❝ 06 ❞

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Después de lo sucedido de ayer, JungKook comenzó a sentirse algo extraño.

Y la razón era una pequeña personita que se la pasaba apegado a él como una garrapata. Se sentía mal por todo lo que había pasado y le llegó una pizca de querer proteger a TaeHyung para que no pasara por lo mismo.

El máximo problema aquí era que el reloj apenas iba a marcar las siete de la mañana cuando él ya estaba de nuevo en su trabajo, tenaí que arreglar todo el desastre que hizo el castañito el día anterior.

TaeHyung estaba sentadito en el mostrador mientras comía una ensalada que JungKook le obligó a comérsela y su nuevo biberón con leche fría dentro. Claro, muy agusto cuando él fue el que hizo todo el desorden.

El pelinegro bufó medio molesto y siguió sacando dulce por dulce. Casi gritó cuando volteó al lado izquierdo y se encontró con unos orbes dorados y unas lindas pestañas cerca de su rostro.

-¿Tete puede ayudar a papi?

Jeon parpadeó confundido pero negó -No, ve a comer, necesitas hacerlo a tús horas para estar sano, así como lo dijo el doctor. -Aunque TaeHyung no se daría por vencido.

-P-Pero Tete tiró todos los dulces, papi no tiene la culpa. -Jugó con sus manitas tímido por lo que hizo ayer.

JungKook pellizcó una de sus mejillas -Está bien, agarra ese bowl de ahí para que me ayudes -El más bajito fue corriendo por él y enseguida comenzó a hacer lo que Kook pero en otro cristal de dulces diferentes, se sentía importante haciendo ese trabajo y quería hacerlo bien, así que se concentró y con unas pinzas sacaba dulce por dulce lentamente.

Al pelinegro esto lo hizo reír pero no dijo nada, hoy no le tocaba trabajar, le tocaba a otro de los empleados, por eso fue más temprano para dejar todo impecable para el siguiente turno.

-Apúrate, TaeTae, saliendo de aquí iremos al centro comercial, tendremos visitas en la noche. -Ya solo faltaba un cristal para completar, eran apenas las ocho y media pero quería aprovechar que estaban cerca y que ya todas las tiendas estaban abiertas ya que la vida en Corea comenzaba temprano.

TaeHyung ladeó su cabeza desorientado -¿Qué es eso, papi?

-¿Qué? ¿centro comercial? -Volteó a verlo mientras seguía en su trabajo.

-Sí .. ¿qué es? -Parpadeó con un pucherito.

-Oh .. Es un lugar con muchas muchas tiendas, puedes comprar lo que quieras, hay de todo y es muy grande, aquí cerca hay uno muy popular -Pronunció, Tae asintió comprendiendo -¿Tús papás nunca te llevaron?

Segundos después, JungKook se dió cuenta de lo que dijo y mentalmente se golpeó en la pared, rápidamente volteó y vió como Tae agachaba su cabecita y negaba avergonzado, le daba pena no conocer casi nada de lo que hasta los niños más pequeños ya conocían.

-No, no, perdón, no pasa nada, Tae, ven aquí
-JungKook se quiso acercar pero el mencionado se fue al sillón casi corriendo y abrazó a su tonejito, esto rompió su corazón -. Tae, no, y-yo lo siento, no quería decir eso, no te sientas mal -Tragó saliva y se agachó a su altura para acariciar sus cabellos.

TaeHyung se desanimó y acarició a su conejo de peluche.

-Tae, no te sientas mal, p-por favor .. Lo dije sin pensar, no quería que te sintieras así -Dijo angustiado, el menor lo ignoró y siguió con su tonejito -Vamos, no te pongas triste, yo te compraré algo cuando estemos allá, lo que quieras.

El castaño lo miró triste pero asintió -¿Lo que q-quera*? ¿enserio, papá? -Sorbió su nariz.

-Sí, sí, venga, no llores, no me gusta verte así, te compraré todo lo que te guste ¿mhm? -Sonrió y acarició su pechito para luego palmearlo -Anda, sonríe como siempre lo haces, me gusta muchisímo más verte así.

Child soft | Kookv |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora