Día 4

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Hoy iremos 100 años en el pasado~~
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Día 4: Un gesto vale más que las palabras… y Shunsui le dará todo al hombre que ama.

Shunsui descansa el mentol en su mano y la mente y los ojos del trabajo… Deleitándose, a cambio, con el hombre a su alcance. 

El capitán del trece, tan dedicado, se ocupa de su papeleo, siendo consciente de su presencia (sin invitación) aunque hace caso omiso de ella. Está bien, Shunsui tiene mucho en lo que divagar en esta tarde perezosa, sintiéndose inspirado, con el hombre frente a él como su musa. 

Fuerza, valentía y perseverancia. Gentileza, comprensión y amabilidad. Sabiduría, responsabilidad y disciplina. Atractivo, bonito y… Completamente su tipo.

(La verdad es que Shunsui no tenía un tipo ideal, ni en su despreocupada juventud, hasta que simplemente se dio cuenta que solo a Juushiro le queda este título) 

Su corazón, ya rebozado, se sacude en un fuerte latido producto a sus pensamientos. 

—¿Shunsui?

Oh, ¿Habrá escuchado Juushiro a su corazón inquieto? Los latidos que llaman a su nombre una y otra vez. 

—Estaba pensando en ti —y las palabras simplemente se deslizan de su boca descarada, como si alguna vez le ocultara algo a su persona más incondicional. 

Juushiro toma una mínima pausa a su trabajo, levanta sus ojos verdes y le da un poquito de su atención. Shunsui está muy complacido ahora, deleitándose con el brillo singular de esos iris más valiosos que cualquier riqueza que pueda existir.

Shunsui está realmente perdido cuando se trata de Juushiro Ukitake. 

—Busca algo que hacer —Juushiro es estricto, pero compasivo a la vez, ¿Hay algo que a este hombre no le quede bien? No es de extrañar la devoción que sienten en el escuadrón por su capitán. 

—Lo hago, estoy admirándote —por supuesto, Shunsui solo puede ser caprichoso como el apellido noble que porta. 

—Algo útil

Juushiro regresa al trabajo, pero hay un rastro de sonrisa en sus labios delgados. Y no es esa sonrisa gentil y cortés que cautiva a damas y guerreros por igual, sino ese gesto más genuino que solo Shunsui con sus payasadas puede provocar. Qué dicha. 

Y Shunsui acata a su amigo del alma, su otra mitad, haciendo algo más. Deshace su postura y se mueve un poquito más cerca, alcanzando la coleta perfectamente hecha de cabello blanco. Las hebras finas se deslizan entre sus dedos y su aroma, ya reconocido en su memoria, se adueña de sus sentidos. 

Shunsui conoce la razón de este cabello tan blanco como la nieve, pero no le cuesta nada admitir que le suma a la belleza ya etérea de Juushiro. 

Un suspiro escapa de los labios de Juushiro, pero en vez de cansado por sus distracciones, parece complacido con este pequeño gesto… ¿Le gusta a Juushiro que le acaricien el cabello? Vaya descubriendo ha hecho hoy. 

—¿Capitán? 

Por supuesto, no es de extrañarse la presencia del teniente del trece, acompañado de una taza humeante de té servida en bandeja para su superior.

—No sabía que estaba aquí, capitán Kyoraku ¿Debería traerle un té también? — Kaien le ofrece, para nada extrañado de su presencia tan habitual por los alrededores. 

—No te molestes, yo ya me marchaba —Shunsui menciona a cambio, aunque realmente no quiera irse —. Será para la próxima, gracias. 

Y antes de que alguien pueda decir más, Shunsui lleva un mechón de cabello blanco a sus labios para un beso de despedida, qué importa el espectador. 

—Nos veremos, guapo. 

—Espero que así sea, Shun

Definitivamente ese apodo de voz profunda, llena de un anhelo que solo él podría reconocer, le hace más cosas a su corazón. Quién sabe lo que hubiera pasado si Kaien Shiba no aparecía… Por suerte, puede esperar para su próximo encuentro. 

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Un solo corazón | Bleach - Shunuki WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora