Capítulo 2: Las pesadillas, mis manos...tu recuerdo

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Habían transcurrido exactamente 5 días desde la exposición en Londres, la cual quería borrar de su cabeza. Esperó que Jennie comenzara el viaje para ir por sus cosas...ambas vivían en el mismo edificio, en departamentos contiguos unidos por una puerta interior, esto había servido durante años para mantener las apariencias, tenían una vida juntas...vida que ya no estaba.

–Lili, ¿qué más debo dejar afuera?, recuerda que nadie ajeno a tú vida y a la de Jennie...perdón.....puede ingresar.

–No, no, no te preocupes Chu, es inevitable nombrarla estando acá...sólo me llevaré parte de mi ropa, lienzos en blanco y algunas fotografías...lo demás se quedará acá con ella

–Tranquila Liz, no llores...vamos, es momento de cerrar antes que comiencen las preguntas. Avise que estarías de viaje por trabajo.


El día que llegó de Londres, canceló todas sus apariciones públicas, las exposiciones. Pidió retirar todas sus pinturas de las galerías, dejó congelados sus contratos con las marcas que trabajaba. Eliminó sus redes sociales...sentía miedo
Estaba oculta en casa de Jisoo, pero hasta el contacto con ella era incomodo. Sus abuelos estaban destrozados, no sabían que hacer para ayudar a su pequeña. Lisa necesitaba alejarse. Ya casi ni dormía, las pesadillas acechaban cada noche, el ruido de los autos la hacía temblar, sentía las miradas de todos, ellos sabían quién era...pero ella...ni siquiera podía recordar lo feliz que había sido.
Se fue, un vuelo privado la llevó a una propiedad de los Manoban en Malasia, el destino era Teluk Duyung, una playa alejada de la vorágine de las grandes ciudades. Pero lo suficientemente accesible como para saber de ella. Había personal de confianza que mantenía cubiertas las necesidades y la seguridad de la tailandesa e informados a sus abuelos.
Se paseaba en aquella casa durante el día y por la noche, no podía dormir, apenas comía. Su piel estaba pálida y no sonreía.
Ya habían pasado 6 meses desde la última vez que vio sus pinceles.

Sin aviso, llegó su amiga. Los primeros 2 meses la visitaba de manera periódica, pero luego debía cumplir sus contratos y hacía mucho que no la había visto, ahora por fin la tenía a su lado.

–Mi pequeña Liz, ¿cómo estás?

–Bien Jichu, estoy bien... ¿Cómo has estado? ¿Muchas presentaciones?

Las preguntas eran planas, sólo miraba abajo. La dejó continuar en esa posición, no quería obligarla a nada. Sentía el dolor. Estaba inquieta, no quería que Liz supiera todo lo que estaba sucediendo fuera de ese lugar. Jennie y Rosie llevaban 6 meses de gira, meses en lo que apenas se dirigían la palabra...Rosie se limitaba a hacer su trabajo y volver al hotel. Jennie por su parte, cumplía una agenda agotadora, conciertos, entrevistas y por orden de sus marcas debía salir con chicos asignados para esa labor.
Las redes sociales después de la desaparición de ella explotaron, ¿Dónde estaba la artista? Fue horrible, tenía a la prensa encima todo el día, Rosé no quería más cámaras, se escondía todo el tiempo y Jennie...Jennie la oír el nombre de Lisa sólo apretaba sus puños y terminaba las entrevistas.
Tenía tantas ganas de verla sonreír otra vez...divagaba en sus pensamientos cuando la mano de su amiga tomó la suya, estaba fría, con heridas y un mal vendaje.


–Liz, que le pasa a tus manos, por qué están así. –aguantaba su llanto estoicamente–

–Es...es que...siento tanto dolor acá –apuntaba su corazón–, que debe salir de mí y golpeo los muros...tengo tanta rabia que solo me detengo cuando siento correr la sangre por ellas...no sé qué hacer... y...sólo...destruyo las cosas –hizo una pausa larga– necesito ayuda Chu este dolor me está matando...ya no puedo más

La acuno y acariciaba su cabello –

–Saldrás de todo esto, te lo prometo...



LISA

–Constantemente despierto en medio de la noche. En la pesadilla me quedo en una galería gigante y todo se torna color azul, ese color me ahoga, abro los ojos y estoy sola en mi habitación e intento seguir durmiendo

–¿Cuántas veces logras dormir después de ese sueño?

–Sabina, la sesión anterior fue hace 4 días ¿verdad?

–Asintió

–Sí, sólo he dormido por el día, la noche me aterra...

–Lisa, hace 3 meses que comenzamos con tu terapia, puedo saber y tener claro muchas cosas sobre ti, pero es el momento que sea Lalisa Manoban quien me cuente lo que pasa, esto te ayudará sólo si te lo permites. Debe salir de alguna manera ese dolor que sientes, no puedes seguir así, con tus manos destrozadas. Sí quieres golpear, entrena, golpea una saco de arena con guantes, los muros y los muebles no tienen la culpa de lo que te está sucediendo

–Es que. no sé qué hacer, he intentado sacarla de mi...pero no puedo dejarla ir –lloraba con dolor, su mano en el pecho apretaba su cadena– no había llorado hace...demasiado tiempo

–Tranquila, está bien. Debes llorar, dime, a quien no puedes dejar ir

–A Nini...

–Lisa, el día de hoy hemos avanzado más que en los meses anteriores, te dejaré una tarea. Debes anotar antes de ir a la cama los sentimientos que te provoca la noche y en otra hoja lo que te daría calma. Si no quieres escribir puedes dibujar y nos veremos en 3 días, ¿estás de acuerdo?

–Sí, está bien. Pe...pero quiero saber si este amor que está en todo mi ser algún día dejará de doler

–El amor no es un sentimiento que produzca dolor, lo que duele es el desamor, la decepción, la ignorancia, el miedo, eso hace una gran diferencia << está bajando sus defensas, pensó y decidió volver a tomar asiento>>, realmente ¿te duele el amor o es el amor que se aferra a ti, el que te mantiene aún de pie?

Levantó su cabeza, esa pregunta la dejo aturdida, ¿realmente su amor por Jennie era el que la mantenía viva?


–¿Estas bien Lisa?

–Es que pensaba en que responder, pero sólo tengo imágenes, como fotografías de años atrás y mi corazón late con esa misma intensidad.

–¿Has intentado volver a pintar?

–Muchas veces, pero miro el lienzo en blanco y no veo nada más que eso

–Cuéntame, antes que pasara todo, ¿qué hacías diferente, que pasa que ahora no lo puedes hacer?

–Mmm, había días que despertaba con ideas, así que tomaba mi cuaderno de bocetos, trataba de ordenarlas y dibujaba. otras veces, mientras salía a dar vueltas por la ciudad en mi moto, debía detenerme donde fuese, las ideas llegaban solas –sonrió–

–Aún no me dices de donde nacen esas ideas

–Nini, es ella...sólo ella, por las mañanas despertaba a su lado. Cuando salía a dar vueltas, cosas me la recordaban especialmente sí estaba lejos...un avión, la música, el aire fresco de otoño, los árboles en primavera, el frio de invierno y el cielo azul de verano. Todo tenía algo de ella, porque hice que ella fuera mi todo

–Así es Lisa, ella era todo porque siempre la viste en las cosas simples; ella es tú todo aún, pero has dejado de ver esa simpleza en la cotidianidad, dejaste que ganara el desamor. Te parece si también me cuentas la próxima sesión que pasó entre ustedes. Podemos de esta manera llegar al inicio de todo. Nos vemos la próxima semana

–Gracias, pediré que te acompañen a la salida.


Después de dejar a su psiquiatra, pensó en todo lo que le había dicho, por fin estaba menos pesada, sentía que encontraba respuestas... –¿ella siempre las había tenido? Sonrió nuevamente–, luego de unas horas cenó sola y en silencio. Tomó su cuaderno y comenzó a escribir lo que la noche le hacía sentir.
–La noche...que difícil es ahora enumerar lo que siento pensaba en voz alta– Me asustan las pesadillas, no me gusta la sensación de soledad y de estar vulnerable, no quiero cerrar los ojos porque sé que al abrirlos no estará a mi lado, eso duele; en cambio si no lo hago sé que no está y ella no aparecerá en mis sueños
Recordó una sus pesadillas. Sentía que la perseguían pero no podía continuar, la desesperación la apresaba. Lograba avanzar con esfuerzo, encontraba un auto y manejaba a toda velocidad. Siempre terminaba cayendo a un acantilado, donde al final está el mar profundo, pero este sueño, era diferente. Cada vez que terminaba en aquella caída, al tocar el agua aparecía un aroma familiar rodeando su cuerpo y dejaba de sentir miedo. Esto nunca se lo había mencionado a Sabina, sentía que ya era demasiado con sus otras pesadillas como para sumar una más.

Preguntas era lo que tenía ahora, antes de esta tarea jamás pensaba en lo que provocaba su ansiedad al dormir. Meditaba en la calma que Jennie le daba al descansar, el beso de buenas noches, la llamada cuando estaban lejos, hacer el amor después de estar separadas. Finalmente la seguridad, entonces, la calma y tranquilidad se resumía a un sentimiento...amor, amar y sentirse amada. Buscó entre sus cosas un pequeño lienzo, dejo trazos que tomaron forma de un pequeño gatito jugando sobre un árbol de cerezo en flor. Sintió que era primavera, cerró sus ojos, volvió a sentir paz. Quizás era el momento de intentar retomar sus pinturas sin importar nada. No serían igual que antes. Tenía en su memoria cada detalle de ella.

El último concierto de Jennie Kim  -JenLisa Gip-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora