Capítulo diez

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El mayor deja una leve mordida sobre la zona íntima de la menor, generándole un pequeño quejido de placer y dolor.

—Por favor, te lo suplico.

Él sonríe e ignora su súplica y sigue pasando su lengua sobre esa zona, la menor debe admitir que este era un momento realmente emocionante para ella.

—No creo que vaya a aguantar tanto, muñeca —sonríe.

Después el mayor se quita sus pantalones y boxers frente a la chica, quedando así completamente desnudo de su torso hacia abajo, la menor pudo ver aquello, era enorme y aunque ya lo habían hecho antes. Ella seguía sintiendo muchos nervios como aquella primera vez.

—Se que te gustará, tranquila.

Lanza sus prendas al suelo y se sube sobre ella, termina de dejarla completamente desnuda de pies a cabeza, jugaba y mordía los pechos de la menor. Algo que a ella le gustaba hasta que él empezó a ser algo brusco.

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Narra Jungkook

Disfrutaba tanto hacer esto con ella, la deseaba a cada rato, quería repetir aquella vez en que la hice mía por completo. Sigo mordiendo con fuerza sus pechos dejando la marca de mis dientes sobre estos.

—Auch, por favor, me duele.

La ignore y seguí en lo mío, disfrutó de su aroma que se metía por mis fosas nasales, era realmente exquisito sentir el calor de su pequeño cuerpo. Ella es mi obsesión y mi adicción.

Me separe para verla por un momento, después abrí sus piernas y empeze a pasar mi miembro sobre su entrada, se sentía jodidamente bien y aunque ella lo negará. Sabía que le estaba gustando tanto como a mi ya que podía sentir lo mojada que estaba.

—Voy a entrar. ¿Ok?

—Espera...

La miro y puedo ver en sus ojos el temor, debo admitir que me gustaba verla así, pero por hoy trataré de controlarme.

—Dime.

—Hazlo despacio esta vez, por favor...

—¿Crees que mereces que sea gentil contigo? No lo creo.

—Lo sé, se que no me lo merezco pero por favor. Te lo suplico.

Sus ojos se llenan un poco de lágrimas y decidí hacerle caso, solo quería empezar de una buena vez, mi miembro ya dolía y no podía aguantar más.

—Esta bien, solo por esta vez.

Ella sonríe levemente y yo me hundo en ella lo más delicado que puedo.

—Carajo...

Me gustó, ya que pude ver por primera vez el gesto de que esto le gustaba, no aparto mis mirada de su rostro porque amo ver aquel gesto, me hundí en ella lo más lento que podía porque quería que me sintiera en cada segundo.

—Ah~

Agh no...escucharla gemir era una de mis melodías favoritas, me hundo por completo y pongo mis manos alrededor de su cintura, la aprieto con un poco de fuerza y empiezo a moverme lentamente.

—Agh...carajo.

Hecho mi cabeza hacia atrás y sonrió al escuchar sus gemidos.

—A-ah...

La miro y puedo ver que tiene sus ojos cerrados mientras se muerde el labio, no puedo más y empiezo a acelerar mis movimientos.

—¡Agh!

Grito un poco al sentir aquello, es la sensación más exquisita que pude haber sentido en toda mi vida.

Pasaron algunos minutos y decido salir de ella, quito las esposas que agarraban sus muñecas y las sogas que estaban en sus tobillos, me pongo de pie y tiro los objetos al piso.

—Ponte en cuatro —la miro.

Ella se sienta sobre la cama y me mira.

—¿Qué? —susurra.

—¿Estás sorda, muñeca? Dije que te pusieras en cuatro, ahora.

Ella con algo de timidez se pone en cuatro.

—Pero en el borde de la cama.

Ella se sienta y voltea su cabeza para verme, pierdo la paciencia y jalo sus tobillos para ser yo mismo quien haga el trabajo, separo sus piernas y me hundo en ella sin avisar.

—¡Ah!

Grita y pongo mis manos en sus caderas y de inmediato empiezo a moverme rápidamente, ella aprieta con fuerza las sábanas mientras yo clavo mi mirada a su trasero. Sin duda es una de mis vistas favoritas.

—Ah, muñeca...

Me muevo mucho más rápido mientras le doy una fuerte palmada sobre su glúteo derecho, dejando así la marca de mis dedos en este.

—J-jungkook...

Apenas si puede hablar, esto es jodidamente exitante.

—¿Si?

—Más...m-más.

Puedo oír su desesperada voz al pedirme eso, no puedo creer que ella me esté pidiendo esto, con una sonrisa hago caso y me muevo más rápido, a una velocidad que no pensé que podría llegar.

La habitación se llena de nuestros gritos, quejidos, de sus lindos gemidos y de mis feroces gruñidos, marcó con una palmada su otro glúteo. Generando un grito como respuesta.

—¡Agh, si!

Amo escucharla, ahora si puedo ver que ella está disfrutando tanto esto como yo.

Al cabo de unos minutos, ambos soltamos un fuerte grito al sentir que terminamos al mismo tiempo, salgo de ella haciendo que mi esencia quede sobre sus glúteos y espalda baja. El borde de la cama queda mojado por sus fluidos los cuáles también caen un poco sobre el piso.

Nuestros cuerpos sudorosos y agitados estaban sobre la cama mientras ambos miramos al techo.

—Jungkook...

Ella habla y volteo a verla mientras ella hace lo mismo.

—Dime.

—¿Qué cosa tienes allí en aquella puerta?

Mi cuerpo se tensa un poco al escucharla preguntar eso.

—¿De qué hablas?

—Cuando estuve afuera, había una pequeña puerta debajo de la ventana, ¿qué hay dentro?

Si tan solo supieras...

—Eso no tiene porque ser de tu incumbencia, deja de preguntar tonterías.

—Sólo quiero saber que tienes allí...

—Escúchame bien, muñeca, no te metas en mis asuntos si no quieres terminar muy mal.

Me paro de la cama y salgo de la habitación dejándola completamente sola, si ella se llega a enterar de lo que tengo haya, seguro jamás volvería a verla.

In the hands of a psychopath | JkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora