Capítulo XXll

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Azumi, nuestro lugar seguro

Esos pasos se escuchaban cada vez más serca, Himiko y Momo trataban de tranquilizarme pero, era algo imposible ¿Como estar tranquila cuando seguramente tu asesino esta allí afuera esperando encontrarte para acabar con tu vida y la de tu familia? Quería pensar en una solución, más era imposible ¡No hay solución a algo así! Comencé a sentir náuseas, eso solo indica que el estaba serca y, a juzgar por el olor de sus feromonas estaba bastante enojado, nunca fui fan de sus feromonas de vainilla, y nunca lo seré

- Envié un mensaje a todos nuestros contactos, ahora sólo podemos esperar - hablo Momo

- ¿Esperar? ¿¡Esperar!? - hablo Himiko exaltada mientras me abrazaba y lo lloraba - Mi padre, ese estúpido hombre esta ahí afuera - decía mientras señalaba la entrada a la habitación, con la voz entre cortada y ojos cristalinos - Debi haberlo matado cuando tuve oportunidad, ahora no hay nada, nada para asesinar aquí

- Nadie matara a nadie - hablo Momo - les recuerdo que hay dos niñas aquí

- Dos niñas que si no hacemos algo con ese hombre morirán - interrumpió Himiko dejando en silencio a Momo

Todo estaba tenso, mi mareo incrementaba, las feromonas de Himiko apenas eran suficientes para mantenerme despierta, no quería que algo le pasará a ella, a mi cachorra, nuestra cachorra, tenía miedo, y mucho

Paso lo que no queríamos, ese hombre, con un aspecto algo demacrado entró a la habitación, su ropa estaba llena de sangre, su sonrisa sádica, le faltaban unos pedazos de su piel como si hubiera sido atacado a puñaladas, toda esa ecena era  bastante perturbadora, sentí el miedo recorrer mi cuerpo, Himiko y Momo estaban paralizadas, ninguna de las tres hacíamos movimiento alguno, había algo que proteger...

Sin pensarlo dos veces, me safe del agarre de Himiko lanzándole para poder atacar a aquel Hombre que atormentada mi paz, no pude hacer mucho ya que, casi tan pronto me avalaban a el sentí como caía al suelo

- Eres una sucia Omega, de no ser por ti, yo seguiría siendo el hombre más rico del mundo, pudrete

Después de eso, simplemente todo se volvió oscuro...

Escuchaba una voz, una hermosa voz

- Pequeña Uraraka, despierta

Cuando abri los ojos, la vida

- ¿Himiko? - ella solo sonrió

- No, su madre pequeña, soy la madre de Himiko - ¿Como era posible? No entendía nada

- No entiendo, ¿como llegó aquí?

- Como llegaste tu aquí - mire a mi alrededor, era un hermoso paisaje rodeado de naturaleza

- ¿Como llegue aquí?

- Tranquila niña, por más que yevesfuerzes no lo entenderás, fuiste muy imprudente al querer atacar a ese hombre siendo que estuviste en Estado de coma por varios años ¿que pensabas?

- Ese es el problema, no lo pensé solo lo hize - un silencio apareció

- Las quieres mucho ¿me equivoco?

Mi AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora