Traje la moneda de la suerte.
No sé por qué lo hice. Pasé por delante de ella centenares de veces sin inmutarme siquiera, y siempre la había dejado dónde estaba, para que se fuera formando una fina capa de polvo a su alrededor. Sin embargo, hoy hubo algo que hizo que me fije en ella, no sé el qué... Quizá la forma en la que descansaba ahí, en la misma estantería en la que llevaba tres años sin que nadie la tocara.
Hoy juraría que tenía pinta de...
De traer suerte.
Me extremezco cuando esa palabra reaparece en mi mente, seguida de cerca por un par de ojos marrones y una melena larga y castaña. La suerte era cosa de mi madre, no mía, pero, de todos modos, me meto la mano en el bolsillo y acaricio el suave metal hasta encontrar con la uña del pulgar una pequeña muesca en el borde, justo encima de la cabeza de George Washington.
— Vas a ver qué divertido —me susurra mi padre, que está delante de mí en la fila para comprar los cartones. Se vuelve para dedicarme una sonrisa deslumbrante, una sonrisa que finge que pasamos los últimos tres años previos a la noche de hoy evitando cualquier cosa que nos recuerde a ella.
Resoplo.
—«Divertido es la última palabra que se me pasa por la cabeza —respondo también en susurros mientras echo un vistazo al salón y contemplo el circo que se armó a nuestro alrededor, que no es otro que el bingo mensual para recaudar fondos que organiza el distrito escolar de Huckabee. Aunque ha pasado mucho tiempo desde la última vez que vine, casi todo sigue igual. Mi mirada se desliza desde las dos viejecitas que luchan cuerpo a cuerpo por un sitio de lujo al lado del locutor hasta Min Yoongi y su colección de piedras ordenadas cuidadosamente por tamaño encima de sus cinco codiciados cartones de bingo.
«Caótico» quizá. «Caótico» sería la palabra adecuada.
Pero ni en este caos protagonizado por ancianos que luchan a brazo partido y preciadas colecciones de piedras puede distraerme de la inquietud que siento por volver a estar aquí, y no solo por lo que este lugar significaba para mí madre y para mí.Para alguien que hace tres semanas se las arregló para hacer saltar por los aires su vida social en el baile de fin de curso no existe un lugar peor sobre la faz de la tierra. Por desgracia, la completa destrucción de dicha vida social implica a su vez, que no había absolutamente ninguna excusa que pudiera poner para librarme de venir.
Y no puedo hablar con mi padre sobre lo que ha ocurrido, ni casi sobre nada más, en realidad, así que aquí estoy, paseándome con mi letra escarlata. Mientras tanto, mi padre está tan pancho y vive la velada como un pequeño reencuentro del colegio, porque esta noche es cuando su mejor amigo, Yoo Jeongin, ha vuelto al pueblo después de haber vivido casi 20 años fuera. Muy oportuno.
Y digo oportuno porque, si quieres volver a sumergirte en las profundidades de la alta sociedad de Huckabee, esta es la forma más espectacular de hacerlo. Al fin y al cabo es probable que la mitad de las personas con las que se gradueron estén sentadas en esta misma sala.
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la lista de la suerte ;; winrina
FanfictionMinjeong y su madre siempre tenían suerte, hasta que se les acabó: hace tres años su madre murió de cáncer y nada ha ido bien desde entonces. ㅤㅤㅤ ㅤㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ° • (☆) • °ㅤㅤㅤㅤ Todo cambia cuando Minjeong encuentra la lista de deseos...