Amor con dolor se paga

[♡ Capítulo 3 ♡]

Yi Ling sentía que ya nada era lo mismo. Por más que trataba de mentalizar que eran ideas suyas, no podía. Con cada día que pasaba, sentía que nada cambiaría, ni la llegada de su hija sería motivo de acercamiento entre ellos.

-Vamos o te resfriaras Zanilia. Tu condición es...

-¿Crees que llegue a olvidarlo?

-No pienses mucho las cosas. Yibo te demostró que te quiere. Te eligió a ti antes que a él. Jamás se enamoró de Xiao, solo fue un peón para este juego.

-Siento que algo cambió Yang Min.

-Ganaste Yi Ling y ahora eres libre de amar al hombre que amas.

-No lo siento el de antes. Es loco pero percibo que ha cambiado.

-Es natural. Su madre falleció recientemente y a cualquiera le cambia la vida

-No es el mismo chico del cual me enamoré.

-Son ideas tuyas y además tu le darás algo que jamás podrá darle nadie porque es fruto de su amor.

-Un heredero...

-Legítimo que gozará de todos los privilegios que nunca nadie puede imaginar.

-Quizás piense demasiado las cosas como dices.

-Olvida esos pensamientos locos y más bien vamos adentro porque alguien quiere verte.

-¿Quién sabe de mi regreso?

-Ya lo veras. -sonrió-.

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Quizás sea empatía o costumbre, pero de algo era seguro y no quería alejarse de él. Debía dejar en claro que no todo había sido una farsa, porque una parte de él sí fue sincero. No sabía cómo entraría pero haría lo posible para hablar con él, aunque sea por última vez.

Un sonido de un violín resonó en el pasillo de la mansión llamado su atención, jamás había escuchado que algún miembro de la familia tocara algún instrumento. Por lo menos nunca vio un piano o guitarra cerca.

Cuanto más se acercaba, más atrayente se hacía la melodía pero al abrir la puerta se detuvo abruptamente al ver la silueta de su ex esposo sonriendo ampliamente a Zhang Bin Bin ¿Qué relación tenían ellos?

Sentía algo de opresión en su pecho y no le gustó para nada aquello. Esa sonrisa no debía verla nadie más que él. No entendía porque reaccionaba de esa manera si ya no había relación entre ellos.

Pero un golpe en su mejilla lo sacó de sus pensamientos y se percató de los ojos furiosos de Zhan. Esa mirada daba miedo a diferencia de meses anteriores en donde un sumiso joven lloraba y suplicaba por un mísero toque o beso suyo.

-¡¿Quién demonios te dejo entrar?! ¡RESPONDE!

-Nadie. Yo solo entré por la puerta...

-¡Fuera de mi mansión!

La frustración se hizo presente y la dualidad de personalidades de Zhan hizo de las suyas, parecía mismo perro rabioso dispuesto a destrozar a su víctima. Pero fue contenido por su socio Zhang Bin Bin en un momento oportuno para evitar un conflicto innecesario.

Aunque por sus adentros pensaba en la manera de desquitarse puesto que había arruinado un negocio importante y no sabía cuando podría tener una oportunidad como esta sabiendo lo quisquilloso que era Zhan.

-No te quiero volver a ver en mi vida maldito traidor o seré capaz de arrancarle los ojos.

-¡No me iré hasta que me digas qué relación tienes con él! .-señalando al tipo de sonrisa arrogante-. Sabes que él es un mercenario. Zhang Bin mató a mi madre.

-Tu familia no es problema.

-Pero Zhan...

-golpeando nuevamente su mejilla-. Deja de meterte en mis asuntos.

-masajeando la mejilla-. Por favor Zhan, aléjate de él.

-Lo que yo haga es asunto mío y no lo pienso repetir maldita rata de alcantarilla.

-Ese hombre es peligroso. -siseando por el dolor-. Suéltame. Me lastimas.

-tomándolo de sus cabellos-. Te di lo que por años querías, ahora que buscas en mi casa.

-Aléjate de él por favor... Hazme caso.

-No te debe importar lo que haga o deje de hacer.

-Te puede lastimar. El jamás tiene buenas intenciones. -trató de alejarse pero no podía-.

-¿Qué buscas aquí? .-preguntó Zhang Bin un poco molesto por ser nombrado-. Tengo entendido que no perteneces a esta familia.

-Aléjate maldita escoria.

-Lo dice el que fue capaz de jugar conmigo. -soltando bruscamente-. Eres cínico al decir escoria a alguien cuando uno mismo lo es.

Yibo no dijo nada y solo bajo su mirada. Sabía que Zhan tenía razón en odiarlo con toda su alma, pero tampoco dejaría que él solo se hunda más de lo que ya estaba.

-Vamos Wang. No todos son como tú. Y si lo fuera no debería importarte.

-Esta bien. Se que no tengo porque reclamar o decir nada, pero en serio no deberías...

-Los Wang no tienen negocios con nosotros.

-¡Estaba preocupado por ti!

-Debería cuidar y preocuparse por tu mujer y a mi déjame en paz ¿Acaso no era eso lo que querías? .-apuntándole con un arma en la cabeza-.

Un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir el frío de la muerte tan cerca, miraba a Zhan anonadado por la firmeza en que tomaba el arma sin pestañear. Parecía que el indefenso era él y no el lindo chico con el cual jugó.

¿Quién era Xiao Zhan?

-Baja esa arma. Tu no eres capaz de...

-Hay muchas cosas que no sabes de mi. -apuntó hacia su pierna y disparó-.

Ante el alboroto llegaron todos al lugar, Ziyi y Cheng no entendían lo que pasaba. Bai Lu sólo se limitó a observar todo desde una esquina junto a su amiga Zhu Xu Dan que había llegado de visita y era ajena a todo.

-¡¿Qué está pasando?! Se escuchan los gritos hasta la sala...

-Nada interesante. -respondió Zhan-.

-¡¿Qué haces aquí Yibo?!

-Vine para hablar de algo con el señor Xiao. -siseaba por el dolor-. Pero me disparó.

-Eso es obvio. -recalcó Ziyi-.

-Habla de una maldita vez y lárgate.

-Vine por Rose y Jack. Quiero que estén conmigo.

Zhan no podía parar de reír con Zhang Bin. Ambos miraban divertidamente al castaño que descolocó un poco a la servidumbre que pasaba, pero no les gustaba lo que vendría a continuación.

Cheng y Ziyi decidieron irse porque ya sabían lo que pasaría, puesto que fueron muchas veces los que tuvieron que presenciar la masacre y limpiar todo el desastre que quedaba en el lugar. Bai Lu sólo jalo del brazo de Zhu Xu Dan para ir a la cocina.

-¿En serio?

-Hablo en serio. Por favor no me mates. Seré padre.

-Inventa algo novedoso. -reía Zhang Bin-. No pensé divertirme tanto Zhan Zhan.

La mirada de Zhan cambió dejando los pelos erizados de Yibo y si su intuición no fallaba...

Algo peor se avecinaba.