugar su juego era la única manera de salir de todo esto.

Sonará como si fuese un despreciable hijo pero sabía que ellos estarían bien gracias al contrato que acepté, así que después de hablar con el doctor e inventar una excusa creíble tomé de vuelta las horas de carretera hacia Oregon, especialmente hacia el Hotel Doub, llegando en la noche allí donde continuaba mi misión con las ultimas de mis energías.

Tomando mi celular después de tantos problemas le comuniqué a Mabel sobre la condición de mis padres e intenté hablar con Pacifica por llamada pero antes del viaje, durante y después...

Nunca respondió.

- ¿Estará durmiendo?- Mis pensamientos iban acompañados de malos presentimientos, increíblemente el aire que respiraba después de todo se sentía diferente, pesado en realidad.

Llegué a las instalaciones del Hotel el cual parecía estar raro para lo poco que yo conocía de él, en la recepción esperaba toparme con el anciano pero en realidad solo estaba una chica, se sentía el silencio que nunca sentí en mi estadía aquí, ¿Había pasado algo? Sin pensar de más caminé hasta la habitación que compartía con Pacífica y me topé con la más extraña de las circunstancias. Al abrir la puerta con la tarjeta que ella me dio me di cuenta de una sorpresa, no había nada de ella, solo uno de los dos bolsos que había yo traído como equipaje.

- ¿Ella se fue y no me dijo nada? - Revise mi celular mientras me dormitaba por las malas horas de cansancio que tenía encima, no conseguí ningún rastro de mensajes o llamadas de su número por más que buscaba, intenté llamarla nuevamente pero nada, ya había intentado unas veinte veces después de llegar sin respuesta en alguna de ellas.

Me dejé caer sentado en la orilla de la cama mientras recibía lo que quedaba del olor de su perfume en la habitación mientras meditaba en soledad, en oscuridad y solo acompañado con el sonido de la consola de aire.

- Estoy tan agotado que no puedo pensar con claridad, dios. - En ese momento de exclamación en mi cerebro comenzaron a resonar las boberías soltadas por el desquiciado de Bill, cada una de ellas recobrando un poco de sentido hasta que perdiendo mi vista en la lejanía logré ver algo extraño, frente a mí estaba aquella botella de Whiskey la cual parecía pisar algo.

- No tengo ni idea de lo que pasó pero ese papel no estaba ahí.

Lo tomé y al leerlo sentí como se estremecía un mundo de problemas por dentro de mí, tenía tantas preguntas y nadie me daba respuestas, lo que estaba escrito allí me desesperó completamente, tanto que mi cerebro ya no quería lo mismo que quería mi cuerpo, mi cuerpo quería recuperarse pero mi mente necesitaba respuestas antes de enloquecer.

No

Tengo que seguir mi búsqueda.

"Gracias por jugar a ser mi asistente pero esto tuvo que acabar por tu propio bien, no me busques más Dipper Pines."

Dipcifica | La maldición de Pacifica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora