Capítulo 12

844 101 79
                                    

Tn;

Pasaron meses, poco a poco la ansiedad disminuía, pues empecé a ir a terapia, en donde me hicieron darme cuenta de que tenía que empezar a dejar ir recuerdos, o cosas que me hicieran sentir mal, con eso no se refería a olvidarme de bill, sino a saber como controlar lo que sentia, y a dejar atrás el pasado. Y aunque tratara de olvidarlo, jamás podría, solo los recuerdos quedan, no puedes olvidar a alguien en un par de meses, pero si sanar heridas, y era lo que yo estaba empezando a hacer, tratar de sanar poco a poco.

La psicóloga me diagnosticó depresión, y ansiedad, por lo que me receto pastillas para tranquilizarme, junto con actividades que tenía que hacer durante el día, para despejar mi mente, y no sentir tanta tristeza, o que los recuerdos me hicieran sentir mal.

También me dio consejos, para poder vivir bajo las reglas de mi madre, solo me dijo que en cuanto cumpliera los dieciocho años de edad, podría independizarme y ya decidir por mi misma, tan solo faltaba un año más, el cual lo esperaba de verdad con tantas ansias. Seria mayor de edad y podría decidir sola, sin que alguien estuviera hablando por mi, ni mi madre, ni mi padre y mucho menos ni mi abuela.

Aunque, mentiría si digo que no me daba tristeza aveces.

Llegue a casa, había salido a terapia, y al regresar, me encuentro con un chico afuera de mi casa, era el doctor.

No tenía ni la menor idea, de por qué venia, o que quería, si venía conmigo, seria bastante raro, pues ni siquiera nos conocíamos, y yo ni interesada estaba de hablar con el, o cualquier cosa similar, solo esperaba a que no estuviera esperando por mi.

Mientras más me acercaba, noté que luisa ahí estaba.

-ah, mira ya llegó- dijo luisa dirigiéndose a el chico

El volteo a verme, y ahí supe que si me buscaba a mi.

-uhm- se aclaro la garganta -hola tn- me dio una sonrisa

-hola...- no sabía ni siquiera su nombre -¿paso algo?-

Al decir eso, luisa me miró mal, y rodo los ojos.

-bueno, lo que pasa, es que...- parecía estar nervioso -queria invitarte a salir-

¿qué? ¿invitarme a salir? ¿y por qué carajos a mi?

-ah eso- no sabia que decir -ire a pedir permiso, ya vengo-

No quería verme grosera, y decirle que no, pero en verdad, no quería salir, desde hace meses que no salía así con alguien, y no, no hablo de manera amorosa, sino de socializar con personas, me era difícil, me daba ansiedad social, y constantemente sufría por eso.

Mi madre se encontraba con sus amigas en la sala.

Le pregunté si podría salir con el joven doctor que me estuvo cuidando, mientras estaba en reposo, y dijo que si, sin ningún problema, me parecía bastante raro, ¿por qué con el si y con bill no? que estupideces.

Subi a retocar un poco mi maquillaje y a colocarme otra blusa, asi que baje, y salí de la casa.

Durante toda la tarde, la pasamos recorriendo la ciudad, también fuimos al cine, y hablamos sobre nosotros, me dijo su nombre, me contó cosas sobre su carrera, sobre su infancia y adolescencia, y lo mismo yo, le hablé de mis gustos en la música, de mi infancia, y lo que quería estudiar de carrera. Al parecer ya éramos amigos, pues nos llevamos bastante bien, y coincidíamos en ciertas cosas.

Además de que era divertido, y me hacia reír con sus ocurrencias, después de todo no fue tan mala idea haber salido.

Regresamos a casa, derian me dejo y después el se retiró.

...

Con el tiempo, el y yo nos hicimos más cercanos, venía a mi casa, cenaba con mi familia, salíamos a caminar, y varias cosas juntos, ya le empezaba a tomar cierto cariño.

Pero nada raro, ni diferente, pues no lo podía ver como algo más, para mi solo era mi mejor amigo, aunque mi mamá me dijera que hacíamos buena pareja, y que le gustaba para que fuera mi novio, pues su familia tenía dinero, tenía clase, era educada, de buena economía, y con estudios académicos. Para mi mamá, la apariencia era lo primero, tenía que tener una buena imagen, y derian para mi mamá era el chico perfecto, con el que debería casarme.

Debía admitir que derian era guapo y buen chico, pero no me gustaba.

Aveces pensaba que el sentia algo por mi, más allá que una amistad, por la forma en que me miraba y hablaba, pero yo a el ya le había dicho las razones por las cuales no pensaba tener una relación o interesarme en alguien, por eso mismo discutíamos seguido.

-¿sigues con lo mismo de no querer enamorarte otra vez?-

-ya te dije que no pienso volver a enamorarme- conteste de mala forma

-tn, deberías darte la oportunidad con alguien- decía siguiendome

-derian, sabes bien que no pienso darme una oportunidad con nadie, así que no sigas con el mismo tema-

Tome el primer autobús que paso, dejando a derian ahí parado, estaba harta de que siempre tocara ese tema, y empezara a decirme que hacer o que no hacer, debería dejarme ser yo misma, debería entender que esa era mi decisión, y respetar lo que yo pensara.

Llegue a casa, enojada, estaba estresada por haber peleado con derian y por el mismo tema de siempre.

No me gustaba discutir con el, me hacia sentir mal, pero tampoco me gustaba que se metiera en mis asuntos, debería aprender a respetar lo que yo pensaba, aveces le costaba hacer eso, a pesar de que discutíamos nunca nos dejábamos de hablar, pero aun así seguía doliendo el no hablar durante horas, o incluso aveces hasta días.

Odiaba las discusiones, era un trauma para mi, pues me afectaba demasiado pelear, me hacia sobrepensar.

Iba a subir las escaleras, cuando accidentalmente la suela de mi tenis piso algo, no era un objeto grande, sino una pequeña cosa, que estaba tirada en el suelo, por lo que decidí agacharme y recoger aquello.

Era un anillo, un anillo que me pareció haber visto antes.

Rette mich (bill kaulitz) segundo libro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora