Capítulo 32; "Al fin acabó"

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RECOMENDACIÓN: LEER EL CAPÍTULO CON LA CANCIÓN.

—¡Tanjiro! —Lo salve de un ataque que le pudo haber costado la vida.

—¡Aiko-san!

—¿Estas bien?

—¡Si! ¡Muchas gracias!

—Bien... Te soltaré —Afloje mi agarre y me puse en posición para atacar a Muzan.

Mis ataques no son de un rango muy amplio... Por lo que tengo que encontrar una buena apertura.

¡Alli!

—Sexta postura; Espinas —Lance el ataque y algunas espinas pudieron darle de yeno a Muzan.

Al darme la vuelta para seguridad atacando pude ver algo muy... Inusual.

Muzan... Estaba lleno de cicatrices.

En ese tiempo que estuve fuera de batalla había perdido el mundo invisible, pero... Ahora lo estaba volviendo a ver.

Espera... Esas cicatrices... Son los puntos débiles de Muzan.

—¡CAW! ¡CUARENTA MINUTOS PARA EL AMANECER!

Cuarenta... Esto era genial.

En el suelo, pude ver un ojo, por lo que lo agarre y lo puse en mi frente.

Al mismo tiempo, pude ver cómo Tanjiro también buscaba uno.

—¡Tanjiro¡ ¡Toma! —Agarre un papel y se lo tiré para que lo atrape. El pudo alcanzarlo con facilidad.

Volvi mi vista al campo de batalla y... Espera... ¿Y Muzan?

—¡SE ESCAPA! ¡AIKO-SAN, IGURO-SAN! ¡MUZAN SE ESTA ESCAPANDO!

Muzan... No le sorprende. No tiene suficiente orgullo para pelear hasta morir. Si el ve que su vida esta en peligro, escapara.

Bien... Hora de una persecución.

En ese momento, vi que corriendo pisaba el cuerpo de otros cazadores de demonios.

Este desgraciado...

Después de correr unos segundos, el señor Iguro salto arriba de Muzan y clavo su katana en el cuello de este.

—Primera postura; Girasol creciente. —Lancé el ataque y lo corte un poco.

En ese momento, Tanjiro gritó.

—¡Iguro-san, por favor! ¡Toma esto! ¡Combina tu visión con la de Kaburamaru y-!

En ese momento, Muzan atacó y no pudo terminar la frase.

—¡Señor Iguro! ¡Da tres zancadas hacia la derecha! —Grité.

El pelinegro obedeció.

—¡Vamos Kaburamaru! —Gritó Tanjiro para que la serpiente atrape el papel.

Esta lo logró y Iguro recuperó su visión.

—Tanjiro, Aiko, gracias.

—Quinta postura; Corte de tallo —Tras el ataque logre desviar unos ataques del demonio.

—¡Asegurense de moverse de tal forma para poder arrinconarlo constantemente! ¡Definitivamente no podemos dejarlo escapar de este lugar! ¡Entre los tres podemos lograrlo!

—¡Si!

Después de que el demonio atacará y nosotros esquivaramos algunos ataques un cuervo apareció de vuelta.

—¡TREINTA Y CINCO MINUTOS PARA EL AMANECER!

En ese momento, Muzan se puso alerta e intentó hacer algo raro con sus brazo.

—¡Chicos, Muzan se quiere dispersar! ¡Se va a dividir el mismo en pedazos diminutos para poder escapar!

Voltee a mirar a Muzan de vuelta, pero... Ya no tenía el brazo como antes.

¿Que? ¿Que pasó?

Después de unos minutos de atacarlo constantemente, el dejó de moverse.

—¿Que?

Y antes de poder decir algo más, una corriente eléctrica nos dio a todos los que estábamos por allí.

Ah...

N-no puedo moverme...

E-esas ondas de c-choque...

M-mi c-cuerpo...

En un destello, pude ver cómo Inosuke aparecía en el campo y atacaba a Muzan.

—¡Inosu-! —No puede terminar el grito.

Mi g-garganta... D-duele...

Después de unos segundos apareció Zenitsu. Pude ver cómo el gritaba algo, pero no podía escuchar nada.

Controla tu sistema nervioso... Eso está haciendo que no puedas moverte... Controlarlo... Concentrate...

Alli, pude volver a escuchar algo.

—¡INOSUKE! —Grito Zenitsu.

De pie... Ponte de pie... Vamos... Puedes hacerlo...

Me pude poner de pie y empece a avanzar hacia el demonio.

—Séptima postura; Pétalos solares.

Lo ataque y corte uno de los tentáculos que tenía.

Tanjiro, Zenitsu e Inosuke no paraban de atacar, yo a puras penas podía seguirles el ritmo.

¡Vamos! ¡Puedes hacerlo! ¡Eres un pilar!

Mientras me animaba mentalmente Zenitsu se empezó a mover muy rápidamente.

Tras ese ataque del rubio, Tanjiro acorraló a Muzan en una pared y lo dejó allí para que no pueda moverse más.

A un costado, alguien apareció.

—¡ES SUFICIENTE! ¡YA BASTA! —Grito Mitsuri.

Y como si fuerza saliera de la nada, le arrancó un brazo.

—¡Kanroji-san! —Gritó Tanjiro al ver que el demonio le cortaba un brazo a la pelirosa.

—¡Mitsu!

Yo también tengo que retenerlo. No puedo quedaremos viendo.

—¡Quedate quieto! ¡Muere de una vez!

Ne acerque a Tanjiro y lo acorrale con el filo de mi abanico también.

—¡Aiko-san!

Al lado del chico, alguien corto el otro brazo de Muzan.

—¡Shinazukawa-san! —Grito de vuelta el pelirojo.

Acto seguido, Muzan abrió su cara en dos y formó una boca gigante.

¿Que mierda?

Cuando Muzan iba a mordernos, el señor Iguro se interpuso en medio.

—¡Señor Iguro! —Grité.

—¡El amanecer! ¡Todos, sigan resistiendo! —Grito Sanemi al ver cómo entre las montañas, el sol empezaba a salir.

Muzan, al ver los primeros rayos de luz salir, lanzó una explosión provocando que salga volando.

¡Mierda!

Por fortuna, no había caído tan lejos, pero si lo suficientemente como para llegar cuando el sol ya había salido.

Tendré que correr... A este paso... Llegare cuando Muzan ya se haya encinerado. Por favor... Que lo logren...

A los minutos, llegue. Y Muzan...

Ya había muerto.

Girasol ; Muichiro TokitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora