Cassie, abrió el refrigerador y sacó una suculenta manzana. Se sentó frente a la pequeña mesa de madera. Albus, fue hacia ella y apoyó su peluda cabeza sobre su regazo. Ella lo acarició y mimó, hablándole como si fuera un bebé. Mordió la fruta y luego miró a su alrededor.
Se había despertado hacia diez minutos entre los musculosos brazos de Ethan. La sensación la sorprendió. Se sintió bien, intimo. Y aquello la preocupó. No quería que las cosas se confundieran. Ella no estaba buscando nada serio. No quería una relación. No quería complicaciones. Tal vez sería mejor aclararle eso a Ethan. Estaba demasiado metida en sus pensamientos y no lo escuchó llegar.
—Te me escapaste, preciosa.
Su grave voz la hizo levantar la mirada hacia la puerta. Todo su cuerpo se estremeció bajo la camiseta que él le había dado. Era todo un espectáculo. Despeinado, rostro de recién levantado. Llevaba unos jeans desgastados, sin abrochar, que estaban terriblemente bajos en sus caderas, dejando a la vista aquellos magníficos oblicuos. No se molestó en ponerse una camiseta.
—Tenía un poco de hambre —le contó mostrándole la manzana.
Ethan, caminó hacia ella. Cassie, lo observó en todo momento. Cuando él estuvo cerca tiró la cabeza hacia atrás para poder mirarlo a la cara. Él se inclinó sobre ella y posó los labios sobre los suyos cortamente. El gesto fue simple, pero intimo. De alguna manera hizo que ella se sintiera algo incomoda.
—Puedo hacerte algo de cenar —se ofreció con una sonrisa.
Despreocupado, y sin saber las contradictorias emociones que despertaba en ella, se dirigió hacia el refrigerador para sacar varias cosas que había comprado.
Cassie, se puso de pie, tiró el resto de la manzana en el tacho y se acercó a él. Se sentó sobre la mesada que estaba pegada al horno y lo miró mientras él comenzaba a cortar las verduras.
—Necesito que hablemos —dijo entonces.
Él la miró por unos segundos, alzando las cejas, y volvió a concentrarse en lo que estaba haciendo.
—Te escucho, preciosa.
Cassie se mordió el labio inferior, un poco nerviosa.
—Yo... yo no estoy buscando una relación seria, Ethan. No me interesa en lo absoluto.
Ethan, se mantuvo en silencio. Aquello no lo sorprendía en lo absoluto. Sabía que Cassie era alguien especial, que tenía formas diferentes de ver la vida, debido a las experiencias que tuvo que vivir.
—Tranquila, yo tampoco busco eso.
Aquello era una pequeña mentira. Pero él tendría tiempo para hacerla cambiar de opinión. Era un hombre muy paciente.
Ella soltó un suspiro y se relajó. Sonrió bastante contenta.
—Me alegra oír eso. Tú me gustas, y no quiero que las cosas se confundan. Somos buenos amigos que podrían disfrutar de ciertos... beneficios.
Él sonrió y terminó de colocar la carne y las verduras dentro de una fuente para luego llevarlo al horno. Se colocó frente a ella, encontrando un espacio entre sus piernas que colgaban de donde estaba sentada. La tomó suavemente de la cintura.
—Amigos con derecho, me agrada eso.
Cassie, quedó algo embobada por la forma en la que sus celestes ojos la miraban. Lo tomó de las solapas abiertas de su camisa y lo acercó a su boca. Haber dejado aquello en claro, le sacó un peso de encima. Se relajó bajo sus labios, dispuesta a retomar lo que no habían podido terminar. Sería totalmente falso de su parte decir que estaba pensando en él, ya que fue él el que no quedó satisfecho. Pero era tan egoísta que estaba pensando en ella y solo en ella.
ESTÁS LEYENDO
Firefighter
RomanceEthan McGregor quiere una relación. Cassandra Williams quiere sólo sexo. ¿No debería ser al revés? DERECHOS RESERVADOS. PROHIBIDA SU ADAPTACIÓN PARCIAL Y/O TOTAL.