Capítulo doce

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—Por favor, no me hagas esto.

Las lágrimas de la menor bajaban en cantidad por sus mejillas, la escena que estaba a punto de presenciar sería horrible y ella lo sabía.

—Mira nada más lo asustada que esta, mi pequeña.

—Te lo suplico, no hagas esto, es inútil.

—¿¡Inútil!?

El mayor grita enojado mientras termina de amarrar las muñecas de la menor en la silla para que no pudiera escapar.

—Inútil no es, estoy en todo mi derecho de hacer esto, además. Esto es tu culpa.

—¿Qué? —lo mira.

—Es tu culpa por dejar que otro hombre se te acerqué, así que cuando esté infeliz se muera. El remordimiento caerá sobre ti.

La menor suelta una lagrima más. ¿Realmente era su culpa? Su corazón empezó a latir con fuerza y velocidad cuando vio aquella mesa llena de cosas, había cuchillo, martillo, clavos, navaja, alicate, taladro. Entre otras cosas.

—¿Qué es lo que vas a hacer con eso..?

Pregunta con temor mientras él solo sonreía de forma siniestra.

—Vamos, amor. ¿Qué no es algo obvio?

En ese momento el mayor se aleja de ella, se acerca a otra mesa que estaba enfrente y quita la sabana que estaba sobre esta.

—Felix...

—Adivinaste, que inteligente eres, preciosa.

El mayor se ríe mientras tira la sabana al suelo, Felix tenía su boca tapaba con un trapo mientras estaba acostado sobre la mesa completamente desnudo.

—Bueno, pues como ya están todos los invitados no veo porque no podemos comenzar ya con el espectáculo. ¿No es así? —los mira a ambos mientras ríe.

—Por favor, no vayas a hacerle nada, solo...solo déjalo ir.

—Ah, ¿así que ahora lo defiendes, eh?

—Por favor, él no tiene la culpa de nada.

—¿¡Qué no tiene la culpa de nada!? ¡Él se acercó a MI mujer!

—Cálmate, no me hizo nada...

—Pues yo si le haré algo —sonríe aun más—. Y espero que sienta cada cosa que voy a hacerle.

—¡No seas tan cruel!

—¡Lo seré y punto! Solo goza del momento, preciosa. Mira como le quito los dientes a tu amante.

—¿De qué hablas? Él no es mi amante así que por favor ya déjalo.

—Shhh, cierra la boca o te pondré un trapo para que te calles.

Ella solo lo mira con temor mientras se mantenía callada, el mayor se acerca a la otra mesa en donde tenía todas sus cosas para después agarrar el alicate.

—Bueno, debemos empezar ya con el espectáculo, no queremos que los invitados se aburran —ríe.

La menor podía ver el terror en los ojos de Felix, al ver como él se acercaba lentamente, le quita el trapo de la boca.

—¡Por favor, no me hagas nada!

—Shhh, será rápido.

Felix iba a hablar pero no pudo ya que él le abrió la boca lo más que pudo, acerca lentamente el alicate a uno de sus dientes.

—¡Por favor, no lo hagas!

El mayor se acerca a la joven y le tapa la boca con un trapo.

—Eres muy mala, te dije que te quedarás callada.

In the hands of a psychopath | JkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora