Desenlace.

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STEVEN.

Steven estaba preocupado, intrigado, y a la vez asombrado de que hubiera visto a Viola recorrer el campus, tan libre como un ave... Como si no la hubieran arrestado enfrente de la hermandad unas horas antes.
Fue hacia ella, lo más rápido que pudo recorriendo el césped, la llamo haciendo eco con sus manos:
- ¡Viola!
Ella miro hacia atrás, hacia él, pero no sé detuvo, se volteo y siguió caminando a la hermandad. Pero ese vistazo fue suficiente para que Steven supiera que ella tenía algo entre manos... Esa mirada ya la había visto antes, en muchas ocasiones, cuando Violet Prince planeaba una de las suyas.
Él se detuvo en medio del camino, viéndo como se alejaba, no con pasos vacilantes, temerosos como a veces caminaba, no, Viola caminaba con pasos decididos y esa decisión confundió más a Steven que ya estaba lleno de dudas desde hace mucho tiempo, desde el asesinato de Emily, desde Greg y Emily.
Se sentía confuso, ansioso por descubrir ese misterio, ese secreto entre esas tres chicas, ahora dos. Tenía curiosidad de saber cuál era ese secreto entre Scarlett y Viola que solo ellas salvaguardaban como si fuera su propia vida.
Pero no la siguió, no.
No en ese momento.
Dió la vuelta y se dirigió a su fraternidad, confundido, si, lleno de curiosidad, si y mucha, pero dió la vuelta y volvió a su típica vida de universitario.

Esa típica vida universitaria fue rota una hora después por la curiosidad que surgía de nuevo, y más que curiosidad, quería hablar con Viola, saber que le pasaba, saber que sucedía, por qué era sospechosa del asesinato de su amiga. Quería respuestas a todas esas preguntas, aún así no le incumbiera el tema.
Así que, salió de la fraternidad, decidido a hablar si o si con Viola, a descubrir lo que pasaba allí. Camino por los caminos pavimentados, mientras observaba a todos esos universitarios en el césped, leyendo libros, haciendo tareas o hablando simplemente en grupo.
Llegó a la hermandad de Viola, entro mientras saludaba de lejos con la mano a un par de chicas conocidas de su clase de economía y subió la escalera que llevaba a los dormitorios, y que pocamente había subido.
Encontró fácilmente el dormitorio de Scarlett y Viola, anteriormente el de Scarlett y Emily.
Iba a tocar la puerta como todo un caballero, con muy buenos modales aprendidos en casa; pero entonces decidió ser menos caballeroso como esos chicos que le gustan a Viola o él creía que le gustaban.
En vez de tocar la puerta, la abrió por completo, levanto la mirada y encontró algo que jamás en la vida viera sospechado Steven Mellor que pasaría ante sus ojos...:
Vio a Scarlett Overdeen encima de Viola, con la cara ensagrentada, un lado con pedasitos de cosas o rozetones de los que emanaban sangre... Y en el otro, una gran cortada con algo filoso en su mejilla, que iba desde el ojo izquierdo hasta el labio, cruzando toda la mejilla de donde salía mucha sangre y hacia que la cara de Scarlett fuera más peligrosa y tenebrosa que el cúter que sostenía contra el cuello de Viola.
Viola tenía los ojos clavados en Scarlett, y luchaba vanamente con las rodillas de Scarlett que sujetaban sus brazos.
Pero, cuando se abrió la puerta, ambas miraron al nuevo intruso, ambas voltearon asustando al pobre Steven. Pero Stev fue más rápido que Scarlett en reaccionar y ante de que le cortará el cuello a Viola, se lanzó sobre el cúter y Scarlett, arrojandose al piso, rodando como si fueran dos niños jugando... Jugando por quién empuñaria el cúter.

ESA OTRA SCARLETT.

Una masa más alta que yo, llena de músculos fibosos me arrollo quitándome de encima de Viola y haciendo que caiga al suelo, envuelta en esos brazos que parecían serpientes que me querían atrapar, ahorcar con su cuerpo y luego inyectarme ese veneno mortífero.
Él estaba encima de mí y sujetaba el cúter, luego yo estaba encima de él y sujetaba el cúter empuñando el filo hacia Steven. Y así sucesivamente, una estaba encima, y otra vez estaba abajo, el tenía el arma y yo no tenía nada, agarramdome del cúter para que no me lo arrancará de mis manos, luego yo lo tenía y él forcejeaba con mis brazos para que no se lo clavara en el pecho.
Porque esa era mi intención, clavarsela en el pecho. Terminar de una vez con esto. Es que no quiero ir a la cárcel ¡No lo merezco! Yo No Lo Merezco.
Hasta que al final, chocamos con algo, con una pared, él termino encima de mí, pero no empuñando el cúter, lo empuñaba yo, y se lo había clavado yo en el abdomen.
¡¡No. Steven No!! Grito esa débil Scarlett que aparte de un golpe de mi mente, me la sacudí, mientras veía como la cara del chico se transformaba de adrenalina por ganar la lucha a miedo por perderla, mientras miraba el cúter clavado en el espacio que quedaba entre los dos y de inmediato sentí la sangre entre mis dedos.

Adolescentes Caóticas IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora