—Me gustaría un jamón con salsa dulce, un puré de papas, una ensalada de lechuga y nuez, también una rebanada de pastel de fresa.
Lucas encogió los hombros, —bien encarguemoslo y así tienes la tarde libre para disfrutarlo con en gnomo de santa, sonrió burlón.
Elías suspiró moviendo la cabeza mientras escondía su sonrisa, pues le hacía gracia el escuchar los ridículos apodos que Lucas le ponía al bebé.
—Puedo hacer algunos platillos, y eso te ahorrará algo de dinero. —Lucas sonrió ante el gesto, sí, sí, sí... Ese hombre sería el compañero perfecto.
Desde que estaban juntos Elías gastaba lo mínimo en él.
A pesar de que en las salidas Lucas le insistía en que tomara lo que quisiera, el tipo era reacio a coger cosas para su uso y que Lucas las pagase.
Sabía que tenía una cuenta de ahorros en la cual depositaba gran parte de su sueldo, como si se preparase para un mal momento, también le depositaba a su madre una cantidad decente, se compraba sus cosas personales y no salía más que cuando iban a comprar o cuando sacaban a Luca de paseo en el parque. Situación que divertía el cínico corazón de Lucas, ya que varías mujeres a las cuales gracias a la rutina de pasear a Luca ya conocía, mientras estas se acercaban curiosas a mirarlos.
Dos tipos muy apuestos no podían pasar desapercibidos; pero las mujeres cuyo radar para detectar gays sonreían suspicaces cuando Elías negaba a alguna de ellas que él y Lucas eran pareja.
No faltaba la deshinibida que le daba un codazo a alguno y soltara alguna frase como:
—"vamos deja de hacerte de rogar y dile que sí, que lo traes babeando, es obvio".
U otro comentario:
—"Vamos señor Solano, tiene al hombre perfecto, sino se apura se lo van a volar".Después de escuchar cosas como esas, Elías quedaba muy apenado y Lucas se dedicaba a molestarlo.
—No te preocupes por el gasto. Yo prefiero que tú y el duende de santa disfruten ese momento.
Elías amaba a Lucas, esos detalles para considerarlo. Los momentos en los que llegaba del trabajo y Lucas se encargaba del bebé, o simplemente cuando lo elogiaba, eran momentos que se colaban hasta su corazón sólo para enamorarlo más.
Lucas era su primer amor el cual podría considerar real, y estaba algo seguro de que Lucas también sentía algo por él, aunque no estaba convencido totalmente de ese sentimiento por parte de aquel.
—Hay que comprar regalos para Luc, —la voz bajita de Elías le recordaba que debía hacer algo especial para su hijo.
—Vayamos al centro comercial para dar una mirada a algunas cosas.
—Qué te parece si aprovechamos que saldremos solos para dar una mirada a las tiendas de regalos de bebé.
Girando los ojos Lucas asintió, de hecho Elías tenía un punto a su favor. —Tienes razón, no es práctico estar con el 'sicario de santa' y ver juguetes.
Elías sintió una punzada de triunfo.
—¿Elías?...
La voz ansiosa de Lucas sonaba al otro lado de la línea.—Hola Lucas, qué puedo hacer por tí.
Una sonrisa traviesa se dibujó en el rostro de Lucas de sólo pensar en describirle las cosas en las que el sexy niñero podría servirle. Lástima que Elías no podía verle, hubiera sido algo para disfrutar.
—Bueno Diana, la chica de la que te hablé ya va para la casa. Si aún estás interesado en salir, te recomiendo que te prepares y le dejes las cosas de Luca listas para que ella no se complique.
Elías dudaba en salir, pues desde que había llegado hacia casi un mes no había dejado solo a Luca, ni aún con el mismísimo Lucas.
—Bueno...—Un suspiro alertó a Lucas.
—Vamos Elías, no te desanimes, el bodoque va a estar bien.
Lucas cruzaba los dedos.—Está bien. Estaré listo a las cinco, ¿te parece bien?
Lucas quería pararse sobre su escritorio y gritar un ¡¡wooooohooo!!, Pero se conformó con un alegre —¡perfecto muchacho, te veré a las cinco!!.
Elías terminó la llamada sonriendo.
Era muy lindo departe de Lucas el que se tomara un tiempo para salir, así que se vestiría para cautivar al guapo padre de familia.
Sintiendo su rostro arder, Elías soltó una risita y se preparó para lo que vendría.Tras una siesta a media mañana de Luca, de inmediato Elías se metió al baño.
Mientras la bañera se llenaba observó su imagen en el espejo.Sonrió, ya tenía un plan y se arriesgaria a llevarlo a cabo, total probaría eso de que los milagros ocurren en navidad.
—Hola tu debes ser Diana.
La chica parada en la puerta tenía una expresión de asombro. Ella no esperaba que la probable pareja de su ya de por sí guapo jefe, fuera tan atractivo, ¡Eso debería ser ilegal!
Sonriendo la chica extendió la mano, —Hola, soy Diana Leal.
Elías la invitó a pasar hasta la cocina en donde Luca babeaba muy feliz unas galletas en su sillita alta.
El es Luca, señaló Elías hasta la sillita en donde estaba sentado el bebé.
La chica con genuina ternura lo acarició sin ser invasiva.
—Hola Luca, —el pucherito que hizo al niño enterneció a la muchacha que de inmediato lo abrazó, calmando al bebé que siguió comiendo.
Elías aliviado observó su reloj.
Aún le daba suficiente tiempo para arreglarse y para indicar a Diana en donde encontrar las cosas básicas.—Aquí están los pañales, las toallitas húmedas y la crema para rozaduras. —Elías mostraba el bonito cambiador.—aquí vas a encontrar la ropa, señaló el pequeño clóset.
Sígueme, caminaron hasta la cocina. —Aquí está la leche, la cual se le da tibia, con tres onzas de cereal y seis de agua y leche.
Diana prestaba atención, hizo algunas preguntas y anotó en su celular el número tanto de Elías como de Lucas, y Elías hizo lo mismo.
Ya en su recámara Elías se daba un último vistazo.
Estaba más nervioso que un asaltante en su primera vez.Señor Ruiz llegó el señor Solano, Diana observó risueña a Elías, que parecía no muy convencido de su aspecto.
—Dejeme decirle que se ve estupendo.
Elías agradeció y fue a la entrada.
Lucas observaba algunos papeles sentado en la sala, no quería entrar para no perturbar a Diana y a Luca y que este lo viera y se echara a llorar.
Pero al levantar la vista vio al hombre más hermoso que jamás hubiera visto.
Pulcramente afeitado, y elegantemente vestido,no se parecía al hombre que había dejado en la mañana.Ese era Elías, el hombre guapo de mirada dulce y corazón de madre.
Al verlo su universo ardió y supo que le pertenecía enteramente a Elías.
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Una familia para Lucas
Kısa HikayePara Lucas el mundo le acaba de cambiar. Y es que ahora deberá hacerse cargo de un pequeño bebé llorón, pero necesitará la ayuda de Elías, quien es un recién llegado desempleado cuyo dinero se le está agotando. La Navidad trae muchas cosas y muchos...