Capitulo 35; "Felicidad"

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RECOMENDACIÓN: LEER EL CAPÍTULO CON LA CANCIÓN.

—Wow... ¡Mamá! ¿Encerio sucedió todo eso?

—Según lo que nos contó tu abuela... Aunque yo no le creo mucho.

—¡Mamá! ¿Como no le vas a creer? ¡Es una historia fascinante! Estoy segura que esos demonios se estan arrepintiendo mucho.

—Claro cielo... Esperemos que no vuelvan nunca más.

—¡Esperemos! Pero seguramente no, ya que todos ellos se encargaron de vencerlos. Bueno... Voy a ir al parque, ¿puedo?

—Claro cielo, vuelve viva —Me guiño un ojo.

SalÍ de aquella casa y fui directo al parte para ver a mis dos mejores amigos, en el camino, pude ver a Sumihiko correr, como todas las mañanas, para llegar a la escuela.

Justo tocó el rojo en un semáforo, por lo que cruze al frente de el carro de policía conducido por un chico de pelo Blanco y otro con una cicatriz.

Pase al frente del restaurante de la señorita Mitsuri y el señor Iguro.

Mire mi reloj.

Puedo pasarme un rato... Todavía es temprano.

Entre al restaurante y pase por el mostrador.

—¡Señor Iguro! —Lo salude.

—Aiko, ¿como has estado?

—¡Muy bien! Recién salgo de casa... ¡No sabe la historia que me acaba de contar mi mamá! Si quiere se la cuento.

—Claro... Pero ahora no, ¿quieres pasar a la noche y nos la cuentas a Mitsu y a mí?

—¡Si! Entonces vengo a la noche... ¡Esperenme!

—Te esperamos.

Me fui de aquel lugar y seguí caminando hasta ver a los tres niños de la clase de natación.

—¡Giichi! ¡Makomo! ¡Sabito!

—¡Aiko! —Me saludaron los tres.

—¿A donde vas? —Pregunto la muchacha.

—Voy a ir al parque... Quedé en encontrarme con los gemelos.

—¡Genial!

—¿Y ustedes?

—Nosotros ibamos a la escuela... Pero nos entretuvimos abriendo unas máscaras —Me respondió el pelinegro.

—¿Y no llegan tarde?

—¡Es verdad! —Se dió cuenta de la hora Sabito.

—¡Nos vemos Aiko! —Saludaron los otros dos pelinegros para después salir corriendo.

A los minutos de seguir caminando, pase al frente de una tienda de televisores, me detuve unos minutos y me puse a observar las noticias.

—¡El deportista Tenma acaba de ganar otra medalla! ¿Que dice nuestro jugador estrella?

—¡Para todas mis fans! —Y mostró la medalla al mismo tiempo que mostraba los músculos de sus brazos.

No el di importancia y mire otra televisión que tenía otro canal.

—Y hoy estamos con la persona más adulta de todo Japón, ¿que nos dice Ubuyashiki-sama?

Sin escuchar el resto seguí caminando por las calles. A mi lado, pude ver que estaban hablando alegremente las dos bellezas de la academia femenina Sekirei, Kanae y Shinobu.

—¡No corran niños! —Se escuchaba del otro lado de la calle.

Voltee la mirada y allí estaba la guardería.

—¡Kiaaa! ¡No se golpeen! —Grito la maestra, a su lado, reteniendo al otro niño, un gran chico con delantal rosa.

No le pega mucho el rosa...

Seguí caminando hasta que vi a las tres pequeñas de siempre. Son muy lindas... Creo que se llamaban Kiyo, Naho y Sumi.

Mire mi celular y me encontré con una notificación de que el artista Yamamoto Yushiro había publicado una nueva obra de la mujer a la que dibuja.

Es tan misterioso... Me pregunto si será alguien que de verdad existió...

Dirigí mi mirada al frente y me tope con que ya estaba en el parque.

—¡Oh! ¡Ya llegue! —Pensé en voz alta.

Al entrar a este, me encontré con una mujer que estaba llorando en una banca.

¿Y si me acerco...? Mmm... No, mejor no...

Doble hacia la derecha para entrar a la zona de juegos.

—¡Boh! —Me asustaron de detrás.

—¡Kia! ¡Mui! ¡No me vuelvas a asustar así! —El pelinegro rió.

—Lo siento... Yuichiro me dijo que lo haga —Lo señalo con el dedo.

—¡Traidor! —Lo miro, a lo que yo rei —Por eso ahora le voy a decir lo que me dijiste a mi.

A eso, Muichiro se puso alerta.

—Ai, Mui, cuando vos no estabas, dijo que te- —Le tapó la boca el menor.

—¡No!

—¿Que me...?

—¡Nada! —Dijo el menor rojo de la vergüenza.

Decidí no darle mucha importancia y levante los hombros con desinterés.

—¿A donde vamos?

—¿A donde quieres ir? —Preguntaron los dos al mismo tiempo.

—Mm... —Lo pensé un momento. —No tengo ganas de salir del parque... Asi que... ¿Que tal si nos quedamos aquí jugando?

—No tengo problema.

—Igualmente.

—¡Genial! Entonces... ¿Quieren que les cuente una historia?

—¡Me parece bien! —Hablo Mui.

—¿De que trata?

—Esta historia la narró mi bisabuela... Y trata de Cazadores De Demonios, ¿preparados?

Girasol ; Muichiro TokitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora