El árbol narrador.

Mariposa

Posada sobre flores silvestres que crecen bajo un impetuoso sol y observan en la oscuridad de la noche la magnificencia de las luces celestiales; en esa oscuridad, sobre una flor en específico yace una mariposa manchada de luz, cuya luz no ha descubierto aún.

Como una súplica directo a las estrellas, o inconscientemente al autor de esa hermosa obra llamada universo; la mariposa recita sus sentimientos a la noche cuál poeta apasionado.

- Hoy volé alrededor de las montañas, casi llegando a las nubes a ver si el leve viento me daba uno de sus abrazos que reconstruyen un espíritu roto. Intenté acariciar al viento con mis alas porque tal vez no soy la única que necesita amor. Hoy, cómo en otras noches, me puse a repasar lo que he aprendido para no bajar más... incluso para el vuelo alzar. Me puse a repasar el sentimiento que alejo, por consecuencia me cuesta brillar. Culparé al tiempo por no saberme tratar, por administrar mal sus pruebas con esta mariposa que solo sabe llorar. Ya me acostumbré a despegarme para no apegarme..., Pero sin querer obvié esa regla con un par de flores; confundí los sabores y los colores. Me acostumbré a volar en el mismo prado, pero las estaciones cambian, los ciclos cambian y todo poco a poco se va marchitando mientras algo nuevo florece en otro lado.

Es necesario que yo sepa cuándo volar lejos en busca de algo mejor. Y es importante que reconozca cuando un prado no da más, saber si estoy volando sobre flores o sobre tierras de maldad. Y al darme cuenta preguntaré "¿Alguna vez estás tierras áridas me dieron flores?, ¿Cómo confundí los sabores y colores si solo consumí dolores?" - Mariposa pauso para mirar a su alrededor y luego gritar - Oh oidor silencioso, se que ahí estás. Tú que miras desde el cielo, enséñame el camino hacia el prado de oro fino, cascadas que reflejan tu rostro como cristal sin tocar. Oh oidor silencioso ¿Que luz quieres hacer brillar en mi?, ¿Cuántos prados sin flores tendré que sobrevolar? No quiero ser la Mariposa que solo reposa y ve las estrellas brillar.- Y Mariposa posó sobre delicados pétalos blancos su pesar, mientras recitaba algo distinto cada vez que sentía la necesidad de decirlo al aire, a la noche...o a un oidor silencioso.