El Espadachín Marcado, aquél que sobrevivió a las garras de la muerte en más de una ocasión ha llegado a un mundo extraño, un mundo muy diferente al suyo pero.. aunque las diferencias sean grandes después de haber vivido tantos acontecimientos extra...
Guts estaba despertando, escuchaba dos voces a su lado y eso fue suficiente para despertarlo, estar noche tras noche luchando sin descansar lo hicieron tener un sueño ligero, y cualquier sonido lo despertaba.
-¡Oh! Ya despertaste.. - Arthur estiró su mano para ayudarlo a levantarse.
-Si.. digamos que tengo el sueño ligero.. - Guts tomó su mano y se puso de pie.
-[Joder como pesa...] - Arthur tenía una gota de sudor en su frente. - Bueno Guts.. lo logré al final..
-Lo hiciste bien.. - Guts tomó su Mata Dragones y la puso en su espalda. - Te espero en la entrada.. al parecer tienes cosas que hablar..
-¿Hablar? - Arthur no sabía a lo que se refería.
Guts solo miró a Melina para ver cómo estaba nerviosa. De esta forma suspiró. - Nada, olvidalo..
Así Guts siguió caminando hacia la entrada al castillo, dejando a Arthur confundido, Melina se acercó a este y le tocó el hombro.
-¿Eh? - Arthur se giró hacia ella.
-Arthur.. por favor deja que te ayude.. - Melina lo miró a los ojos. - Al menos por esta vez.. no quiero que termines cómo... - Las manos de Melina comenzaron a temblar.
-No te preocupes.. - Arthur tomó sus manos. - Yo nunca dejaré que eso ocurra...
-Gracias.. - Melina sonrió.
Por unos instantes Arthur le pareció notar que Melina quería decir algo, pero ella al parecer no podía decirlo.. no aún. Esto provocó que Arthur le diera una sonrisa, para después despedirse.
-Adios mi Doncella... - Arthur comenzó a caminar hacia donde Guts lo esperaba, dejando así a Melina con una sonrisa.
-Adios.. mi héroe.. - Esto último fue dicho en un pequeño susurro, y tras esto Melina despareció en la niebla azul que la caracterizaba.
Una vez Arthur estuvo al lado de Guts estos se miraron y partieron hacia su objetivo.. el Castillo de Velo Tormentoso..
Castillo Velo Tormentoso
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Melina había llegado a la Mesa Redonda, quería descansar un poco en su habitación, cruzando así por el pasillo pero no esperaba encontrase con alguien..
-¡Oh! Hola Melina...
-Hola Fia.. - Melina desprendía cierto desagrado en su voz, esta chica no le agradaba.
-¿Cómo te va con tu Tiznado? - Fia dijo esto con un tono burlesco.
