Los dioses observan desde lo alto a las demás razas y de este delicado equilibrio siempre fue respetado.
El imponente dios de los mares, Poseidón, siempre mantuvo su distancia de las demás divinidades. Sin embargo, su fría indiferencia se ve desafia...
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- poseidón... -
Los labios del chico se separaron suavemente de la frente de la chica, y sus miradas se encontraron. El dios del mar la miraba con calma y serenidad
- me acostumbre a soportarte - dijo con suavidad
Por un momento, el aire se cargó de una extraña tensión antes de que ella rompiera en una suave risa.
- ya di que me adoras - respondió con una pequeña sonrisa
Poseidón arqueó una ceja ante el comentario de ___. Sus labios se curvaron en una mueca apenas perceptible.
- Claro que no eres la peor de las calamidades que se han topado y han salido vivas- hizo una pausa, como si estuviera considerando sus palabras - eres lo suficientemente insoportable para que no me moleste lo suficiente -
La chica soltó una risa suave ante su respuesta.
-Me siento halagada por esas dulces palabras, oh gran dios del mar -
- No era un cumplido, mortal- dijo con un tono serio
Ella rió de nuevo.
- en el fondo soy tu favorita -
Poseidón dejó escapar un suspiro exagerado, como si la conversación lo agotara.
-A veces, mortal, tienes la capacidad de ser menos irritante de lo habitual - murmuró con una expresión indiferente, aunque sus ojos azules seguían centrándose en ella
-Eso es lo más cercano a un cumplido que he escuchado de ti...- respondió ___ con una pequeña sonrisa.
- No te acostumbres - advirtió Poseidón, dejando en claro que no estaba dispuesto a cambiar su actitud.
Ella se acercó con la intención de abrazarlo, pero él se alejó sutilmente, como si la cercanía lo incomodara. Sus ojos azules permanecieron fijos en ella
- No lo hagas, mortal - advirtió con voz tranquila pero firme. - No somos amigos, y este momento de... "cercanía" es solo un capricho del destino.
La chica asintió, aunque una pizca de decepción se reflejó en sus ojos.
- Perdón...- Sus palabras salieron como un susurro, sintiendo cómo la incomodidad crecía en el ambiente.
Ella era consciente de que el dios del mar no era alguien que se dejara llevar por el afecto humano.
Poseidón la observó en silencio
- Mhh, eres tan molesta... Realmente me arrepentiré de esto algún día - el chico murmuró con resignación
Poseidón se acercó a ella, reduciendo la distancia que había mantenido con tanta firmeza. Los ojos azules del dios del mar parecían buscar algo en los de ella por la forma en la que la miraba
