Capítulo 33; "En paz"

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RECOMENDACIÓN: LEER EL CAPÍTULO CON LA CANCIÓN.

-¡WAHHH!

-¡LO MATAMOS! ¡MATAMOS A MUZAN! -Empezaron a llorar todos.

-¡Esto no ha terminado! ¡Levantense! ¡Hay que ayudar a los heridos!

Empecé a caminar a pasos lentos hacia donde estaban todos...

Podía escuchar los sollozos de los kakushies, de los cazadores e incluso de algunos pilares... Sabía que más de uno no sobreviviría... Pero... No podía hacer nada.

Yo había quedado media ciega en un ojo, por lo que no podía ver demasiado, pero... Sabia que muchos estaban heridos.

Al mismo tiempo me preguntaba... ¿Y Mui? Lo vi una sola vez en toda la batalla... No queria que muera.

Estoy muy cansada... Mi cuerpo ya no resiste.

Seguí caminando unos minutos más hasta ver a todos los cazadores que estaban por la zona.

Allí estaban todos heridos.

Todo era tan cual el sueño...

Así que... Había soñado eso ¿eh?

Espera.

Gyomei... Iguro... Mitsuri... Todos ellos...

Mis ojos se llenaron de lágrimas.

Estaban... Estaban muertos...

Pero... En mi sueño no había visto a Sanemi, Tomioka ni a... Mui...

Esperaba verdaderamente que por lo menos ellos sobrevivieran.

Doble en una esquina y pude ver en un callejón a el señor Iguro y Mitsuri abrazados... Sin vida.

Me acerque a ellos con la intención de poder recostarlos para que pudieran estar en paz... Pero... No se separaban.

El señor Iguro había agarrado a la muchacha con tanta fuerza que no dejaba que los separen.

"Hagamos un brindis,
o dos, por todas
las cosas
que he perdido en ti"

-Mitsu... Señor Iguro... Yo... Lo lamento... No pude protegerlos... -Me disculpe seriamente y sentí una brisa abrazarme todo el cuerpo.

Eran ellos, ¿no?

Llame a un Kakushie para que los lleven y seguí caminando intentando llegar hasta donde estaban todos. Una muchacha se a ofreció a ayudarme, pero la rechace.

A lo lejos, pude ver unos cabellos negros con las puntas azules.

-¿Mui? -El pelinegro se dio la vuelta y abrió los ojos al verme.

-Ai... -Los ojos se le llenaron de lágrimas, al igual que los míos.

-¡Mui! -Empecé a correr a puras penas a donde estaba el, y cuando nos encontramos frente a frente, lo abrace.

-¡Ai! ¡Estas... Bien!

-Mui... Pensé que... Pensé que habías muerto...

-Nunca moriría sin antes despedirme de ti... -Me dijo.

"¿Están pérdidas
en ti?"

-Te quiero Mui... Yo... -Lo mire los ojos.

-Lo se... Yo también te quiero...

Nos quedamos así unos segundos, mirandonos a los ojos sin pensar en nada ni nadie más, era nuestro momento. Solo nuestro.

Nos empezamos a acercar poco a poco, ya unque no sea la mejor situación, nuestros labios se tocaron de una forma cálida y sueve.

"¿Están pérdidas
en ti?"

A los pocos segundos nos separamos. Ahora podíamos vivir en paz... Sin riesgo...

Muzan había muerto. Las lunas habían muerto. Los demonios habían muerto.

Ahora ya no vivírian más en este mundo...

Ya no más familias muertas por su culpa... No más dolor... No más sufrimiento.

Los cazadores de demonios habían ganado... Los humanos habían ganado.

Y ahora todos podíamos vivir con una sonrisa en la cara... En paz.

Por fin.

Ahora... Todos podíamos ser felices.

Yo... Podía estar en paz...

Mui y yo no se separamos.

-Yo...

-Shu.. Vivamos en paz Ai.

-Si... Vivamos en paz.

Le demostrar una sonrisa muy sincera y empezamos a caminar hacia donde estaban todos agarrados de la mano.

-¡Tanjiro! ¡Tomioka-san! ¡Nezuko! ¡Kanao! -Los salude alegremente.

-¡Aiko-san! -Me sonrió el pelirojo.

Cuando llegamos automáticamente unos cuatro kakushies vinieron para atender las heridas del pelinegro y las mías.

Nos acostamos en la camilla y empezamos a charlar alegremente con los kakushies.

Por fin...

Por fin podíamos estar en paz.

"Hagamos un brindis,
o dos, por todas
las cosas
que he perdido en ti"

Girasol ; Muichiro TokitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora