¡Me duele la cabeza!
Siento como si mi cabeza pesara mil kilos más que mi cuerpo, poco a poco fui forzando mis ojos para adaptarlos a la luz que entraba por la ventana de mi habitación.
Mierda ¿Qué hora es?
No sé ni con que fuerza de voluntad logre sentarme en la cama.
- ¡Ahora si nos llevó la chingada a todos! – escuche un grito proveniente del primer piso.
Voltee para despertar a Alisson, pero ella no estaba en la cama. Se nota que está acostumbrada a beber, yo voy a tener que tomarme media caja de aspirinas y un botellón de agua para sobrevivir hoy.
- ¡Pero como mierda llego a pasar eso! Acaso Estefan no conoce las reglas.
- ¡A él le importan un comino las reglas Amanda!
- Porque gritan tanto estas mujeres un sábado en la mañana – susurre levantándome a colocarme las pantuflas entre dormida y despierta
Salí de la habitación y cuando baje las escaleras, había una turba de chicas en pijamas y pantuflas abajo.
Todas me vieron al bajar
- ¿Me perdí de algo?
Amanda fue la primera en dar un paso adelante y responderme.
- ¡El imbécil de Esteban Koch nos jodio a todos!
Termine de bajar las escaleras cruzándome de brazos.
- Amanda creo que me vas a tener que explicar paso a paso porque no entiendo nada, pero si estoy de acuerdo en que ese tipo es un imbécil.
Note a Alisson sentada en el sofá y por primera vez no vi esa sonrisa o luz que la acompaña, se veía triste.
¿Qué demonios?
- Todas vuelvan a su habitación obviamente hoy no vamos a poder salir de la facultad.
Mire a Amanda confundida
- ¿Cómo es eso que no vamos a poder salir?
Yo tengo una cita con Edmond, bueno si a una cita se le puede llamar estar todo el tiempo arriba de él besándolo... además hoy tenía ganas de empezar a llegar más allá de lo que hemos hecho.
Raquel me miro con cierto ¿Odio?
Desde que empecé a salir con Edmond cambio completamente conmigo y lo acepte porque sé que le gustaba y bueno yo prácticamente se lo quite.
- ¡Porque estamos encerradas aquí! Toda la calle esta militarizada y hay guardias en la puerta que no nos dejan salir.
Abrí los ojos sorprendida
¿Cómo es la cosa?
Sin esperar mucho me fui a la puerta y la abrí de golpe.
Quede estática
Había tres hombres en la puerta con uniforme de las fuerzas armadas de Estados Unidos y voltearon inmediatamente al ver que abrieron la puerta.
Un moreno como de tres metros de alto armado hasta los dientes me miro.
- Señorita ya le avise a su presidenta que hoy no van a poder salir de la fraternidad por su seguridad, así que haga el favor de volver adentro y no abran más la puerta.
No sé por qué no le hice caso salí y mire la calle.
¡Carajo!
Cada fraternidad tenia los mismos guardias en la puerta y en la calle estaba hasta un tanque militar note helicópteros arriba dando vueltas.
ESTÁS LEYENDO
Todo lo que temía ser
Teen Fiction"La luz es la mano izquierda de la oscuridad, y la oscuridad es la mano derecha de la luz; las dos son una, vida y muerte, juntas como amantes." No recuerdo en que libro había leído esa frase, pero es la mayor verdad contada en la historia. Ya no q...