LA ESPERA

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LIBRO UNO

He vuelto a despertar y sigo aquí, la conciencia va y viene y con cada vez siento que no volveré a abrir los ojos y sin embargo lo hago. Los sonidos de la noche se han reanudado, supongo que se han acostumbrado a mi presencia. Ya no me duele nada, curiosamente siento el cuerpo lejano, liviano como si no fuera algo mío. Y frío. A pesar de la cálida noche siento frío, la grava bajo mío ya casi no puede absorber la sangre que se acumula a mi alrededor como una masa viscosa y oscura. A la luz de la luna parece alquitrán...y no estoy sola. Puedo sentirlos a mi alrededor atraídos por el olor de la carne expuesta y la sangre que continúa derramándose. Pero por alguna extraña razón  no se muestran. Nada me gustaría más que uno de ellos se acercara y terminara con esto de una buena vez. Ya que yo no puedo hacerlo por mi misma. Tengo el cuerpo destrozado de los hombros hacia abajo. Estoy cansada.

Papa Oso solía decir que no había nada más solitario que nacer y morir, el resto del tiempo siempre encontrábamos buena compañía. Qué se hace en estos momentos, eh? ¿Un balance?¿ Una crítica evaluación de todo lo que has hecho bueno o malo? ¿Para que? ¿Acaso piensas arreglarlo ahora mismo cuando estás a punto de morirte sola aquí en mitad de la nada? Irías a suplicar perdón o pedir una segunda oportunidad de hacer las cosas como debiste hacerlo? O dar las gracias por todos los días maravillosos que has disfrutado aunque estabas demasiado ocupada con tu egoísmo como para darte cuenta?

Una extraña quietud me toma el pecho. Y mi boca se curva en una sonrisa, se siente casi como si estuviera conmigo. Como si sus brazos me rodearan. Ah, como quisiera que eso pasara. No hay sensación comparable a lo que me hace sentir cuando me abraza, es mi primer recuerdo de esta vida y será el último también.  

Mi hogar. El único lugar que he conocido y que no cambiaría por nada. Puedo ver sus maravillosos ojos verdes fijos en mi, su sonrisa que me llena de dicha. Su calor...

Ahora solo puedo valerme de mis recuerdos. Que ante la presencia de lo inevitable llegan a mí con una claridad sorprendente. Su nombre se escapa de mis labios en mi afán de hacerla más real, a medida que mi mente comienza a adentrarse cada vez más en esas imágenes. Mi tiempo aquí se ha terminado. No elegí como morir. Pero al menos podré elegir el modo...cierro los ojos para recordar. Para recordarlo todo.

Llegaron a mi casa una noche. Con sus autos negros y sus ropas igualmente negras, no sabía quienes eran pero mi padre si. Hubo gritos. Mucho ruido. Mucho...miedo. Nos llevaron al patio trasero de mi casa, con mi madre embarazada de mi futuro hermano. Y la hicieron arrodillarse en la tierra, un hombre de cabellos oscuros y ojos fríos hizo un gesto y mi madre fue ejecutada como se mata a los de nuestra clase. Con una espada en la parte posterior de la cabeza. Después de eso mi padre ya no tuvo deseos de continuar luchando, le suplicó al hombre por mi. Muchas veces. Y lloró. Jamás hasta ese día había visto a mi padre llorar.  

Y luego él también fue ejecutado.

El líder anunció que debía irse porque tenía un compromiso. Y dejó a sus hombres para que se ocuparan del...asunto pendiente. Así que me llevaron a rastras hasta la tierra y allí mismo, a escasos metros de donde yacía mi familia me sostuvieron a cada lado de un brazo y me hicieron inclinar la cabeza hacia adelante. La hoja estaba sucia con la sangre de mi padre y la de mi madre. Cerré los ojos esperando, entonces la vi. Llegó de la noche en silencio, con sus armas a la vista. Pasó entre ellos con la velocidad del viento  dejando un rastro de cuerpos tras de si. Ahora que lo pienso tal vez mi descripción suena algo infantil y hasta irreal pero lo cierto es que así fue. Así lo viví. Tal vez uno de ellos pudo ofrecer resistencia a su ataque, pero no sirvió de mucho. Una vez que todo acabó limpió sus espadas cortas hechas de plata con la ropa de uno de ellos y escupió sobre el suelo. Miró los cuerpos de mi familia y finalmente poso su mirada en mi. Pasaran años antes de que olvide su rostro y la expresión de su mirada.  

LAZOS DE SANGREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora