Capítulo Seis

3.1K 224 4
                                    

Cassie se bajó del auto y cerró la puerta con enojo. Se acercó al capó para ver como una pequeña cantidad de humo comenzaba a escapar por las fisuras. Sí, al parecer su pobre auto estaba llegando a sus últimos momentos. Bueno al parecer las cosas no parecían querer mejorar para ella. El seguro apenas cubría un poco más de la mitad del valor real del departamento. Su trabajo pendía de un hilo. Su ex marido había quedado en libertad, y no podía estar segura de que cosa volvería a hacer. La audiencia había sido relativamente buena, y Cassie estaba conforme con tener a su mejor amiga como abogada.

Sonrió al recordar a Angie. La había notado nerviosa, emocionada, asustada, todo al mismo tiempo. Pero supo que el motivo de todas esas emociones era Nathan. Habían llegado juntos, y su hermano tenía una pequeña sonrisa que decía que algo había cambiado.

¿Sería que al fin su amiga había decidido aceptar lo que había entre ella y su hermano?

Eso sería muy interesante.

El humo que despedía su auto la hizo volver a la realidad. Abrió el capó y comenzó a toser. Agitó la mano para disipar el humo y colocó las manos sobre sus caderas. Miró los motores y los cables que allí había. No tenía ni idea sobre cómo arreglar autos. Bien, siempre había una primera vez para todo. Metió la mano y al instante insultó entre dientes al quemarse.

—Me parece que alguien necesita ayuda —su voz la hizo sonreír. Se inclinó un poco y lo miró.

—Lo tengo todo totalmente bajo control —mintió.

Ethan, se acercó hasta quedar a su lado. Observó el interior del auto. No tenía buena vista. Al parecer su auto necesitaba una buena intervención. Él podría revisarlo y quizás pedirle como pago una cita que ella venía posponiendo desde hacía un mes.

—¿Cómo estuvo la audiencia? —le preguntó entonces.

—Creo que bien —dijo ella soltando un suspiro —Aunque para mi mala suerte, Josh, quedó en libertad.

Ethan, apretó los dientes. Saber que ese hijo de puta estaba libre lo enfurecía. Cassie le había contado todo con respecto a su matrimonio. El tipo había sido realmente un infeliz, y él no podía entender por qué seguía haciéndole daño a Cassie.

—Ya sabes que puedes llamarme si se aparece por aquí, ¿verdad?

Cassie sonrió y lo miró.

—Sí, me dijiste. Gracias —se dio cuenta de que era bastante temprano para que él estuviera levantado, teniendo en cuenta que había trabajado toda la noche anterior —¿Qué haces despierto a estas horas?

—No podía dormir —le contó —Estoy un poco preocupado.

—¿Por qué?

—Corine está engripada. Sam dice que es normal ya que está yendo al jardín, pero no lo sé. Ella nunca ha estado enferma por tanto tiempo.

—Es normal, Ethan —sonrió ella para intentar calmarlo —Los niños pasan por ese tipo de cosas. Sus cuerpos se preparan para poder crear defensas que le sirvan para el futuro.

—Aún así, no me gusta verla así —se quedaron en silencio —Que te parece si remolcamos tu auto hasta mi jardín y le echo un vistazo.

—No es necesario, Ethan. Puedo llamar a un mecánico.

—No se diga más, preciosa. Yo lo haré.

Tratando de discutir con él, pero sin tener éxito, Cassie observó como él llevaba su auto hasta entrarlo a su garaje y así sacarlo a su patio trasero. Ella fue tras él y su bonito perro comenzó a menear la cola al verla. Lo acarició hasta que el enorme animal se cansó de sentir calor y ella lo vio irse hasta tirarse frente a una de las entradas de aire de la casa. Seguramente allí lograba refrescarse.

FirefighterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora