PUNTOS CIEGOS

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"Otra vez". Dijo con las manos y Jonn volvió a atacarla. Kara se recuperaba mucho más rápido y mucho mejor de lo que previmos. Lamentablemente su voz se había perdido, sus cuerdas vocales estaban irremediablemente destruidas. En un rapto de melancolía me había escrito "de que sirve un lobo que no puede aullar? Como me haré respetar entre mi gente si no puedo comunicarme..."

Pasaba horas practicando, fortaleciendo sus músculos y articulaciones exigiéndose al máximo. Hasta que no podía sostener la espada a causa del temblor de sus manos por el agotamiento.

Me recibió una noche. Esperaba en la bifurcación de la carretera que llevaba a la casa, y troto junto al coche hasta que me detuve. Pasó junto a mi camino a la puerta y me acarició la mejilla con una sonrisa. No era la primera vez que lo hacía y empezaba a convertirse en un hábito. Fuimos a la cocina, Kara se bebió casi dos litros de agua de un solo sorbo. Del bolsillo de su deportivo sacó una libreta y bolígrafo, aun no habíamos encontrado el modo de comunicarnos

y eso la tenía frustrada. En realidad a ambas, vagamente recordaba el timbre de su voz cuando era niña y ahora, no podré escucharla jamás.

-Te ves bien.-le comenté-

Algo así.

-Tus heridas sanan rápido.

Si. Ayer salí a cazar y me vino bien.

-Kara.-le reproché-Creí que fui clara al advertirte que no salieras. Por favor, no me hagas las cosas mas difíciles.

Por que no me lo dijiste.

Su pregunta encerraba varias preguntas en si misma. No quise tentar su humor preguntando a que se refería así que me incliné por lo más obvio.

-El que lo supieras no cambiaba nada las cosas. Eras muy pequeña, no quise darte más de lo que podías manejar.

Ahora comprendo muchas cosas.

-Le hice una promesa a tu padre. Desafortunadamente no pude proteger a tu madre y a Kal.

Gracias. Por todo.

-De nada.

Se paró frente a mi con esa sonrisa pícara, sus ojos brillaban. La diferencia de estatura no era mucha así que no me costaba mirarla. Su mano me tocó la mejilla y casi doy un salto de la impresión. Se acercó cada vez más dirigiendo su olfato por toda la parte superior de mi pecho y el cuello. El roce de su aliento me puso nerviosa, aunque sabía lo que estaba haciendo. Estaba memorizando mi olor, Jonn me había comentado que en ellos era un ritual importante. Ya que representaba un reconocimiento como miembro de su manada, y que ahora que ya había memorizado mi esencia no me olvidaría jamás. Sentí sus brazos alrededor de mi cintura y con un lento movimiento me pegó a ella, ahora su rostro se frotaba con suavidad por mi cuello y mandíbula primero de un lado y luego del otro. Luego de eso me hizo girar y colocó mis manos en el borde de la mesada en la cocina, soltó mi cabello de su broche e inició el mismo ritual con mis hombros, nuca y parte posterior del cuello. Su cuerpo estaba demasiado cerca del mío, tenía los brazos a mis costados como manteniéndome en mi sitio. Abrí la boca para dejar escapar el aliento, su mano retiró el cabello de mi hombro y me beso en la columna del cuello.

No...-dije sin mucha convicción-

No me hizo caso. Me besó otra vez.

-Kara, necesitamos hablar.-incliné mas la cabeza para darle mayor acceso-

Llevé la mano hacia atrás y la sujeté del pelo con firmeza, con los ojos cerrados busqué su boca y el beso llegó despacio, como pidiendo permiso, y se lo di. Y absolutamente todo en mi mundo cayó en su sitio, Kara me abrazó por la cintura sin cambiar de posición profundizando el beso y estuvimos asi un tiempo hasta que su urgencia, y la mía, me hizo girar para poder tenerla por completo. Rodeé su cuello con los brazos acercándola más, me apoyé en la mesa aceptando todo el peso de la mujer que tenía sobre mi experimentando por primera vez un deseo casi animal de tenerla conmigo así. Un deseo de posesión. El deseo se hizo urgente y doloroso, tenía el cuerpo rígido por la tensión y las manos errantes de mi compañera no me hacían las cosas más sencillas. La nítida sensación de su lengua entre mis pechos me hizo ver que ya me había desabotonado la camisa por completo e iba por mi ropa interior. Casi a riesgo de morir allí mismo detuve su avance.

LAZOS DE SANGREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora