💚15: Tres regalos

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ASHTON

—Muchas gracias por recogerme, Ash.

—No hay de qué

Es una larga historia de cómo Anna y yo terminamos en un taxi directo a la casa de Henry. La encontré en una calle medio desubicada y me ofrecí a llevarla a la casa de Henry, al parecer estar tanto tiempo en Gringolandia la ha dejado perdida aquí.

Saco mi teléfono con mucha precaución, quién sabe, el taxista se puede volver loco y me puede intentar robar el celular causando un accidente, y abro WhatsApp para ver unos cuantos mensajes que me llegaron a lo largo del día. Como dije, estuve todo el día en citas médicas y acompañando a mamá y a Luka a una que otra reunión en su trabajo. Uno de esos mensajes de WhatsApp era de Henry, solo me escribió una vez a medio día.

"Espero que no estés muy ocupado, de verdad me gustaría que vinieras hoy a mi casa... Además, si no vienes no te guardo torta (Porque Karen se la come toda). Así que estas avisado, bipolar"

No puedo evitar sonreír, Henry es una caja de sorpresas. No sabes con qué estupidez te va a salir.

Nos bajamos del taxi y le pague, estábamos en frente de la casa de Henry ahí parados sin saber muy bien que hacer o decir, mire lo que traía Anna en las manos: una bolsa de regalo con un peluche adentro, no podía saber muy bien de que peluche era, pero se veía caro.

Me aproxime a la puerta y la toque, casi de inmediato alguien abre la puerta. Era Karen, se veía alterada y su respiración iba muy rápido.

¿Qué le pasa?

Anna y yo nos miramos para volver a fijar la vista en Karen.

—¡Ashton, gracias a Dios que estás aquí! —No pude ni reaccionar, cuando me di cuenta Karen me tomó de un brazo para arrastrarme al interior de la casa—. Se armó tremendo desmadre y ahora Henry no sale de su habitación.

¿Cómo?, ¿qué sucedió?

—¿Por qué, qué pasó? —Estaba preocupado, estaba a punto de invadir a Karen de preguntas cuando llegamos a la sala y me señala a dos tipos que estaban ahí sentados.

—Ellos pasaron.

Vi a Kevin. ¿Qué hace aquí? Ni idea. Y a un señor mayor hablando en la sala libremente y alegremente como si ellos no tuvieran nada que ver, en el otro extremo estaba doña Rosa (por fin me aprendí el nombre de la suegra) y un chico que no conozco mirando a los otros dos hablar.

Anna se llevó a Karen al otro extremo de la sala y yo me dirijo hacia donde está doña Rosa y el chico, ella al verme me recibe con una sonrisa.

—Hola de nuevo, gracias por venir —su sonrisa era leve, pero me decía suficiente para saber que algo no estaba bien.

Le devolví la sonrisa.

—No podía faltar a la fiesta de mi mejor amigo —estaba tratando de adivinar lo que pasó en los minutos en que Anna y yo estábamos en camino, mi atención se fijó en el chico que no conozco, tenia tremenda chaqueta por encima (no hace tanto frío tampoco, aunque dicen que hay personas que nunca se acostumbran al frío), está sentado, pero se nota por encima que es hasta más alto que yo, él tampoco ha quitado su vista de mi y eso me asusta.

Él se levanta y se acerca a mí, su mirada da miedo.

—¿Tú eres Ashton, verdad? —se acercó un poco más a mí y empezó a mirarme de arriba a abajo. ¿Qué demonios le pasaba y cómo sabia mi nombre?

—Eh... ¿Sí? —Los nervios empezaron a apoderarse de mí y la tensión que había en el lugar se hizo más grande.

Él se quedó viéndome por unos segundos más hasta que vi que su semblante se relajó y me extendió la mano y me sonrió

Amor en bruto © (En curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora