Capítulo 11. El diario

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Me levanté de la cama de un salto, no sabía lo que había ocurrido y solo pensaba en llamar a la policía. Pero no, no la llamé, sino que abrí la puerta, cuando me asomé vi a Yeik, se dirigía a uno de los baños, estaba tan atenta a él que no me di cuenta de que Madam Criss estaba detrás mía. Me agarró del hombro, pegué un pequeño saltito hacia atrás, ella se acercó a mi, yo retrocedí. Repetimos esa acción hasta que choqué con Yeik. Él me agarró para que no le pisara el pié, en ese momento, Madam Criss se acercó a mí, estaba a punto de hablar cuando se quedó mirando fija a otro lado que no era mi rostro. Le hizo una señal a Yeik, este, inmediatamente me empujó a mi habitación y me encerró con llave. Comenzé a gritar, pidiendo que me abriesen, pero nadie respondía. Decidida me acerqué al móvil y llamé a Kleyn. Respondió con una disculpa pero yo no entendía el  porque:

-¿ Por qué me pides perdón?

- Porque hoy te he colgado.

-vale, vale, te perdono, pero escuchame bien, Madam Criss y Yeik me han encerrado en mi habitación y antes he escuchado gritos de una mujer. Sacame de aquí Kleyn.

- ¿ Quién es Yeik?

- El sobrino de Madam Criss, ya lo conoces, pero eso no es lo que importa ahora, ven.

- vale, voy.

Cuelgo. Abre la puerta Madam Criss disculpándose. Yo le pregunto por los gritos, ella solo se encoge de hombros y se va. Llaman al timbre, pienso antes de abrir y aviso a Madam Criss que Kleyn iba a venir. No contesta y decido abrir. Pasa Kleyn, lo conduzco a mi habitación, cierro, abro el pequeño diario y comienzo a leer en un tono bajito:
Querido diario:
Hoy es mi primer día en casa de mi tía Bella, mis padres están de viaje y ella vive en casa de la señora Madam Criss, mi tía trabaja  para ella, es su criada. La casa es enorme, decido ponerme a jugar en el jardín, he encontrado una losa enorme y antigua, parece egipcia. Madam Criss se acercó a , como yo estaba jugando encima de ella me a reñido, me ha dicho que es muy vieja y me podría caer. Así que me quité de ahí y ahora estoy aquí, sentada en esta cama tan blandita.

Kleyn y yo nos miramos, llaman a la puerta y guardo el diario, antes de abrir le pido a Kleyn que se marche, era bastante tarde, cuando abro me encuentro a Yeik. Kleyn sale de la habitación enfadado con la visita de él y se marcha. Yo me quedo callada, pero de nuevo, Yeik se acerca a mi oído, me dice unas palabras que logro entender a la perfección, son tan impactantes que mi corazón da un vuelco.

Primera ImpresiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora