Era el treinta y uno de diciembre.
Lucas hizo lo imposible para que los casen en esa fecha, asistiendo como invitados gente de la total confianza de Lucas y solamente la madre de Elías quien desafió a su marido para ir con su amado hijo y enamorarse de Luca a quien usó de pretexto para quedarse una larga temporada con la nueva familia y ayudarlos.
Cosa que Lucas agradeció infinitamente pues saldría de luna de miel con su flamante esposo.Elías lloraba solo de ver a su madre tan feliz.
Lejos estaba el semblante triste y agobiado de la mujer, la cual lucía radiante con un sencillo vestido rosa pastel y un peinado muy sobrio.Luca vestía un hermoso traje igual al de sus padres, que no paraban de darle besos.
—Mamá, ¿esto es real?
Elías miraba como Lucas saludaba a los invitados llevando en brazos a su hijo y presumiendolo.—Esto es real, y es lo que te mereces hijo, la mujer se recargó en el brazo de Elías.
—Gracias... Murmuró Elías cerrando los ojos para intentar contener inútilmente las lágrimas.
—Gracias a ti hijo, por hacerlo bien. Por demostrar que todos tenemos derecho a ser felices.
Un abrazo y la promesa de permanecer a lado de su hijo selló ese momento.
La marcha nupcial sonó, Lucas orgulloso esperaba a Elías quien de la mano de su madre recorría el breve camino.
Aplausos estallaron en ese momento, mientras una alegre orquesta tocaba himno a la alegría de Ludwing Van Beethoven.
Claudia entregó a su hijo y extendió la mano para acunar la mejilla de Lucas con ternura, este besó su mano y murmuró un —gracias.
—¿Hasta cuando vas a dejar de llorar señor de Solano?
La mirada divertida de Lucas observaba a Elías que traía los ojos y nariz rojos.
—Bueno, Lucas se encogió de hombros —el pequeño saco de baba me entrenó para poder besarte con todo y mocos.
Era imposible, Lucas siempre lo hacía reír a pesar de lo serio que fuera la situación.
—Te amo murmuró Elías.
—Te amo... Respondió Lucas.
Tras una emotiva ceremonia y una sincera promesa de amor, ambos hombres sellaron el pacto con un tierno beso.
La alegre música empezó a sonar y la pareja se adelantó a la pista bailando alegremente delante de amigos y familia ya como un matrimonio.
Lucas se giró hasta ubicar a su suegra que estaba en una mesa abrazando a Luca y platicando animadamente con Diana. Con un movimiento de mano hizo la seña para que se acerque con el bebé. De esa manera bailaron los cuatro.
Lucas agradecía a la vida, que si bien aún con la ausencia de Regina y Julián ese mero accidente a él le dio una familia.
Pues ahora estaba completo por siempre y para siempre.Saberse un hombre hogareño lo hizo feliz.
Elías observaba el pequeño jardín y a sus nuevos amigos, observaba a su madre, a su esposo y a su hijo. Y sonrió.
Agradeció el rechazo que sufrió pues eso lo determinó a llegar hasta ese momento y agradeció en silencio a los padres de Luca.El se encargaría de hacer feliz y de cuidar con su vida a las dos personas importantes para Regina y Julián, esa era su nueva misión.
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Una familia para Lucas
Short StoryPara Lucas el mundo le acaba de cambiar. Y es que ahora deberá hacerse cargo de un pequeño bebé llorón, pero necesitará la ayuda de Elías, quien es un recién llegado desempleado cuyo dinero se le está agotando. La Navidad trae muchas cosas y muchos...