Capitulo 6

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Unas semanas después no había nada que para lo cual mari no ocupara el libro, volviéndose aparte de un diario, un amigo oculto que tenia escondido, debajo de su pupitre, los días pasaban de manera continua, casi tan rápido como las hojas del diario, no había pasado mucho cuando mari, ya estaba muy al tanto de todo lo que ocurría, dentro de lo que podría ayudarla, no buscaba ningún tipo de objetivo, tan solo platica tanto con el libro que terminaba enterada de todo aquello que surgía a su alrededor, aunque esto también se atribuía al libro.

-nunca había conocido a alguien que escribiera tanto -se escribió en aquel libro

Mari pensaba atentamente y escribió lo siguiente- recuerdas cuando fuiste creado?

-en realidad ya tiene algún tiempo, pero no podría decir una fecha específica, es como preguntarte si recuerdas el día en que naciste- se escribió sobre el diario

Mari escribía todo lo que pensaba en el libro de manera que este le respondía de manera ya conocida- entre todo lo que pasas no imagino ser tu, debes de saber todo tipo de cosas, entonces ahora en todo este tiempo lo he olvidado como es ser tu?

-para mi el pasar por los pasillos, únicamente observando, como si estuvieras arriba de un pequeño avión de juguete mientras la escuela es tu pista de carreras, o al menos eso es de manera mas común-se volvió a escribir en el diario

Mari mordió el lapicero y después escribió- porque de manera común?

-a veces no puedo circular por toda la escuela – escribió de manera muy rápida esta vez

-a que te refieres con eso?, como si alguien estuviera ahí?- volvió a escribir

-no estoy muy seguro de ello, es como si no pudiera pasar libremente por los pasillos como si los cerraran, no estoy seguro, no en realidad- se escribió de nuevo de forma normal

Mari noto en todo este tiempo nunca le había preguntado a la libreta si existían mas como ella o algo parecido, por lo que su expresión cambio de un momento a otro y volvió a escribir- existen mas diarios como tu? O hay algo parecido a ti? Y a que te refieres con no poder caminar o entrar a los pasillos?- escribió mari de manera algo apresurada, al mismo tiempo que preocupada

-no se como describirlo, pero estoy casi seguro que no soy lo único que no encontrarías normal en este lugar o eso quiero yo pensar, al pasar del tiempo he notado algunas cosas, como por ejemplo que a veces simplemente no puedo pasar por algunos pasillos, como si algo me impidiera atravesarlos, esto es lo mas común, aunque ya a pasado un tiempo pero me llego a pasar que mi entorno se volvía oscuro como si no hubiera nada ahí, aunque ahora que lo pienso esto una vez se relaciono con algo que solo paso una vez, el hecho que no podía ver lo que alguien pintaba-terminaba de leer mari

-entonces no existen mas como tu, pero debe existir algo que no es del todo normal- escribió mari cuando fue interrumpida por isabela

-mari últimamente no sueltas esa libreta- dijo con un tono común

Fuera del libro volvió a su entorno, en ese salón viejo donde se encontraba, nadie prestaba atención a mari después de sentarse al fondo, algunos ni siquiera estaban gracias a la ausencia del profesor en esa clase, pero isabela llego en el momento más emocionante para mary.

-aún falta algo de tiempo no prefieres salir a dar un paseo?- dijo isabela

-claro vamos- respondió mari con una sonrisa

Salían del salón pasando por esos viejos pupitres, junto esa viejo pizarrón, y por ese estrecho pasillo poco vistoso, caminaban alrededor de los casilleros hasta llegar al patio, aun siendo otoño el patio se veía muy verde, al mimo tiempo que ellas lo notaban, su voz rodeaba los pasillos, platicaban nuevamente de cualquier cosa hasta que isabela noto que mari aun llevaba con ella el libro.

-mari por que llevas aun el libro?- pregunto isabela directamente

-a veces solo no puedo dejar de escribir, es un pasatiempo-contesto mari

-bueno aun que me gusta mucho verte así es muy raro verte escribir tanto, pensé que te gustaba la pintura- dijo en dirección a comprar algo

-espérame un momento voy por algo-dijo mientras se dirigió rápidamente a comprar algo en la tienda

Mari no desaprovecho ningún segundo y escribió rápidamente en el diario- cuénteme de aquella vez que no podías ver lo que pintaba esa persona, escribe la historia completa llegando la leeré

-toma uno-dijo isabela con unos pastelitos en la mano, mientras mari guardaba el libro en su mochila

Isabela era la mejor amiga de mari desde ya hace algunos años, siendo que ella era alguien muy importante para ella, mari llevaba unos días pensado por que le ocultaba la existencia del diario. Volvieron al salón, terminaron sus clases y salían como de costumbre esta vez de manera que las dos se dirigían a casa de isabela después de que ella invitara a mari a pasar un rato ahí. En las tardes alguna visitaba a la otra, eran las mejores para ellas, podían estar un sin fin del tiempo sin que notaran que este pasaba, el día termino de manera normal cuando mari llego a casa, pensando en su mejor amiga, completamente despreocupada hasta recordar el diario. El cual tenía una historia bastante interesante.

-si no recuerdo mal su nombre era Javier, ya de algunos años atrás, un alumno normal, le gustaba la música, en realidad no recuerdo el nombre de todos los alumnos que están por aquí, pero el logro que su nombre se quedara marcado en mi, era un día cualquiera a finales de ese año, en ese momento solo asistían los alumnos que debían alguna materia, cuando en ello, algún camión llego descargando los instrumentos que hoy están en la sala de presentaciones, mientras subían varias mesas y pupitres en algún tipo de cambio con otra escuela, aun en ese momento no era muy común que alguien manejara todo ese equipo, fue ahí cuando entro Javier, el trabajaba con su padre en una tienda de música y equipo, por lo que la profesora rebeca fue quien lo eligió en ese momento para conectar y probar todo, la curiosidad me mantuvo en ese lugar, al mismo tiempo que podía observar los instrumentos observe por primera vez esos pinceles, en una de las cajas donde debía venir algún instrumento Javier encontró un juego de pinceles, brochas junto con todo lo que ocupas para pintar, algo muy desgastado, al final solo se habían colado entre las cajas por lo que se las dieron a Javier.

Mari moría de la intriga recostada en su cama no perdía detalle- paso como si nada las vacaciones de verano, donde nadie esta por los pasillos mas que yo solo. Entrando volví a ver a ese Javier en algunas ocasiones, uno que otro día con alguna guitarra, hasta que se volvió costumbre, en alguna ocasión lo escuche tocar, pero nunca de manera significativa, fue hasta que en algún día después de tocar se quedo hasta tarde, en lo que se volvía su rutina seguía a ese grupo de música, en otro día en especifico el caminaba junto alguno de ellos, cuando observe como Javier se separaba del grupo como de costumbre, en realidad nunca le había tomado relevancia el que se separara pero ese día quise seguirlo por mera curiosidad, daba una vuelta al edificio, para finalmente terminar en la sala de presentaciones, donde se metía de manera rápida simplemente para tocar con una guitarra del lugar, que era del mismo salón. Fue en esos momentos cuando recordé esa rara sensación, el lugar tenia suficiente luz para volverse visible todo el salón, aun cuando comenzó a tocar lo seguía siendo, si no poco después la mi visibilidad se volvió igual que en una noche muy oscura, donde lo único que podía ver era la silueta de Javier, esto ya me había pasado en mas de una ocasión, cuando paso junto a un pasillo, o simplemente cuando estoy en un salón de clases, nada pasaba en ese lugar en general, simplemente perdia el poder ver, siendo otra vez igual pensé en irme, o eso hasta notar que Javier tampoco podía ver.

Una mirada perdida, aun sin saber que pasaba del todo no tenía ningún miedo en él, por otro lado sentía que él y yo podíamos ver lo mismo, tal vez pensé que el seria mi siguiente dueño, pero su respuesta me fue mucho mas sorprendente, seguía tocando, ahora había subido el volumen del equipo de forma que cualquiera podría escucharlo, pero nadie lo interrumpió, tocaba cada momento como si fuera un profesional en ello, mientras no se, que podía estar viendo, al voltear a todos los lugares posibles pero eso me dejo en claro que él podía ver algo que yo no, algo que podía llamar a través de su música, o tal vez de ese equipo de música. Fue todo esto lo que logro que lo siguiera el resto de tiempo que estudio aquí, termino de estudiar pero unos días antes de salir logre ver a esos pinceles que le habían dado, ese día fue el ultimo que estuvieron aquí, los presto a una compañera, ella pinto algunas cosas, los devolvió a Javier y se fue de esta escuela, pero hasta la fecha del día de hoy no puedo ver que pinto, como si el cuadro hubiera quedado en blanco.

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