Capitulo V

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Algo para pensar

Dormi demasiado bien, me sentía descansada, llena de ánimos, energía, me sentía como alguien completamente nueva física y mentalmente. Me levante de la cama, por primera vez en varios años me hice un desayuno decente, lo acompañe con un jugo de frutos rojos, mi favorito, cheque la hora, 6:46 a.m., aun tenia tiempo, me cepille los dientes y después de eso aproveche para limpiar un poco la casa. Dentro de unas cajas encontré una caja de dulces, la llevé a mi mesa de noche, tenía polvo, sople para que se calera pero no, estaba demasiado sucia, con algo de fe abrí esa caja de plástico y mis ojos se iluminaron ¡Mochis! Había una nota, la tomé y comenze a leer

- No fue difícil saber que eres fanática de los mochis - la letra era hermosa, con una tinta dotada en oja rosada - Espero te gusten, los hice yo misma en mi cocina y bueno, seguí la receta así que devén estar ricos, feliz aniversario Ochaco-chan, te amo, ¡Quiero míni Ochacos! - una lágrima callo, seguido una segunda, tercera, así hasta acumularse un mar de lagrimas ¿como no? Recuerdo ese día... - Tonta, te amo Himiko, te amo... - ese día, ambas estábamos en celo, quisa fue por eso que escribió lo de los cachorros, cuando estuve apunto de abrir este regalo ese día nuestro celo nos lo impidió - Maldito sea el día que llegue a tu hogar

Ese fue un trago agridulce, por una parte estaba feliz, ese día fue mágico y especial para mi, pero también fue el comienzo de mi peor pesadilla hecha realidad pero... de los errores se aprende ¿no?. A eso de las 7:00 a.m. ya me encontraba en mi oficina, iríamos a la obra a las 8:00 a.m. ya que la "señorita encantos" no se levanta tan temprano ¿Entonces por qué me llamaste tan temprano ese día? Haces que mi cabeza de mil vueltas. Aproveche para ir con Hatsume-San para preguntarle sobre su entrevista, me detuve antes de llegar a la puerta, me coloque detrás de la pared y abrí la puerta como pude, una vez pasados los tres segundos supuse que era seguro, justo cuando me coloque frente a la puerta una ráfaga de aire proveniente de una explosión me mando volando hasta el muro

- ¡Maldición! Otra vez, bueno supongo que devo acostumbrarme a estas bienvenidas ¿No es así?

- Lo siento señorita Uraraka-San - Me ayudo a levantarme con una sonrisa - Perdóneme, no sabía que vendría, pase, esta en su oficina - comenze a reír, si lo se, tengo el humor muy roto pero bueno. Tómame asiento en su escritorio para poder chatear - ¿hay algo que quiera decirme señorita?

- Bueno la verdad quería preguntarte que tal estuvo tu entrevista, tengo curiosidad de saber que paso - reí algo nerviosa

- O eso, me ofrecieron trabajo en su empresa, dicen que tengo gran talento y me dieron la libertad de decidir cuando pagarme, disen que les vendría muy bien alguien como yo

Mi AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora