5_"Somos adictos a lo prohibido,
aquello que con solo
un toque, nos quema"Capítulo #5
Las jodidas reglas que algún día rompimos.Desde pequeña siempre he tenido obsesión con romper las reglas y dar por hecho cada reto de la vida, eso sí, sin que nadie por ningún hecho impida el que yo pueda caracterizar lo que en mis palabras significa tener paz. Esa adrenalina que te conlleva a cometer errores llenos de placer cuando sabes que no debes pero aún así la locura te conlleva a dejar a otra persona de lado.
Las manos de Aaron viajan por todo mi cuerpo en un sublime experimento por conocerme un poco más allá de lo que de por sí me conoce a través de la suave y delicada tela del corto short de algodón. Comienza a dejar besos desde mi cuello extremadamente dispuesto para él hasta mi ombligo que hace a mi cuerpo estremecerse por completo en una sublime sensación.
Enrollo mis piernas alrededor de su cintura y me pregunto por una milésima de segundo que carajos estoy haciendo y como hemos llegado hasta aquí, pero el entranse de sus besos me vuelven loca y al dejar caer mi cuerpo en la encimera echo mi cabeza hacia atrás y aprieto los puños contra el principio de la encimera aguantándome contra ella y permitiéndome disfrutar al máximo el momento.
— Yo... No...
— Siempre supe que deseaste esto, siempre desde aquella noche que prometimos no tocarnos una vez más.
— ¡Necesito que me digáis por lo que más queráis que esto no está sucediendo! - gritó, la conocida voz de Mónica sobresaltándonos a ambos y haciendo que mi mente reaccione alejando por completo a Aaron de mi — Me habéis dejado traumada de por vida — hace una mueca dejándome ver su rostro impactado por la luz — Que asco.
— Por favor — volteo los ojos con la voz aún agitada — Ni que tú no hubieses hecho cosas peores que enrollarte de la nada con mi hermano.
— Prometistéis hace unos años que no lo volveriáis a hacer luego de lo que ocurrió — susurra tomando un vaso y dejándolo bajo el grifo y recordando el por qué si algo más hubiera ocurrido todo esto hubiera llegado a los extremos.
— Ya, pero pasó y agradezco que nos hallas detenido antes de que nos arrepintiéramos — susurra Aaron con la mirada perdida.
— Prometo que no volverá a suceder.~•★•~
(...)
El sol del atardecer ilumina el camino y sus ojos verdes instintivamente se encuentran con los míos en un vaivén, poniendo mi mundo al revés con una simple y simpática mirada. Un escalofrío se dispone a recorrerme toda la espina dorsal mientras con pasos lentos pero precisos su cuerpo se va acercando al mío, tan cerca que en el instante en que decida retirarlos nuestras bocas se encontrarán.— ¿Quién eres? — pregunto perdiéndome en el verde de sus ojos.
— Depende, si me quieres puedo ser tu más preciado sueño, pero si me odias puedo convertirme en tu peor pesadilla.
— ¿Y si no deseo ninguno de los dos? — pregunto nuevamente retándolo.
— Pues... — da un paso al frente y su nariz roza la mía.Desde mi posición puedo sentir su aroma fresco a menta y me estremezco cuando sus manos se posan en mis caderas.
— Si pudiera por un momento escapar de este sueño y reaparecer en la realidad me convertiría en el hombre más feliz y afortunado del mundo.
— Pero lamentablemente esta es sólo una más de mis fantasías.
— Te equivocas — afirma seguro.
— ¿En qué?Da otro paso más al frente y por fin sus labios se encuentran con los míos haciéndome perderme en su exquisito sabor deslumbrante. Enrosco mis manos en su sedoso cabello atrayéndolo más en un intento de saciar las ganas que tengo y antes de profundizar más aún el beso se separa de mí y aún con sus labios pegados a los míos me susurra.
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Almas Que Queman
Novela JuvenilOcho adolescentes con las manos ensangrentadas. Un bosque vacío donde solo resuena el canto de los búhos atormentando sus mentes aún más. Un arma. Un asesino. Una desgracia por venir acabando con el mundo de todos. Un culpable. Y una pregunta...