Dos meses después.
Una semana más y navidad llegaría Detroit. Era increíble lo hermosa que se veía la ciudad con toda la decoración navideña, y el clima frío también era bien recibido después de tantos meses de calor. Todo el mundo parecía feliz y entusiasmado con la preparación de las reuniones familiares.
Todos menos Cassandra Williams.
Cassie, miró la hora en su reloj de pulsera. Ya eran las siete de la tarde, y se suponía que tenía una cita a las nueve. Ella aún estaba en la oficina intentando terminar un artículo importante.
Su celular comenzó a sonar, pero decidió no atender. Dos segundos después, el maldito aparato volvió a insistir. Maldijo entre dientes y contestó.
—¿Qué? —su tono fue brusco, y no se preocupó por ello.
—Wow, ¿mal día? —inquirió Angie del otro lado.
—Necesito terminar el maldito artículo y mi cita es a las nueve.
—¿Otro intento desesperado para dejar de pensar en el bombero?
—¿Llamaste para eso, Angélica? —le preguntó dejando de tipear en su computador —Porque si llamaste para eso, déjame decirte que prefiero cortarte.
—Tranquila —rió su amiga —No quería alterarte, solo llamaba para preguntarte si quieres que pasemos navidad en tu casa. Nathan fue el de la idea, ya que tú eres la de la nueva casa. Sería lindo que allí fuera.
—Sí, lo que sea —suspiró —Dile que luego lo llamaré.
Hubo un pequeño silencio por parte de su cuñada.
—Cassie, ¿cuánto tiempo más piensas estar así?
—No sé de qué estás hablando...
—Sí lo sabes, cariño —Cassie bajó la guardia un poco —Desde que Ethan y tú terminaron su "acuerdo", no haces más que gruñir y llorar con películas absurdas.
—Tengo que terminar esto, Angie —a pesar de que quería ponerse a llorar nuevamente en ese momento, de contuvo. No iba a volver a hablar de su vecino con nadie —Luego te llamo. Te quiero.
Colgó antes de que Angie pudiera decir algo más. Soltó un largo suspiro y volvió a concentrarse en su artículo.
Luego de quince minutos más supo que aquel artículo no quedaría mejor de lo que estaba. Guardó el archivo y apagó todo. Salió del edificio y sin dudarlo se dirigió a su casa. Tenía poco tiempo para prepararse y volver a salir.
Al doblar en la entrada hacia su casa, se sorprendió un poco al ver a la enorme camioneta negra en la entrada de la casa de él. Hacía semanas que no lo veía. Ethan, al parecer, había decidido tomar turnos más largos en la estación, así como también más trabajo como entrenador de los aspirantes a bomberos voluntarios.
Sus manos se apretaron sobre el volante. Ellos no habían vuelto a hablar después de esa noche. En cierta forma, eso la enojaba. No tenían quince años, no eran unos adolescentes. Podían seguir siendo solo amigos. Pero al aparecer él había decidido tomar la actitud de un niño. Las veces que se habían cruzado al salir de sus respectivas casas, solo se limitaron a compartir un rápido hola. Varias veces ella lo había espiado desde la ventana de su habitación, mientras él estaba con sus hermanas en el patio, o cuando él se limitaba a nadar de noche.
Desde que su acuerdo terminó, Cassie no había tenido una buena noche de sueño. Se despertaba a la madrugada, angustiada, agitada, necesitando el contacto de alguien.
Menos mal, pensaba entonces, menos mal que pidió terminar a tiempo. Porque si él, con los pocos meses que compartieron, había logrado hacer que lo extrañara locamente las primeras semanas, sería peor si lo dejaba tomar el total control de su corazón.
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Firefighter
RomanceEthan McGregor quiere una relación. Cassandra Williams quiere sólo sexo. ¿No debería ser al revés? DERECHOS RESERVADOS. PROHIBIDA SU ADAPTACIÓN PARCIAL Y/O TOTAL.