Día 6

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Para este penúltimo día, me aventuré en las aguas de su juventud.

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Día 6: El instante en el que el corazón tomó una importante decisión para toda la vida.

Shunsui se dejó caer en el suelo del dojo de entrenamiento, jadeante y agotado hasta los huesos. Justo a su lado, su compañero de prácticas no lucía ni un poco diferente.

Hubo silencio mientras intentaban recuperar el aliento, los colores del atardecer cambiando a anaranjado los tonos de la estancia. Shunsui no había entrenado tanto desde… Bueno, nunca, pero Juushiro se las arregló para persuadirlo a que lo ayudara un poco con sus prácticas retrasadas, dado los días que estuvo enfermo y en cama, y al final se emocionaron los dos poniendo a prueba sus propias habilidades. Sin duda, Shunsui comprobó que el estudio era más llevadero, hasta gratificante, teniendo un excelente compañero… En especial si este era un muchacho agradable e intrigante como Juushiro Ukitake.

Los dos eran almas opuestas, uno más reservado y disciplinado que el otro, pero como se decía por ahí: los opuestos simplemente se atraen. Al principio a Shunsui solo le llamó la atención su curioso cabello blanco y pronto vino un repentino interés por los logros sobresalientes. Porque aún y su salud a veces delicada, Juushiro daba mucho de qué hablar, haciéndose popular entre jóvenes estudiantes y otros veteranos por igual.

Ahora, Shunsui podía compartir más que sus conocimientos con ese estudiante estrella quien, además, se convirtió en su amigo más incondicional. La verdad era que nunca se había sentido tan a la par con alguna otra persona, como si sus almas estuvieran conectadas más allá de sus habilidades y aspiraciones… ¿Podría retribuirlo a algo más profundo? 

Ya un poco estabilizado, Shunsui se enorgullecía mucho de su resistencia, giró la cabeza enfocándose en su amigo. Juushiro seguía agitado, su pecho subiendo y bajando con fuerza, y parecía tener dificultades con su recuperación… Y aunque sabía que era fuerte, más que muchos, Shunsui se preocupó. 

 —Juushiro, ¿Estás bien? 

Juushiro dio una gran bocanada de aire y se dejó ver mejor, girándose ante él. El sudor corría desde las raíces de su cabello, los ojos verdes lucían cansados y su piel era más pálida de lo habitual. Sin embargo, se veía… Complacido. 

—Me siento tan… Vivo —confesó la voz entre jadeos. 

La preocupación no se fue, pero una calidez placentera brotó desde su pecho de por sí apretado, extendiéndose por todo su cuerpo. Shunsui nunca lo había visto así, genuinamente feliz, y los tonos cálidos de la estancia lo envolvían en una capa delgada de dorado… Etéreo, fuera de este mundo.

Por primera vez en su existencia, Shunsui fue feliz por la felicidad de otro… Y lo daría todo para que esa felicidad no se fuera nunca de ese precioso rostro, ¡Daría la vida entera de ser necesario! Porque nunca había visto, ni sentido, nada igual. 

—Yo también, Juushiro.

Una sonrisa estiró los labios de Shunsui, una pequeña reacción de todo lo que estaba experimentando en su interior, y estiró una mano hasta alcanzar la de Juushiro, dándole un ligero apretón sin importar el sudor y la resequedad. Calzaban perfecto, como si hubieran sido hechas la una para la otra…

Tal vez, los dos simplemente existían para complementarse entre sí. 

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Un solo corazón | Bleach - Shunuki WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora