Jungkook estaba en medio de una reunión importante de negocios en un salón. Había explicado uno de sus nuevos proyectos frente a varios inversores y muchos de ellos parecían interesados en aportar el capital necesario para el desarrollo. Eso lo hizo muy feliz, pues fue algo en lo que estuvo trabajando arduamente durante semanas.
Conversaba animado con un conocido chaebol, un hombre entrado en años con empresas en el rubro de la metalurgia, cuando lo sintió de golpe.
Fue una sensación sorpresiva, como una fuerte patada en el estómago, que le robó el aliento por unos segundos. Se cuerpo se dobló a la mitad y se le escapó la copa de champán que sostenía en una mano, estampándose en el suelo con un ruido que llamó la atención de los allí presentes.
–¿Se encuentra bien? –le preguntó el anciano, preocupado.
El dolor desapareció tan pronto como llegó, dejando a Jungkook aturdido y confundido. Volvió a respirar de forma apresurada, recomponiendo su expresión. Se enderezó y sacudió su traje gris de tres piezas, salpicado de champán.
–Estoy bien –tranquilizó al hombre, mientras tres camareros se apresuraban a limpiar el suelo y ofrecerle su ayuda–. Discúlpeme, necesito un segundo.
Se apartó del anciano, recobrando su espacio personal. Sacó el teléfono celular de su bolsillo y, sin pensarlo demasiado, terminó marcando el número de Jimin. Tenía la corazonada de que algo no iba bien y aquel malestar casi siempre se relacionaba con el pequeño omega.
Estaba acostumbrado a que Minnie jalara del vínculo temporal por capricho cada vez que quería verle. Creyó que quizás tenía algo que ver con aquel episodio. ¿Le habría ocurrido algo a Jimin?
Los tonos se sucedieron hasta que su llamada fue enviada directamente al contestador. Aquello le pareció raro. Park siempre contestaba las llamadas. Tenía su teléfono encima todo el tiempo respondiendo mensajes de sus clientes. Lo intentó dos veces más y el resultado fue el mismo: buzón de voz.
Marcó el número de Namjoon, impaciente. Salió del salón de reunión y se desajustó la corbata. El calor subió por su cuerpo, junto con una repentina ansiedad por no dar con Jimin.
–Señor –respondió su chofer del otro lado.
–Deja mi auto en la recepción y rastrea el número de Jimin.
La línea se colgó del otro lado. Para entonces, Kook ya había confirmado sus peores sospechas: Jimin estaba en peligro.
La sangre había formado un charco a su alrededor y estaba en proceso de coagulación.
Su cuerpo yacía de lado, agonizante, con un lateral de su rostro en contacto con el suelo. Estaba entumecido, sentía frío en las extremidades y no podía moverse. Su visión era borrosa, no sabía si a causa de los golpes, la inflamación en sus pómulos o las lágrimas que brotaban sin parar.
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Esclavo del Placer ║ Kookmin (Omegaverse)
Fanfiction||Si vas a compartir tu cuerpo con alguien, que sea con tu alfa.|| La vida del omega Park Jimin da un giro tras la muerte de su hermano Yoongi. Envuelto en deudas imposibles de pagar y a punto de perder la casa de su familia, decide prostituirse par...