Parte 4

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Atsushi llevaba unos segundos observando desde el marco de la recamara al Matsuno que frente al espejo parecía batallar con su corbata - ¿Necesitas ayuda? - preguntó ligeramente divertido al verlo sonrojarse; el Matsuno asintió desviando la mirada.

Karamatsu miraba de reojo al chico que tenía enfrente, vaya momento que eligió para ponerse nervioso y olvidar como atar su corbata, pero le era inevitable, estaba por conocer al jefe del otro y llevar a cabo su tan practicado "papel". Pensar aquello le hizo componer una mueca de tristeza al saber que tras esa noche no tendría más razones para frecuentar al que poco a poco comenzaba a considerar un buen amigo. Sumado a ello estaba la situación con su familia, siendo que desde su salida no había vuelto o intentado contactarles, pero tras aquella noche tendría que regresar y enfrentarlos.

- Listo – el castaño dio un paso atrás para admirarle mejor – estas perfecto – admitió con una sonrisa llena de emoción – Bien, aquí vamos - finalizó para dar pie a su próximo encuentro.

Momentos más tarde, Karamatsu estaba ante una mesa cercana a la ventana, observando a través del cristal a los transeúntes aguardaba por la compañía, Atsushi habría salido a realizar una llamada ante la demora de su jefe. Mientras tanto, se entretenía en mirar su reloj en la muñeca izquierda, recién lo estaba estrenando y no podía negar que le encantaba dicho accesorio.

- Vaya, ¿Que tenemos aquí?

El Matsuno volteó hacia el hombre que se detuvo a su lado - ¿Disculpe?

- ¿Te importa si te hago compañía? Un chico tan lindo no debería estar solo – el sujeto de cabellera rubia y apariencia extranjera no aguardo respuesta, tomando lugar frente al otro.

El sextillizo miró al rededor en busca de Atsushi – Lo siento, pero vengo acompañado – explicó con educación aguardando a que se marchara.

- Oh, vamos, dame una oportunidad, la pasaremos bien, lo prometo – estiró su brazo para alcanzar a rozar la diestra del sextillizo.

En respuesta, este retiró de inmediato su mano – Por favor, retírese cuanto antes, vengo con mi novio – aseguró con firmeza y ligera expresión de frialdad.

- ¿De verdad? Eso me rompe el corazón – dramatizó con un puchero.

- Está siendo bastante molesto escucharle, deberían enseñarle buenos modales.

- Si tú eres mi maestro, gustoso acepto la lección – canturreo antes de guiñar un ojo.

El sextillizo estaba por dejar relucir su peor lado, sin embargo, tuvo la oportuna y necesaria intervención.

- Vaya, veo que ya se conocieron – Atsushi hizo acto de presencia.

El par en la mesa se miraron unos segundos antes de comprender lo ocurrido.

- Así que eres el famoso novio – el rubio sonrió ampliamente – no me presente apropiadamente, mi nombre es Lewis Akemi.

- Matsuno Karamatsu – respondió sin atreverse a mirarlo y con una ligera inclinación de la cabeza.

El castaño tomó su lugar cerca de Kara, alistándose todos para ordenar.

Pese al tropiezo inicial, la convivencia se torno amena y pacífica.

- Entonces, ¿Cómo se conocieron? – cuestionó el rubio bastante intrigado.

- Íbamos juntos a la escuela – explicó el castaño – años después me reencontré con su hermano más joven y simplemente retomamos el contacto.

- Ya veo, ¿Eran buenos amigos en aquel entonces?

La interrogante tomo por sorpresa al par de chicos, siendo que no esperaban preguntas del pasado, Atsushi pensaba en solo responder con un simple y rogar por no seguir con el tema; sin embargo, el sextillizo se adelantó.

Pasos para no enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora