CAPÍTULO 2

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Esa misma mañana salí a correr, me pareció raro no ver ni un solo alma por la calle. Aunque me alegró en cierto modo, así nadie vería mi maravilloso conjunto que había escogido literalmente con los ojos cerrados porque no podía abrirlos del sueño. Llegué a mi casa y desayuné algo nutritivo, me di una ducha y me quedé dormida viendo el móvil.

Cómo de costumbre.

Me despertó mi padre a la hora de comer, ni siquiera me acuerdo de que comí, porque iba como un zombie por casa, pero solo recuerdo comer y volver a echarme a dormir.

Di que sí, un perezoso andante de manual.

Esa tarde, mi mejor amiga Helen y yo habíamos quedado para chismear en un banco comiendo pipas. Ella era como mi hermana de otra madre, no nos separábamos nunca, era alta, rubia, ojos verdosos y esbelta. Todo lo contrario a mí, yo era morena, bajita y ojos marrones, pero nos complementábamos mutuamente, éramos el Jing y el Jang.

Nos tiramos toda la tarde entre risas, chistes y cotilleos, todo eso hasta que James apareció con Terry donde nosotras estábamos, porque se iban a liar. La verdad que no habíamos escogido el mejor sitio, todo hay que decirlo. Muchas parejas iban allí a enrollarse, como James y Terry, pero a la vez estaba muy bien porque al estar alejado de todo, nadie escuchaba las conversaciones.

Tienes el don de la oportunidad cielo, justo cuando le íbamos a contar a Helen lo de Terry y James aparecen, yo creo que les hemos invocado o algo.

Al vernos, James nos saludó, pero Terry puso una cara de asco y las dos le devolvimos la misma cara a ella y el saludo a él.

Que sepa la guarra esa que no nos cae NADA bien.

Esa noche me quedé a dormir en casa de Helen, y como no, vimos algunas películas de miedo, ella estaba como si nada, mientras yo le apretaba el brazo y pegaba un fuerte chillido cada vez que había un susto, por pequeño que fuera. Ella, al escucharme gritar, siempre se reía de mí, no entiendo que le hacía gracia, si cada vez que había un susto fuerte sentía que se me iba a salir el corazón por la boca.

—Eres una exagerada Lau —dijo ella, riéndose— da gracias que en IT los sustos son muy predecibles, no sé qué pasará cuando veamos la monja.

—Eso dices tú Hel, pero si el corazón te estuviera yendo a 300 latidos por segundo, no dirías lo mismo.

Bueno Lau, puede que sí exageres un poco, vale, los sustos son fuertes, pero tampoco son TAN fuertes, así que tomate una tila cariño.

Que te calles, nadie ha pedido tu opinión.

Pero por algo soy tu conciencia, ¿no? Puedo hablar cuando quiera, si total, solo te vas a enterar tú guapa.

Deja de llorar Lau, si no te gustan las películas de miedo, siempre podemos optar por poner My Little Pony, pero seguro que con eso también te asustas —la muy carbona me acababa de tirar una pulla, y yo se la iba a devolver, claro que sí.

—Eres tú la que lloras, probablemente es a ti a la que le de miedo, y por eso llevas media hora diciendo de poner My Little Pony, a mí no me engañas —se quedó en silencio, sin responder, y una sonrisa enorme se formó en mi cara al ver que no argumentaba nada a su favor, esta vez había ganado yo.

La noche se pasó, terminamos la biología de IT y nos fuimos a dormir, no sin antes haber cotilleado algo más y jugado a verdad o reto, donde me había tocado llamar a James y pedirle que saliera conmigo, por suerte, como es habitual que nosotras juguemos, sabía que no era de verdad y no me dejó en ridículo.

Te queremos Jimmy.

Lo malo de esa parte que estaba con Terry, y como tenía el altavoz puesto, Terry se puso a presumirme que ella estaba con James y yo no. Pudimos intuir que uno de los dos se estaba quedando a dormir a la casa del otro, y como Terry estaba de huésped en un hotel, probablemente estuvieran ambos allí para pasar la noche juntos... ya me entendéis...

Como me la encuentre por la calle te lo juro que le meto un cuchillo y le saco las tripas a la guarra esa.

Helen colgó al instante, viendo mi cara de tristeza, se acercó a mí y me dio un abrazo, calmándome.

—No la hagas caso Laurel, sabemos que es gilipollas, y sabe que James te lleva gustando desde hace mucho, lo hace por joder, pero no dejes que una guarra te amargue la noche, y menos llores por ellos.

—Si solo James se diera cuenta de que Terry le está usando, solo por eso, estaría con nosotras —sollocé, ella se acercó a mí de nuevo y me estrechó entre sus brazos, consolándome.

—Lo sé Lau, pero nosotras no podemos hacer nada, luego, cuando nos venga llorando porque Terry se ha ido, que se vaya a la mierda, es decir, con Terry —eso me hizo sonreír, pero tenía razón, cuando Terry se fuera volvería llorando a nosotras.

Y semanas más tarde fue lo que pasó, una vez más, Terry se fue del pueblo, una vez más James nos suplicó casi llorando que le perdonáramos, y también, una vez más, nosotras le perdonamos, y volvimos a ser el grupito de antes.

Aunque Helen y yo fuéramos mejores amigas, ambas formábamos parte de otros grupos, y ese día tuve una discusión con el único al que pertenecía yo.

—Pero no es normal que no me aviséis nunca para quedar, siempre tengo que preguntar yo, y si no pregunto quedáis sin mí, si no queréis que pertenezca al grupo, me lo decís, pero no me pongáis la excusa de siempre de: "pensábamos que no podías", "pensábamos que estabas enfadada" porque todas sabemos que no es así. —No era la primera ni la segunda vez que esto pasaba, y desgraciadamente, eran mis únicas amigas aquí en el pueblo, sin contar a Helen y a James, pero como todos los grupos a los que había pertenecido a lo largo de mi vida, solo se habían aprovechado de mí.

Al principio éramos cuatro chicas, una de ellas se mudó a Europa y quedamos tres, entonces, a mí me pareció bien presentarles a una amiga mía, maldita la hora. Desde ese momento, las tres habían quedado sin mí la mayoría de los días, y yo estaba harta de fingir que no me enteraba y de tener que tragarme mis sentimientos, porque cada vez que expresaba cualquier cosa me decían que me hacía la víctima, que solo quería atención y que era una falsa.

Pero para que nos vamos a mentir, ese grupo era más tóxico que Chernóbil, y no en general, sino por la culpa de una de las integrantes, Maddison, la más reciente, cuando estábamos sin Noah metía mierda de ella y supongo que haría lo mismo cuando yo no estuviera presente, es decir, que solo se aprovechaba de nosotras, y lo que realmente quería era que yo me quedara aislada, primero me robó a mi anterior novio y ahora a mis amigas, era una celosa que solo quería mi vida.

Mira que te lo hemos advertido mamá y yo, menos mal que siempre escuchas lo que te decimos.

—Mira pues sí, no te queremos en el grupo, puede que formaras parte antes que Maddy —comentó Noah— pero ella nos ha abierto los ojos, y nos hemos dado cuenta de que no queremos estar contigo, que solo quieres atención y que eres mucho peor que cualquier otra persona en la faz de la tierra.

Yo sí que les voy a abrir los ojos de la hostia que les voy a pegar.

—Vale, pues que lo paséis muy bien, no pienso pediros disculpas cuando necesitéis algo de mí, porque nos conocemos, y cuando echéis de menos algo de mí me obligaréis a que os pida perdón para reponer el grupito y conseguirlo, pero esta vez no va a ser así, Maddy. Y Noah, por cierto, —la miré— si supieras todo lo que Maddison dice de ti te darías cuenta de que nuestro grupo es tóxico por su culpa, y ahora, si me disculpáis, tengo mejores cosas que hacer que hablar con personas aprovechadas y falsas. —Y con esa frase me di la vuelta y caminé rumbo a casa de James, buscando algo de consuelo.

Atardeceres de soledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora