Capítulo 10.

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Narra Leonardo.

Son las 5:50 a.m y estoy en total soledad tomando un café en el balcón de mi habitación.

El insomnio ha sido mi compañero hace tanto tiempo que no recuerdo con claridad la última vez que dormí plenamente, hace muchísimos años no se lo que es levantarme después de las 6 a.m, ni siquiera con lo cansado que me siento.

Mi noche junto a Francheska fue más agitada de lo que pensaba. Luego de todo lo sucedido ayer respecto a la ayudante de cocina, Francheska se puso un poco intensa, a un punto que pensé que se iría, y si ese hubiese sido el caso realmente no lo ha hubiese detenido pero al final, solo decidió quedarse.

Yo no entendí tampoco el porqué de tanta molestia, no somos novios, estamos muy lejos de serlo y esa chica estaba en apuros ¿No que las chicas se apoyan mutuamente? Solo actué como cualquier persona coherente lo haría... bueno,según mi compañera de noche yo no actúo como cualquier persona.

*inicio del flashback*

Al entrar en la mansión solo hay silencio, son casi las 12 a.m a estas hora Fred e Isabel ya deben estar profundamente dormidos.

Luego de quitarme el abrigo me dirijo hasta el bar para servirme un vaso de whisky, todo esto bajo la intensa mirada de una Francheska que no se ve para nada feliz.

-¿Desde cuando eres un ciudadano modelo? - me pregunta mientras cruza los brazos en sus pechos.

-¿A que te refieres? - Le respondo con otra pregunta logrando que se irrite más y sabiendo perfectamente el porqué de su pregunta.

-No te hagas el gracioso conmigo Rinaldi, tengo suficiente tiempo conociéndote como para saber que no eres el tipo de hombre que se va a los golpes con dos borrachos solo por una insignificante chica- me cuestiona.

Yo tomo en silencio mi trago y la realidad cae en mi como un tobo de agua helada... Francheska tiene toda la razón, no soy para nada ese tipo de hombre y no consideré ni por un minuto el no interferir y dejar que ella solucionara el problema por su cuenta o el darle la orden al chófer de interferir o llamar a la policía, yo solo actue sin pensar y el que me conoce, sabe que no soy un hombre que se deje llevar por los impulsos.

- La conocí en un restaurante hace poco al que fui con Sebastián- le explico - estaba sola y sencillamente sentí que debía ayudarla y solo para aclarar - me acerco a ella - no tengo porque darte jodidas explicaciones- le aseguro.

- Sentí celos, no eres el tipo de hombre que ayuda a alguien- insiste mientras me toma por el cuello y me acerca a ella.

- ¿Debería ofenderme? - le pregunto.

- Si en lugar de esa chica, hubiese estado yo, me ayudarias ¿cierto? - me pregunta continuando con esta conversación sin sentido.

- Si Francheska, lo haría- le respondo comenzando a fastidiarme y ella solo permanece tomando el cabello de la parte baja de mi cabeza.

-¿De esa forma tan valiente sin pensar en los riesgos? - me insiste y yo permanezco en silencio- ¿tomarias la situación y solucionarias todo por tu cuenta solo para salvarme como lo hiciste por ella? - Francheska me mira luego de terminar todo su monólogo.

¿Yo haría lo mismo por Francheska? ¿la defendería como lo hice con la ayudante de cocina? joder.

- Esta conversación me parece una jodida broma- le reclamo mientras apartó sus manos de mi cuello y ella abre sus ojos debido a la sorpresa- tu y yo no somos pareja, ni novios ni nada que te parezca, ¿somos amigos? Se podría decir que si ¿disfrutamos de buen sexo juntos? no puedo negarlo, pero yo no le doy explicaciones a nadie, mucho menos a mis jodidos amigos o mi compañera de turno en la cama - le aclaró- actuo como quiera, cuando quiera y con quien quiera y si eso es muy irritante para ti, la puerta está abierta y mi chófer esperando la orden de dejarte donde desees querida - sus ojos están a un segundo de salir de su rostro de lo abiertos que están - Leonardo Rinaldi no pierde el tiempo explicando sus decisiones a nadie, ya deberías saberlo querida Francheska.

Mi salvaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora