Capítulo X

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Amenazada

Después de que saliera, inunde el lugar con mis feromonas, estaba segura de que Himiko entraría y la verdad no quería que pensara mal de su padre por mi culpa, quizá tenga razón y lo mejor es que me aleje de ella, así vivirá feliz con alguien que su padre acepte y no tenga que preocuparse por se pareja, soy una Omega pura, mucho más sensible a las feromlnas de lo que debería ser, soy una carga para ella, una Alfa pura. Después de unos cinco minutos Himiko entró con una sonrisa, me dio un corto beso en mis labios y se aserco a mi odio para susurrarme

- ¿Quieres reanudar el nivel? Aun tienes energía por gastar - Ella apesar de lo que paso, quería hacerlo conmigo, incluso me pidió ser su Omega que es todo lo que siempre quise

- Lo siento Himiko-san, creo que deberías de irte, además, tengo trabajo que hacer

- ¿No me dirás que paso? - pregunto cruzada de brazos y con el ceño fruncido

- ¿De que hablas? Solo me informo del trato con mi padre, además de la fiesta - mentira

- ¿Y para eso tenias que quedar solamente con tu sosten? - Maldición, olvide eso por completo - Ochaco-chan ¿Que paso en realidad?

- No pasó nada Himiko-San - la tomé de su mejilla para darle un corto beso, ella no me creía - Creí que te gustaría llegar y verme así ¿Me eh equivocado? - espero que me crea

- Quizás pero... - me tomó de la cintura y me aserco a ella, nuestros cuerpos tenían contacto - Si alguien hubiera entrado en lugar de mi y te viera así, abría un muerto ahora mismo - Nos envolvimos en un beso que desearía fuera eterno, nos separamos, se quito su blusa y froto sus pechos con los míos, se sentía tan jodidamente bien... - Es un buen momento para marcarte ¿No lo crees Ochaco-chan?

- Cualquier momento es perfecto Himiko-San - pego su cara a mis pechos, podía sentir su lengua y de vez en cuando se me escapaban gemidos, estaba frotando su pierna en mi intimidad - No te gusta esperar ¿sierto?

- Quiero darte placer Ochaco-chan - apreto mis glúteos con fuerza, me levanto así que me aferre a ella con brazos y piernas para no caerme, me tocaba y me besaba donde quería, podía sentir su exitado miembro - Creo que aquí es el lugar perfecto para dejar mi marca... - comenzó a lamer la parte donde debería ir una marca, fue entonces que recordé sus palabras. "Si sabes lo que te conviene, Aléjate de mi hija", aleje su rostro de mi cuello, con sierta duda volvió a acercarse, repetí lo anterior, algo molesta me soltó - ¿Que pasa?

- Lo siento Himiko-san, será mejor que dejemos esto así - me coloque mi camiseta, aunque por estar rota podía verse el medio de mi sostén - Esperare la fiesta y, no se si la propuesta siga en pie pero acepto ser tu acompañante

Mi AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora