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. . . (Holap, recuerden tomar agua y comer o sino momo les jala las patas <3)
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Los primeros rayos del sol se filtraban por la ventana de la habitación de Iván, llenando el espacio con una suave luz dorada. Se despertó con una nueva determinación, consciente de que tenía un reto monumental frente a La Velada, aún quedaban 6 meses así que tenía tiempo para poder prepararse y demostrar que el era mejor que el "falso mexicano".
Se levantó de la cama emocionado. Se miró en el espejo y empezó a arreglarse un poco el cabello, bajo a comer y luego se preparó para ir al gimnasio ya que Carre seguía dormido.
Martín, su entrenador personal, lo esperaba en el gimnasio. Spreen llegó puntualmente, su mente enfocada en su objetivo. Martín lo saludó con una sonrisa y lo guió a través de su programa de entrenamiento. Levantamiento de pesas, ejercicios, entrenamiento de resistencia: no había descanso para Spreen, pero cada esfuerzo era un paso más cerca de su objetivo. El había hecho una apuesta muy importante con su oponente ayer la cual no deseaba perder.
-Flashback-
—mi chat dice que deberíamos poner un castigo para el perdedor, ¿que piensas Sprin?— cuestionó Juan entre risas mientras miraba hacia su chat y la llamada de discord con su amigo.
—Uh dale, chat digan ideas— Spreen miro hacia su chat viendo las respuestas que pasaban rápidamente hasta que pudo leer una de ellas —"el perdedor debe usar durante 24 horas una camisa con el rostro del ganador"— dijo leyendo.
—Vavava, igual te voy a ganar pendejo— río seguro de que el sería el vencedor de aquella pelea.
—Juan Granizo, ¿por que no te vas a la mierda y te dedicas a otra cosa?— dijo entre risas haciendo referencia a su tiradera.
—¿What the fuck amigo?—
-Fin del flashback-
Los primeros días en el gimnasio dejaron a Spreen exhausto, pero también experimentó una sensación de logro mientras el tiempo pasaba. Aunque aún a pesar del cansancio, se sentía más vivo que nunca.
Un día, en una sesión de entrenamiento, Spreen decidió hacer un steam desde el gimnasio. Con su cámara en mano, compartió con su audiencia su progreso y entrenamientos. Dando posiblemente mucho material para edits. Todos en el chat se encontraban emocionados por La Velada y se emocionaban aún más al ver como Spreen entrenaba fuertemente aunque también los comentarios de "ufff" no faltaron aunque a Iván solamente le daban risa y los llamaba "pelotudos".
Spreen sonrió con gratitud mientras leía los mensajes de sus amigos y seguidores. Notó que Carre mencionó que planeaban reunirse para almorzar esa semana. Una mezcla de emociones lo recorrió. Por un lado, estaba emocionado por pasar tiempo juntos, pero por otro, una pequeña chispa de inseguridad se encendió en su interior.
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El fin de semana siguiente, todos decidieron pasar una tarde juntos en la casa de Tomas. Las risas resonaban en el aire mientras compartían anécdotas, se desafiaban en videojuegos y disfrutaban de la compañía del otro. Sin embargo, a medida que avanzaba la tarde, Spreen comenzó a notar pequeños gestos entre Rodri y Robleis que lo hicieron sentir incómodo.
Carre siempre era muy empalagoso con todos pero es día se había alejado mas de el para concentrarse en dar esas muestras de afecto a Rob. Desde el día en que dijo que Tomas debía decirle algo y el salió a encontrarse con el, había estado actuando demasiado extraño. Spreen no pudo evitar sentir una punzada en su pecho al ver esto. Trató de mantener una actitud relajada y una sonrisa en su rostro, pero su interior era un torbellino de emociones. Observaba cómo Robleis y Carre se reían juntos y compartían momentos, y una sensación de exclusión lo inundaba. Aunque sabía que no debía sentirse así ya que ellos solo son amigos pero aún así no podía evitar pensar demasiado en aquellos coqueteos de broma que sucedían entre sus amigos.
A pesar de sus esfuerzos por ocultar sus sentimientos, Spreen no podía evitar que una pregunta se repitiera en su mente ¿había algo más entre Rodrigo y Tomas? Pensaba temeroso. Cada vez que veía una interacción entre ellos, sentía una mezcla de ansiedad y confusión. No quería arruinar la dinámica del grupo, pero sus emociones eran difíciles de ignorar.
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Esa noche, mientras se recostaba en su cama, el pelinegro se encontró luchando con sus pensamientos. Sabía que los celos eran irracionales, pero no podía evitar sentirse así. Cerró los ojos y se recordó a sí mismo su propósito y su entrenamiento. Se aferró a la promesa de superar sus miedos y concentrarse en su meta.
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Los días siguieron su curso, y Raúl continuó entrenando con determinación. Cada gota de sudor, cada esfuerzo, era una expresión de su compromiso. Mientras tanto, Carre también estaba lidiando con sus propios pensamientos y sentimientos. Aunque no lo mencionaba a nadie, no podía evitar pensar en la conexión especial que compartía con...
El tiempo avanzaba, y con cada día que pasaba, la fecha de "La Velada del Año" se acercaba más. Spreen y Carre continuaban cada uno en su mundo con sus emociones. Solo faltaba ya 1 mes.
