Emily, despierta... ¡Emily, despierta! ¡EMILY, DESPIERTAA!

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VIOLA.

“Emily, despierta”… mi voz resuena en mi cabeza.
“¡Emily, despierta!” ahora mi voz resuena más alto.
“¡EMILY, DESPIERTAAA!” grito en mi cabeza, una y otra vez, mientras me tapo los oídos con mis palmas y me hago un ovillo en la silla, acercando mi frente a mis rodillas.
Emily, despierta.
No quiero recordar…
Abrazo mis rodillas.
Pero aún lo que vi en la mañana me atormenta, hasta el punto de no saber en dónde estoy.
Emily, despierta…

Me despierto con un fuerte dolor de cabeza, estoy en la cama de Emily y sé que es un sábado, día siguiente de la fiesta que hicimos en la Hermandad. Miro hacia el otro lado de la habitación, y Scarlett está profundamente dormida, aún con su ajustado vestido rojo.
Me siento en una esquina de la cama, ¿en dónde dormiría Emily? ¿Con un chico? Espero que sí. Sonrió.
Gruño. El dolor ataca mi cabeza y murmuro para mí:
- Mucho ron y vodka. – aunque no me acuerdo mucho de anoche.
Necesito una aspirina, me levanto de la cama, y busco en las gavetas de Emily sus aspirinas. Pero no las encuentro, así que me planeo buscar a Emily. Pero antes me pongo una camisa de ella y unos pantalones, ya que estoy en sostén, con mis pantaletas… ¿Dónde estará mi ropa?
Salgo de la habitación en silencio dejando una Scarlett rendida a Morfeo y busco en mi habitación una señal de vida de Emily. No, no está, solo está la gorda… ¿Cómo se llamaba? Ah, Andrea, si, nada más esta la gorda de Andrea durmiendo con un vestido muy colorido ¿ella estaba en la fiesta?
Bajo al salón que está hecho una mierda, con algunas personas que no reconozco dormidas en el sofá, en una silla o encima de la mesa. Vasos tirados por allí y por aquí, y basura por todas partes. Camino hacia la Vieja Ellie que esta con su grupito recogiendo la basura pero ella me ve llegando primero y me replica.
- Vaya, Vaya, ¿la señorita Prince va a ayudar por primera vez en su vida?
Sonrió con falsedad.
- ¿Aún estas molesta por lo que te dije anoche…? – Pregunto con tono irónico – aunque, tengo que aceptarlo, Elle – y empiezo aplaudir lentamente – hay que felicitarte por que aún estés despierta y hayas soportado toda la noche.
Ella gruñe como un oso Gresly y yo me rio.
- Bueno, lamentablemente no vengo para ayudarte, estoy buscando a Emily… - le digo, y veo con repugnancia como le cambia el rostro de obstinada/enfadada a cordial/amable cuando escucha el nombre de Emily. Lameculos, pienso.
- No lo sé, no la he visto en la mañana...
- ¿Y anoche? ¿Dónde fue el último lugar en donde la viste? – pregunto con curiosidad.
Ella piensa un rato y responde.
- La vi… en el pasillo, el que conduce a la cocina, a lo mejor está en mi antiguo cuarto.
- Gracias.
Y me dirijo hacia allí, abro la puerta y lo que veo me pasma, pero mi mente embotada no responde.
- ¿Em…? – susurro.
Emily… está en una posición muy rara; esta acostada en la cama, y a su alrededor las sabanas están todas revueltas igual que las almohadas. Pero lo que me asusta son sus ojos azules, carentes de calor, fríos, que se clavan en la nada del techo, con un gesto de susto en su cara y de sorpresa. Su cuerpo y su ropa están manchados en algunas partes de rojo, sus brazos tienen cortes de cuchillas, largos y profundos y su camisa antes azul ahora esta casi roja.
Me acerco lentamente a ella, con una mano extendida, con miedo ¿a qué? No lo sé.
- Emily…
Le toco el brazo con las puntas de mis dedos y su piel esta fría, muy fría. Me alejo un paso sobresaltada.
-Emily. – digo más alto, mientras la observo.
Su piel pálida, no es como yo la recordaba y esas manchas en el pecho son más que eso y mis ojos se llenan de lágrimas que empiezan a fluir.
-Emily – me acerco a ella, desesperada, por lo que pienso no sea real, mientras mi corazón late desenfrenado y el mundo se detiene a mí alrededor.
Le toco el rostro, sintiendo la suavidad de su fría y pálida piel.
- Emily, despierta – le digo fuerte y claro, mientras sacudo su cabeza.
- ¡Emily! – lloro, y tanteo su cuello para ver su pulso, pero no siento nada.
- ¡Emily, despierta! – grito y mi mano se va hacia su pecho y a las costra de sangre almacenada.
Grito mientras siento los cuchillazos que ahora decoraran su piel con maldad. Todo, su pecho, sus piernas, sus brazos. Pero su pecho y abdomen tienen más…
- ¡EMILY, DESPIERTA! – grito horroriza, mientras la muevo, intentándo despertarla ¿despertarla? No sé de qué, porque está muerta. Aunque mi cerebro no acepta la idea. Y no quiero aceptarla.
- ¡¡EMILY!! – Grito.
- Dios – oigo que alguien grita detrás de mí y siento una mano en mi hombro pero me la sacudo. Debo despertar a Emily, así que la sigo sacudiendo.
- Viola, basta – dice la voz mientras me rodea los brazos con los suyos y me aleja de Emily.
- No, no, suéltame – grito luchando con esos bracitos
- Basta, Violet – murmura la voz, y la reconozco es Elle, ella no me quiere cerca de Emily. ¿Qué le hizo a Emily? ¿Por qué no despierta?
- ¡Emily! – grito, mientras peleo con los brazos de Ellie. – suéltame
Veo que otras chicas se acercan y revisan a Emily y grito enfurecida de que no la toquen, mientras sigo forcejando con los brazos espagueti de Ella, otra tiene un teléfono en su mano y habla con alguien.
Lo que pasa después no lo recuerdo muy bien. Pero sé que ahora estoy en la estación de policía de San Diego, escuchando en mi cabeza como le pedía a Emily que despertara.
- Viola – murmura una Scarlett de ojos hinchados, rojos y llorosos. Nunca la había visto llorar tanto. Me quita las manos de los oídos y me las coge entre sus manos, y las aprieta.
- ¿Dónde está Emily? ¿Está bien? – pregunto.
- Viola… – murmura Scarlett con voz cansada y niega con la cabeza.
- ¿Qué? ¿Por qué nadie me dice nada de Emily?
- Basta, Viola.
- ¿Quiero saber cómo esta Emily, por qué no me dices la verdad?
Soltándome las manos, y agarrándome la cara entre las suyas, acerca su rostro al mío, mientras me presiona la cabeza.
- Viola, Emily está muerta – dice con voz firme aunque sus ojos se llenan de lágrimas.
- No – muevo la cabeza de un lado a otro mientras lloro – no, no, no, no está muerta ¡mientes! – grito
- ¡Esta muerta, Viola, acéptalo! – me grita en la cara. – Esta muerta, Violet, acéptalo.
Que me llame por mi nombre de pila hace que le preste atención, porque escucho la voz de mi padre llamándome “Violet” con su voz gruesa y borracha, me estremezco.
- Acéptalo, Violet, está muerta, ¡Murió! La mataron – dice otra vez Scarlett mientras las lágrimas le corren por la cara, desde sus ojos hasta la barbilla dejando un camino húmedo por sus mejillas.
Acéptalo. La palabra resuena en mi cabeza. Acéptalo, Violet. Mientras imágenes de Emily recorren mi cerebro, Emily feliz, Emily enojada, Emily confundida, Emily emocionada, Emily orgullosa, Emily enamorada, Emily con sus ojazos azules, Emily con su cabello negro, Emily tímida y segura. Emily, mi amiga, ha muerto. Acéptalo Violet. Acéptalo.
Le asiento a Scarlett, que me suelta y se sienta al lado mío, y me coge una mano, que aprieta como si su vida dependiera de ello.
Ahora somos dos, no tres…
Apoyo mi cabeza en sus rodillas, y ella apoya la suya en mi cuello, mientras sus lágrimas abren un camino húmedo por mi cuello, y las mías por mi mejilla izquierda hacia sus piernas. Y caigo en un sueño profundo, y por una vez no sueño…

Adolescentes Caóticas IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora