Capítulo 10. Misterios

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Me libré de su agarre con un fuerte tirón y le miré seria, él apartó su mirada de la mía. Se dio media vuelta para marcharse pero lo detuve:

- Te llamabas Yeik, ¿ verdad?

- si. - Respondió incómodo.

- Vale, pues ten cuidado porque como me vuelvas a agarrar así no saldrás bien parado. - Respondí segura. Se acercó a mi oído y dijo:

- Tú eres quien debería tener cuidado. - Después de decirme esas palabras se marchó. No le di importancia, pero no me parecía sincero. Decidí no ir a casa de Kleyn y me marché a mi habitación, allí vi una tabla suelta en el suelo y la intenté colocar, pero al final acabé con la tabla en las manos, allí había un diario, un diario pequeño y rosa, como de una niña pequeña. Lo cogí, antes de abrirlo alguien abrió mi puerta de golpe, antes de ver su rostro y reconocerlo, guardé el diario debajo de la almohada y puse bien la tabla. Justo cuando coloqué todo, reconocí su rostro, era Madam Criss, pero había alguien más, una mujer, esa mujer era morena, tenía los ojos azules y tendría unos cuarenta y cinco años. Volví a mirar a sus ojos, tenían miedo. Miré su ropa, estaba desaliñada. Madam Criss se disculpó, decía que se había confundido de habitación y se marchó con esa mujer. Al rato me puse a leer, pero de repente oí gritos, gritos de una mujer.

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