🍭EL PEQUEÑO Y DULCE FULANG🍭

CAPÍTULO 27

Shen Xuanqing estaba pensando en cosas y estaba un poco perdido en sus pensamientos. Cuando el herbolario habló sobre el nacimiento y crianza de un bebé ese día, él no reflexionó mucho sobre ello. Solo vio a Lu Gu abrazando al niño y su corazón se conmovió. Ha estado pensando en eso hasta ahora, así que solo escuchó lo que esas personas decían en la entrada de la casa y no le dio mucha importancia.

No olvidó lo que dijo cuando compró a Lu Gu, pero no le dio mucha importancia. Además, tomó una decisión con Wei Lanxiang en ese momento para que Lu Gu fuera su esposo. Es humano, así que generalmente no piensa mucho en ello.

En cuanto a la mirada de Lu Gu hacia él, debido a su expresión tímida, no conectó los eventos en el callejón por un momento y le dijo: "Si tus piernas y pies están cansados, siéntate y te llevaré de vuelta".

Lu Gu negó con la cabeza y dijo que no, que no estaba cansado, que estaba lejos del callejón, y luego pensó que podría comer en la familia de Shen, que no quería ser vendido, por miedo a encontrarse nuevamente con personas como Du Hehua, y que Shen Xuanqing es diferente de otras personas. Mientras sea obediente y gane más dinero, no será vendido nuevamente.

Así que se sintió un poco aliviado.

Después de salir del pueblo, todavía había un largo camino por recorrer hasta llegar a la aldea de Qingxi. Shen Xuanqing lo extrañaba y trabajó duro todo el camino, así que lo hizo subir a la carretilla y lo arrastró delante de él.

La gente del campo no tiene carros tirados por caballos y a menudo usan esta carretilla para llevar personas y cosas. Algunas personas ganan dinero conduciendo estas carretillas. Usan burros o mulas para tirar de ellas, lo que les permite ir más rápido que caminando, y si la carga es ligera, pueden correr.

Lu Gu se sentó en la carretilla y miró la alta figura delante de él. No sabía en qué pensar. Sintió que alguien como Shen Xuanqing no lo vendería.

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Cuando regresaron, tanto la carretilla como la cesta de bambú estaban vacías, así que Shen Xuanqing llevó a Lu Gu directamente al patio antes de detenerse.

Wei Lanxiang, que trabajaba bajo el alero, los saludó. A su lado, había una mujer que Lu Gu nunca había visto antes. Tenía aproximadamente la misma edad que él. Tan pronto como Shen Xuanqing la llamó tía, Lu Gu también la saludó en voz baja.

"Es tan tarde, ¿tienen hambre?" Wei Lanxiang ayudó a Lu Gu a bajar la cesta de bambú y les preguntó a ambos con una sonrisa.

"Madre, ya hemos comido al mediodía, así que no es necesario preparar algo de nuevo." Shen Xuanqing tomó la piel de cordero sin revelar la pierna de cordero dentro y la llevó a la cocina.

"Erqing vendió mucho hoy. Escuché decir que te levantaste temprano y llevaste un carro lleno de cosas al pueblo." Tía Zhou Yunzhi dijo con una sonrisa, su voz era un poco aguda y de repente recordó a Du Hehua.

Shen Xuanqing salió de la cocina, escuchó lo que ella dijo y respondió: "Tía está bromeando, son solo cosas sin valor,no vendo demasiado".

"Eso es mucho. La gente dice que una pequeña cantidad de dinero puede hacer mucho dinero. No importa cuán barato sea, ganarás mucho dinero".

"No importa cuánto venda, el dinero que gano es todo dinero pequeño. ¿Cómo puedo compararme con su hijo que hace recados en el pueblo y gana más dinero cada mes?" Shen Xuanqing no quería hablar con ella, así que dejó de lado el tema.

Una sonrisa presumida apareció en el rostro de Zhou Yunzhi.

La expresión de Wei Lanxiang no cambió, tomó un puñado de cebollas verdes del huerto y preguntó con una sonrisa: "¿Estas cebollas verdes son suficientes, cuñada?"