La verdad.

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UNA VIOLA EN EL AGUA.

- ¿Tienes algo que haga más divertida está fiesta? - le pregunto a Kevin con un mohin gracioso.
- Estás borracha. Eso no es suficiente para que la fiesta sea divertida - me responde Kevin con su sonrisa de siempre, pero un poco más amplia y más relajada a los lados.
Está ebrio y ¿dice que yo también?
Pero si apenas comienzo...
Me río de lo que dijo y me siento en su regazo mientras murmuro un "no" y entierro mi cara en su cuello. Aspiró su olor varonil, ligado con una colonia, ligado con sudor y con olor del alcohol que hingerió.
Ronroneo en su cuello...
- Solo una - murmuro en su oído y le doy un pequeño mordisco.
Él voltea hacia mí y en mira mientras se burla:
- Vez, eres más divertida y manipuladora, ebria que sobria. Hasta casi haces que se me pare - y se ríe a rienda suelta.
- ¡Idiota tienes que ser! - lo golpeó en el pecho con mis puños y él finge que le duele y me suplica que pare. Lo agarro del cuello de la camisa y acerco su cara a la mía - no parare de fastidiarte hasta que me dés las pastillas...
- O ¿Que? - me corta acercándose más a mi boca - ¿me besaras? Porque creo que eso a alguien no le gustaría - y luego mira hacia al frente de sí y yo doblo mi rostro hacia lo que esté mirando, y como siempre Steven me observa...
Está con otros par de amigos, de pie, charlando, con una bebida en la mano. Tal vez haga un par de comentarios por aquí y por allá en la triste conversación que tiene con esos cuatro chicos, unos ebrios y otros no, incluyendolo a él en el último combo, aún así no le presta atención a la conversación, solo a mí y siempre lo hace, siempre me observa.
- Me importa una mierda si no le gusta - le digo a Kevin y volteo a verlo al mismo tiempo que él a mí, y sonríe porque sabe que miento.
¿De verdad, miento?
- Ya, ya, ya. Deja de chillar - me dice mientras me levanta de sus piernas, luego apoya el peso en sus piernas, y medio se levanta para alcanzar con una mano el bolsillo trasero de su pantalón, y de allí saca una bolsita plástica llena de pastillas verdes césped y sonrió.
Se las quitó de sus manasas en un cerrar de ojos y las oculto de tras de mi y me alejo con, tal vez, más de veinte pastillas.
Kevin se levanta y veo en sus ojos una ráfaga de diversión, parece que me va a perseguir y me preparo para correr mientras lo observó, pero se lo piensa y se sienta nuevamente en el sillón mientras me advierte como un padre advierte a un hijo:
- No te las tomes todas, ¡máximo dos por hoy! - me grita por encima de la música, ya que estoy lejos de él ya en la "pista de baile".

Dos... Solo dos por hoy. Pero no me dijo nada de tomarme las dos al mismo tiempo ¿Verdad?
Miro las dos pastillitas verdes en mi palma, me las llevo a la boca y las paso con un ron con coca, trago.
Y luego... Todo se pone fantásticamente mejor.
Bailo y el tiempo pasa lento. Me muevo al ritmo de las canciones que pone ese chico Dj... Leon, creo que así se llamar... Me muevo al ritmo de Bruno Mars, luego una viejita de Pitbull, luego una latina con Rosalía y otra de Bad Bunny.
Y mientras bailo entre las canciones, bebo. Bailo una y bebo algo de vodka... No se cuál trago, pero sé que tiene vodka, bailo otra y un chupito para adentro, después otra con ginebra, después... después mucho más alcohol.
A veces, no bailo sola, a veces bailo con un chico, o con una amiga de clases, a veces sí y no me importa. Disfruto.
A veces veo a Scarlett hablando con su grupito de amigas de las clases, las que le caen mal, pero igual las trata, y no sé porqué.
A veces veo a Steve y me provoca besarle esos labios tan delgaditos que tiene y llevármelo a la cama, pero no. Aún estando ebria se que eso complicaría las cosas, las complicaría muchísimo más.
Y de repente, algo que siempre arruina mi fiesta. Cuando el alcohol no aguanta estar más en mi sistema... Las náuseas me recorrer como lava desde el estómago a la garganta y lo primero que pienso es en un baño y corro a las escaleras empujando a las personas que bailan; ya me disculpare pero no les quiero vomitar encima.
Subo a tropicones por la escalera, medio callendome, y sosteniendome de la barandilla y de la pared como si fuera mi vida, y lo es.
Llegó al baño de Emily y Scarlett que es el más cercano al mío y me arrodilló enfrente del inodoro mientras vómito, vómito y vómito.
Y siento como alguien agarra mi cabello y me lo aparta hacia atrás, porque me acaricia ambas mejillas en el transcurso del gesto.
Cuando ya no tengo más que sacar, bajo el inodoro y me siento en una esquina del baño, pegada a la pared cerca de mi amigo el inodoro, por si acaso me dan más arqueadas.
Tiemblo y sudo frío, más mareo. Odio cuando vómito, la fiesta se acaba en ese instante, ya que no me queda más fuerza para más.
Veo a Scarlett a través de la puerta sentada en la cama de Emily, cabizbaja y le murmuro un gracias inantigible. Ella esboza una pequeña sonrisa y me imagino que es por mi lenguaje actual, y yo también lo hago.
Luego su sonrisa se borra, levanta su cabecita y me mira:
- La ví besándolo - murmura.
- ¿A quién?
- A ella, a Emily, la vi besando a Greg. - dice en un murmullo lastimoso con sus ojos aguados.
Que dramática, piensa mi mente alcohólica, no yo.
- Vaya... - murmura mi lengua borracha.
- ¿Eso es todos lo que dices? - dice irritadamente, Scar.
- ¿Y que quieres que te diga, Carlotta? - la llamo por el nombre que le decían pequeña en la escuela y el cual le molestaba mucho, no sé porque se lo dije, me río mentalmente, "Carlotta". - Estoy ebria - me defiendo. - Igual... ¿De verdad te importa tanto Greg?
- ¿Que insinuas? - me dice con su tono enfatico característico, más sus puños cerrados, y se que está molesta. Daaa, como no va a estarlo.
- Que... - murmuro sin saber cómo salir de esto - Greg... Para ti es como un... antojo
- ¡¿Que?!
- Es como una golosina nueva, te atrae, te gusta, tal vez por los miles de comerciales sobre la golosina. Y de repente, la vez en la tienda y dices ¿Por qué no? Pero es muy cara... Entonces, ahorras, ahorras en ella, la compras, te la comes, y a la final... Es normal - le digo mirándola - nada transcendental, nada del otro mundo...
- ¡Ja! O sea que Greg es una golosina... - niega con la cabeza y mira hacia sus manos, sus palmas, ahora abiertas - tengo las manos sucias - murmura mientras se levanta - ¡de asqueroso vómito! - me ve con sus ojos llenos de rabia, obvio como no me va a odiar - ¡¡Por Tu Culpa!! - me grita - ¡Siempre haces esto, arruinas Todo!
Y se va como vino, mientras yo grito irritada por su comportamiento de niña:
- ¡Pues, lávatelas!
Y no sé quién es más niña.

Adolescentes Caóticas IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora