Capítulo 4: Correr o correr

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—Sabina, hola, adelante, eres muy puntual

—Lalisa, así es, siempre a la hora. Qué bueno verte mejor, ¿Cómo has dormido?, dime mientras me acomodo para tomar mis notas

—He dormido más de lo que pensaba, aún tengo pesadillas, pero puedo seguir durmiendo luego de despertar

—Eso es un gran avance, y la tarea que debías realizar, ¿crees que te ha ayudado a dormir mejor?

—La verdad, sí. No sé exactamente lo que paso, pero sí sé que no siento tanta presión en mi pecho

—Lisa, la tarea sirve para que puedas organizar un poco tus ideas, sentimientos, sensaciones que, al igual que una ovillo de hilo están enredados y de apoco has ido desarmando esos nudos –sonrió de manera cálida–. La mayoría de las veces intentamos arreglar todo de inmediato, pero sólo logramos anudar más las hebras. ¿Quieres que revisemos lo que escribiste?

—Sí, pero además te quiero mostrar algo, lo pinté la misma noche que empecé a escribir. Sé que no es mi mejor obra, pero fue lo que vi en este pequeño lienzo

—¡Qué bien!, pero seguiremos el orden en que realizaste las tareas, ¿ok?

—Bueno, primero escribí lo que me producía la noche


Leyó lo que había detallado hace 4 días atrás, y terminó con lo que necesitaba para dormir tranquila. Sabina la escuchaba y tomaba notas. La paciente preguntó


—¿Y todo esto que significa?

—Aclaremos algo, en este caso tú tienes los significados y las respuestas que tanto ansias, medios liados, pero los tienes. Te daré las herramientas para que juntas vamos armando todo y de esta manera llegar al inicio de la hebra, como te lo mencioné. Cuéntame del cuadro, quiero oír todo por favor, no guardes nada que me daré cuenta –guiño


Miraba bien a la mujer, pensaba en lo hermosa que debió ser cuando joven, tenía unos bellos ojos verdes y las arrugas cerca de ellos los hacían percibir más intensos. Es muy inteligente


—Al comienzo sólo eran trazos, lo que poco a poco tomaron forma. Nini, bueno su nombre es Jennie...Jennie Kim

—Disculpa que te interrumpa, ¿pero ella es la cantante?, Lalisa, no tengas miedo. Quiero que sepas que puedes confiar plenamente en mí, por sobre todo soy tú psiquiatra y lo que hablemos quedará entre nosotras

—Gracias. Sí Sabina es ella. Desde el primer día que la conocí, le llamé Nini y ya van a ser 12 años. Tiene unos hermosos ojos como el de los felinos, pero más parecidos a un gatito.
Luego de pensar en mis miedos, me di cuenta, que sentir su amor fue siempre la fuerza que me ayudó a enfrentar muchas cosas. Lo que me dijiste sobre que era todo para mi aún, admito que me dio rabia.
Desde que nos separamos sólo quería sacarla de mi vida a costa de lo que fuera, incluso de mi salud. No sé si está bien lo que diré, no quiero que se vaya, quiero que ambas estemos bien ya sea juntas o separadas. Debo aprender a entender que si ella era mi seguridad, fue el resultado de que Jennie también se sintiera así a mi lado. Dejé todo por ella, eso pensaba, ahora no estoy segura de que fuera así. Más bien dejé todo para ella, ¿me entiendes verdad?

—Claro que sí, continúa por favor

—Finalmente el cuadro lo hice de mis memorias, de recuerdos que tienen olor, color y muchas sensaciones

—¿Qué me puedes decir del árbol?

—Es uno de mis favoritos, especialmente cuando florece. Me gusta esa época del año. Cada vez que podía, mejor dicho podíamos íbamos a Japón. Cerca del Palacio Imperial de Tokio, ¿lo conoces?

—Sí, es realmente hermoso

—Así es, nos escapábamos en abril, y bueno, era especial, por eso también lo diseñe como parte del escenario de sus conciertos.

—Siento seguridad en tus palabras y un gran detalle, no has bajado la mirada, tus manos están quietas y cicatrizando. Has comenzado a conectarte nuevamente de manera positiva con esos recuerdos

—Tienes razón, no tengo ese dolor que me acompañó durante tantos meses. Me siento feliz de lo que he logrado.

—¿Entonces que sientes con ese recuerdo?

—Mmm...calidez, tranquilidad, el aroma me recuerda a Jen riendo. Puedo sentir su mano acariciando mi mejilla –suspiró desde lo más profundo de su ser


—Se supone que te debería decir muchas cosas referente a la individualidad y la importancia que tiene en la vida del ser humano, sabes algo, los pacientes tienden a repetir patrones, me explico. Existe un eje central desde el cual salen diferentes ramificaciones, en su mayoría tienen el mismo comienzo y llegamos a las mismas conclusiones; pero tú Lalisa has salido de todos mis parámetros. Me gustaría que fuéramos más atrás en el tiempo. Me podrías contar un poco de tu historia con ella. Necesito entender algo. Lo que sientes por Jennie es realmente único, es amor en todas sus expresiones. Por eso quiero que te puedas entender y perdonar, sobre todo lo último.
El amor o lo que creemos de él como terapeutas, correspondería a una emoción extremadamente compleja, porque involucra muchísimas sensaciones y puede o no perdurar en el tiempo. Al oír tus palabras y ver tú avance en estos meses, puedo decir que tú realmente la amas. Es esta intensidad la que te llevó al borde del abismo pero también la que te salvo de caer

—No, sé que decir, quizás sea por mi historia, pero de lo único que estoy segura que siempre la amaré, y no sé si sea ella con quien quiera compartir mi vida



Recuerdos

Algo de mi


En ese tiempo tenía 17 años y desde siempre sentí que mi lugar no era el que todos llaman hogar. Si no hubiera sido por mis hermanos que a pesar de todo los amaba, la vida hubiera sido un infierno más grande. No quería estudiar para ser abogada y menos tener que casarme con un hombre que no amara. Todo se fue sumando y me transformé en una niña tímida e insegura, que jamás se sintió amada.
Pertenecía a una de las grandes familias adineradas de Tailandia. Motivo por el cual no se podían permitir tener una hija "diferente".
Mientras preparaba mis cosas para ir a clases el primer día, escuche una conversación telefónica de mi padrastro


—¿Está todo listo para la operación de Lalisa? Perfecto, gracias


Chitthip mi madre, habló


—Ya es hora debemos llevarla antes de que salga de casa



Con esas últimas palabras, corrí a mi cuarto, saque un par de cosas, mi dinero y en cuestión de segundos ya estaba afuera, sola sin saber que hacer. Resonaba en mi cabeza, la operación Esta seria definitiva para mi cuerpo, cambiaria lo que era y lo que sería.

Pensé por un momento...debía escapar. Tomé mis pocas pertenencias y me fui rumbo al aeropuerto. Algunas cosas eran fáciles para la hija de millonarios. Nadie cuestionó ni preguntó nada cuando aborde el avión rumbo a Seúl. Aquel viaje hasta ese momento fue el más largo de mi vida y el más solitario.

Cuando llegué a la ciudad, tomé un taxi a casa de mis abuelos paternos, de quienes llevó su apellido. Mi padre había muerto en un trágico accidente. Era hijo único, lo que destrozó a la familia. Después de casi 40 min, por fin llegaba. Al entrar justo en el jardín estaba mi abuela, que me vio llegar, pequeña, con mucho miedo y una tristeza que encogió su corazón.

¡Abuela!


—¡Por dios Lili mi amor, ¿qué pasa?!, déjame abrazarte por favor, hija. Marco apresúrate, Lili esta acá.

—Pero...pero mi sol

—Perdón, perdón

—Hija que pasa, tranquila, dame tus manos. Mi amor por favor que te ocurre, ¿estás sola? Dónde está tú madre.

—Es que me escape de casa, ya no puedo más.

—Estaba seguro que esto pasaría, conozco muy bien a esa mujer

—Mi amor, no es el momento.

—Tranquila Lili, te cargare como cuando eras pequeña. Acá estarás bien, y no dejaremos que nadie te lleve nuevamente de nuestro lado

—Es que...es que...ellos me iban a llevar para que me operaran y me sacaran mi...

—No es necesario que digas nada más mi cielo. Ahora ven con nosotros, come algo que tu viaje fue largo. Dejaremos las cosas en tu habitación y descansaras, luego saldremos de compras...y no todo será fácil. Con Marco iremos a hablar a tu nuevo instituto, no queremos que pierdas el año que recién comienza.


Esa misma noche fue el final


Llamada

—¡Chitthip! Qué es lo que te pasa con la niña, llegó hasta Seúl muy mal.
Mil veces les dijimos que nosotros nos haríamos cargo de ella, como se lo prometimos a nuestro hijo, pero tú maldito esposo y tú insistieron en llevársela de nuestro lado. Arruinaste sus cortos 17 años. Has hecho de ella un ser absolutamente triste, no se ama y su inseguridad nos parte el alma. El día de hoy fue fue horrible. No sabes cuanto lloramos con Malee al ver a Liz comprando ropa. No sabía si era correcto usar pantalones, si debía llevar ciertos colores, ¡por dios! Por primera vez se compró bóxer, porque tú, ¡maldita sea! no la dejabas usarlos y la obligabas a poner en su cuerpo esas diminutas tangas que las deben usar las niñas.

Te lo diré una sola vez, no quiero volver a ver tu cara en mi vida. Así como fuiste con nuestra nieta seremos contigo. Si tú o tu esposo hacen el menor intento de hablar o acercarse a Lili, verán lo rápido que sus negocios se van a la quiebra. Espero que esto te quede claro. Olvídate de nosotros y quédate con tu perfecta familia. Se que BamBam y Yuna no tienen la culpa de tenerlos como padres. Serán siempre mis dos nietos y son bienvenidos en mi casa. Espero que con ellos no sean una decepción

[No te preocupes Marco, Lisa se puede quedar con ustedes, la verdad es que no nos importa.]

Fin de llamada


—Te prometo Malee, por sobre todas las cosas, que haremos feliz a Lili, y esperare con ansias que sus bellos ojos avellana nuevamente brillen.

El último concierto de Jennie Kim  -JenLisa Gip-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora