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VIOLETA

Un viento frío habitual de abril sopla alrededor y agita el largo cabello negro de Violeta mientras se sienta en el tejado del gran edificio. Se está poniendo el sol en San Francisco y ella lo mira mientras tararea su canción favorita, la cual está escuchando en su nuevo iPod.

Por un momento aparta los ojos del sol y mira su iPod. Sacude la cabeza recordando cuando lo consiguió. No fue por su cumpleaños, no fue por Navidad, no fue un día en el que tú recibirías un regalo. Sus padres le compraron el iPod para hacerla sonreír y, por supuesto, sonrió. Pero no lo hizo de corazón. De todos modos, Violeta no era materialista.

Después de que le diagnosticaron leucemia dejó de encontrar alegría en los objetos. Ahora está en búsqueda de cosas bellas que ocurren en la naturaleza; plantas, puestas de sol, amaneceres, personas. Encuentra más alegría en las cosas que no puede comprar.

De manera que ese iPod la forzó a sonreír ya que no quería decepcionar a sus padres, pero no la hizo realmente feliz. No sintió la felicidad que quería sentir, la felicidad por la que se esfuerza hasta que su quimioterapia empiece, hasta que ella muera.

Violeta vuelve a mirar hacia arriba y ve cómo el sol está a punto de desaparecer tras otro rascacielos que se levanta desde el suelo. Su canción favorita llega lentamente a su fin y el sol se desvanece más y más. No puede esperar a que empiece el próximo día, la siguiente aventura por descubrir.

Violeta empieza a ver la vida como una aventura, nada más, ni nada menos. Piensa que no hay un propósito para la existencia de la raza humana. Cree que, simplemente, alguien quiso crear algo agradable, de manera que los humanos fueron creados -aunque los humanos están lejos de lo agradable- y esos humanos se supone que simplemente viven, disfrutan y aman. No hay nada más en la vida. La vida puede ser muy bonita si la ves como unas vacaciones y no como trabajo.

No tienes porqué hacer nada. Si no hacer nada te hace feliz, entonces no hagas nada. Si trabajar te hace feliz, entonces trabaja. Pero tu no tienes que hacer nada porque después se tratará de trabajar y no de disfrutar. Decir que tienes que escuchar a tu corazón, es realmente una cosa estúpida y, probablemente, pierde todo su significado hoy en día, pero es cierto.

Tan pronto como Violeta supo sobre su cáncer, les dijo a sus padres que quería dejar de ir al colegio. No hay ninguna razón para seguir yendo a la escuela porque aún hay cosas que no ha visto y la escuela solo la retiene de poder descubrirlas. Violeta no solía usar su cáncer como excusa para abandonar la escuela así que ella no tendría que volver allí porque realmente piensa que la idea de ir al colegio y tener una educación es asombrosa. Ella usó su cáncer como excusa de manera que pudiera ver mundo y es realmente triste que para hacer lo que a ella le apetecía primero tuviera que enfermar.

El sol todavía no se ha puesto completamente pero ya no lo puede ver más porque un rascacielos está en medio. Violeta se levanta y se cuelga la cámara en su cuello. Hoy, la puesta de sol no ha sido tan espectacular así que no ha hecho ninguna foto.

A Violeta le gusta fotografiar cosas bonitas. Es su hobby- aunque no su pasión. Ella ama el hecho de cómo un simple click puede capturar un momento de belleza y pueda mirarlo siempre y recordarlo, hasta que su "para siempre" llegue a su fin.

Con una sonrisa en su cara, abre la pesada puerta y baja las escaleras. Realmente no tiene permitido estar en el tejado pero su padre tiene las llaves porque es el conserje de un par de pisos de este inmenso edificio. Coge el ascensor para bajar a la primera planta y después sale fuera del edificio.

Desde este ángulo, San Francisco se parece a cualquier otra ciudad. Las calles están llenas de coches y taxis, la acera llena de gente, y las puertas de las tiendas se abren y se cierran cada cinco segundos. Desde este ángulo San Francisco parece cualquier otra atareada ciudad. Pero desde el punto de vista de un pájaro, si miras hacia abajo desde el tejado de un rascacielos, te das cuenta de que San Francisco es una ciudad única. Le encanta este contraste.

Está sonando una nueva canción y ella va tarareándola silenciosamente. Sus manos descansan en la cámara mientras se para en el semáforo. Mientras tanto, espera a que la luz se ponga verde y observa a la gente que hay a su alrededor que esperan con ella. Algunos son mayores, otros jóvenes. Algunos están relajados, otros estresados. Y cada cara parece diferente, pero una de ellas despierta su interés.

Es la cara de un chico joven, no mucho más mayor que ella. Puede que tenga unos 20 años. Él se encuentra en la calle de enfrente y también espera a que la luz roja vuelva verde. Apenas puede ver su cara porque él está mirando sus pies. Pero sí ve su cabello marrón saliendo de una gorra negra. Una camiseta negra y unos pantalones se aferran a su cuerpo. Es fascinante cómo un chico puede verse tan atractivo en ropa y colores tan simples.

Rápidamente, ella vuelve a su cámara, la levanta y hace una veloz foto. Puede que no se vea muy profesional pero, después de todo, a ella le gusta capturar cosas bonitas y este chico lo es. No es solo el aspecto, también es su aura la cual ella puede sentir a través de la calle. Hay algo oscuro en él, algo triste que la está seduciendo.

Después de bajar su cámara, lo mira otra vez. Él sigue mirando hacia el suelo y mantiene su cabeza baja incluso cuando toda la gente empieza a cruzar la calle. Él pone un pie delante del otro y apenas levanta la mirada así que no va a pisar los pies de nadie. Violeta le mira con pavor mientras se cruzan y él ni siquiera nota su presencia.

Casi tropieza con alguien ya que va mirando al desconocido. Por un segundo tiene una vista de sus ojos. Un bonito verde musgo. Le hubiera encantado hacerle una foto a esos ojos pero sería raro, hasta para ella.

Así que cruza la calle sabiendo que no volverá a ver éste desconocido otra vez. Pero está bien, porque tiene una foto de él y va a colgarla en su pared. Será otra pieza en su collage de cosas bonitas.

Sin embargo lo que Violeta no sabe es que pronto lo volverá a ver en unas condiciones desgarradoras.

Limit (Harry Styles) *español*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora