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Más tarde, repantingada boca abajo en la cama, abro el calendario en el teléfono y cuento los días que faltan hasta el final de la excursión al lago Huckabee

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Más tarde, repantingada boca abajo en la cama, abro el calendario en el teléfono y cuento los días que faltan hasta el final de la excursión al lago Huckabee. El último día del viaje es el objetivo que me he marcado para terminar la lista, al menos según Jimin.

Veintiuno.

Veintiún días para hacer todo lo que hay en esta lista.
La excursión será lo último.

Dentro de veintiún días habré terminado la lista de mi madre. Siempre que sea capaz de elegir por dónde empezar.

Abro Instagram y echo un vistazo a las publicaciones del perfil de Tatuajes Sycamore Street por enésima vez, ya que ese es el primer punto de la lista. Mientras veo las fotos de brazos, piernas y torsos recién decorados que se deslizan por mi pantalla, intento trazar un plan de ataque. Me detengo en una fotografía que me resulta familiar, una rosa roja plantada para toda la eternidad en el costado de mi mejor amiga, Yunjin.

Fuimos el último día de San Amiguín para aprovechar un descuento especial que Sycamore Street anuncia para todos los días señalados, ya sean importantes, poco importantes o totalmente inventados. Puedes ir y elegir un dibujo de una carpeta rebosante de diseños por un precio menor de cincuenta dólares. Incluso hicieron un descuento especial por el Día Nacional del Queso, que estoy bastante segura de que no existe.

Al más puro estilo Huckabee, en Tatuajes Sycamore Street no se molestan en pedir el carnet de identidad, razón por la cual tanto Yunjin como la mitad de nuestros compañeros de clase se han hecho sus primeros tatuajes mucho antes de cumplir los dieciocho. Como íbamos a hacer nosotras el febrero pasado.

-¡Vamos, Min! -me dijo-. ¡Seamos malas por una vez! Como...

Como antes. Se interrumpió antes de terminar la frase, pero me dolió de todos modos.

Recuerdo que Yunjin me pasó la carpeta para que le echase un vistazo tras haber pasado solo un par de páginas y elegir la rosa.

-¿En el brazo o en el costado?

Dije que en el brazo, pero ella decidió hacérselo en el costado.

Me acobardé unos minutos más tarde al ver la aguja y preguntarme cuándo la habrían limpiado por última vez, ya que no me podía quitar de la cabeza las estadísticas sobre infecciones que había leído. Me di cuenta de que Yunjin estaba decepcionada, pero ella fue fiel a su decisión y se hizo el suyo. Me apretó la mano con tanta fuerza que cuando terminaron ni siquiera sentía los dedos.

Lo que me hizo reafirmarme aún más en mi decisión de no tatuarme.

Hasta ahora. Si consigo dejar de ser una gallina.

El teléfono me empieza a vibrar en la mano. El nombre de Yunjin aparece en la pantalla en letras blancas. Es la primera vez que me llama desde que se fue. Tiene derecho a treinta minutos de teléfono cada domingo por la noche y buena parte de ese tiempo es para Jihyo, así que no quiero malgastar ni un segundo.

la lista de la suerte  ;;  winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora