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HARRY

El chico joven camina a través de las calles de San Francisco sin pensar. Ha empezado a amanecer y con cada minuto que pasa todo parece más sombrío, gris y aburrido. Los rostros de la gente que pasan por su lado son simplemente eso: rostros. No recuerda a ninguna de ellos porque todos le parecen ser el mismo. O tal vez no recuerda ninguno porque realmente no se toma la molestia de mirarlos. La mayoría del tiempo mantiene sus ojos fijos en els suelo, solo mirando hacia arriba de vez en cuando para asegurarse que no tropieza con alguien o se salta algún semáforo.

Que esté caminando solo por alrededor no tiene realmente ningún punto. Solamente quería alejarse de casa, de sus padres y de las cuatro paredes que tiene que llamar habitación. Odia su habitación a pesar de que es su propio refugio. Pero pasa tanto tiempo en ella que a veces necesita ver algo diferente, y dar un paseo por San Francisco parece una buena idea, aún cuando no le guste mucho la ciudad.

En realidad a Harry no le gusta nada realmente. A él no le gusta el día, la noche es aceptable pero no le gusta estar en la oscuridad. No le gusta estar solo pero odia estar alrededor de gente más aún. El conflicto en él es difícil de entender. Después de todo Harry -quien tiene que tratar con este conflicto cada día- tampoco lo entiende.

A veces desea que despertara y todo fuera bien. Que sus notas fueran buenas y así no suspendería básicamente todas sus clases. Permitiría a la gente hacerse amigo suyo y permitiría a los desconocidos hablar con él. Sonreiría y alomejor hasta reiría. Y volvería a ver el mundo de color.

Pero no importa lo mucho que quiera que pasen todas estas cosas, siempre cae en ese agujero del cual no se puede levantar y salir. Así que aquí está él con sus manos metidas en los bolsillos y sus ojos fijos en el suelo sucio. Harry está contento de que el sol casi haya desaparecido completamente porque eso quiere decir ha podido sobrevivir otras 24 horas sin suicidarse.

Se para en el semáforo con sus ojos aún fijos en el suelo. De vez en cuando sube la vista para comprobar si puede finalmente cruzar la calle. Suspirando se acomoda el gorro y vuelve a mirar arriba, pero sus ojos quedan pegados en una chica con una cámara. La está sosteniendo hacia arriba y el objetivo de la cámara está apuntando hacia él. Harry frunce el ceño y pronto vuelve a bajar la vista.

Después de unos pocos segundos mira hacia arriba para ver si la chica ha bajado su cámara, y lo hizo. Levanta un poco la cabeza para conseguir una mejor visión de ella.

Ella tiene el cabello negro y largo, y luce enmarañado y despeinado porque el viento lo está agitando. Casi parece lindo como ella intenta dominarlo todo el tiempo para que no vuele alrededor de su cara. La chica está escuchando música y Harry se pregunta qué tipo de música le debe gustar. ¿Pop? ¿Classic? ¿O inocentemente contradice su apariencia y secretamente escucha música punk?

Ella viste unos vaqueros y una camiseta blanca manga-larga con las mangas adornadas de encaje. Su piel es pálida y casi desea ser capaz de tener una mejor visión de su rostro. Incluso desde lejos puede reconocer una sonrisa en sus labios. Casi desea hacer que su sonrisa se convierten en risas pero eso es ridículo. Harry nunca la volverá a ver a parte de que no puede hacer reir a la gente. Está triste. No sabe cómo bromear. Demonios, ni siquiera él se ríe, así que ¿cómo se suponía que iba a hacer reír a una desconocida?

Harry baja los ojos otra vez porque teme que la chica le atrape mirándola. Pero su rostro fue el primero en destacar. Los rostros nunca le interesaron, la gente nunca le interesó. Pero ella es preciosa. Simplemente no puede dejar de mirarla.

Por una fracción de segundo alza la mirada para ver que el semáforo está en verde -finalmente puede cruzar la calle. Mantiene su mirada hacia abajo, mirando a sus pies, sólo prestando atención a no tropezar con otras personas. La chica pasa por su lado y él no se atreve a mirarla. Esta habría sido su oportunidad de ver sus ojos pero él no quiere. No puede permitirle fijar su imagen en su mente.

Harry de alguna manera lamenta verla. No quiere verla, para olvidar su cara porque ella le hace querer ir a dormir de modo que pueda volver a despertar por la mañana, pasear en la esperanza de volver a verla.

Este sentimiento, aparte de ser raro, no es muy familiar para él. Es muy diferente, ya que por lo general se siente vacío. Harry ni siquiera conoce a la chica, pero por alguna razón su belleza por sí sola parece llenar una pequeña parte de este agujero interior y por alguna razón le empieza a gustar este sentimiento.

Limit (Harry Styles) *español*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora