Oh, sole mio
Renjun se encontraba frente a él, pidiendo con una dulce sonrisa su frapuccino de fresa. Era su día libre y lo pasarían como solían hacerlo desde que se conocieron.
Juntos.
"Con leche de almendras, por favor", pensó y predijo.
"Con leche de almendras, por favor."
Lo miró a la vez que este tomaba su mano con delicadeza, con una delicadeza que lo electrizaba, como si esta fuera a romperse con el mínimo movimiento brusco.
Renjun siempre cuidaba muy bien de él y no entendía mucho el porqué. ¿Se debe a que es unos meses menor? Siempre pendiente a sus necesidades, consintiendo cada una de ellas.
Así era él y le gustaba. Renjun le gustaba.
Nunca supo cuándo, cómo o el porqué de los sucesos, solo sabe que pasó y se lo lleva en sus recuerdos. No entendía muy bien el sentimiento pero adoraba lo que causaba en él. Dependía de esa felicidad, del brillo de aquel.
"¿Todo bien, Sungie?"
Anhelaba poder confesar sus sentimientos, tener la valentía de pararse frente a él y detallarle el cómo su belleza indescifrable podría hipnotizarlo a tal manera de que su mundo solo rodeaba alrededor de él.
Solía escribir en un pequeño cuaderno arrugado y estropeado las mil y un emociones que lo hacía sentir. Algo tan secreto que nadie, ni el mismo recordaba escribir. Era un secreto de su corazón. Porque había veces en las que su corazón decía más que sus labios, en las que su mente guardaba más que un baúl y en las que alguien brillaba más que el mismísimo Sol.
"¿Jisung?"
Renjun estaba mirándolo preocupado. ¿Cuánto tiempo estuvo perdido en sus pensamientos? Lo suficiente como para preocuparlo.
"Perdón, ya regresé."
Sonrió. Una sonrisa que derretía más que el mismo Sol de verano. Una hermosa sonrisa que solo estaba dirigida a él. "No te me pierdas mucho", fue lo que dijo.
"¿Nos vamos?", preguntó Park, tendiéndole la mano.
No había pasado ni un segundo y sus manos ya se encontraban entrelazadas.
Habían agarrado una rara costumbre, que a los ojos ajenos era íntimo. A los meses de comenzar su amistad, Jun había tomado la confianza de sujetar la mano del menor. Obviamente, en un comienzo era demasiado incómodo, que se volvió poco a poco algo necesario para la vida de Jisung.
"¡Vamos!"
Caminaban mientras disfrutaban del clima del verano, bueno... al menos por parte del mayor. Pareciera que el Sol tomaba venganza de todas las veces en las que Jisung comparaba su brillo con el de Renjun, quien por obvias razones era el ganador.
Gruñó mientras reía su acompañante, sabiendo lo mucho que Park odiaba el Sol. Y es por ello mismo que Huang siempre ganaba en las comparaciones con el gran astro.
El Sol alumbraba, daba vida al día pero era sofocante y su brillo llegaba a ser molesto y peligroso para la humanidad. Sin embargo, Renjun alumbraba y daba vida a su día, no era sofocante ni peligroso, era tierno y delicado. No hacía daño a nadie que no sea su corazón, el cual enloquecía cada vez que lo tenía en frente.
Así eran sus días cuando estaba con él. Todo lleno de emociones tiernas y tímidas, silencios cómodos y risas de vergüenza, miradas que si fueran una bala agujereaban todo a su paso. Eran un complemente único, tanto que no había necesidad de más personas.

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oh, sole mio ⬦ rensung
Hayran Kurguel primer amor puede ser como el sol, ardiente y brillante, pero admirarlo mucho trae sus consecuencias. ㅤㅤ ㅤㅤ ㅤㅤ au ¡! capítulo único nct rensung 020923 ©pcoohrts