El departamento de Jungkook le brindaba a Jimin comodidad y contención, además del aroma tranquilizador de su alfa, por eso es que permaneció en él un par de días tras el altercado con Sehun. En parte también le dio miedo que el alfa tomara represalias, pero su destinado le aseguró que Namjoon se había encargado de eso y que ya no supondría un problema.
Lo que más le gustaba al joven omega era hacerse cargo del hogar, aunque Jungkook haya sido insistente con dejarlo todo en manos de la mucama que iba tres veces a la semana a limpiar y preparar la comida. Le dejaba una cierta satisfacción ser alabado por la comida que preparaba, ser felicitado por lo aseado que lucía el departamento y por lo diligente que era a la hora de servir. No iba a negar que cuando lavaba y planchaba la ropa de Jungkook usaba esa ventaja para refregarse en ella, marcándola con su olor y estableciendo su territorio ante los demás omegas que se le cruzaran en el trabajo.
El alfa tomaba aquello como un enorme avance en su relación, pues llevar encima la esencia de su omega significaba algo serio. Más allá de un cortejo, implicaba ya una relación establecida.
Así es que le dejaba que hiciera cuanto quisiera. Colaboraba sin ser descubierto para no ser reprendido y con eso minimizaba la carga de Jimin, además de sorprenderlo ciertas mañanas al despertarlo con el desayuno preparado. Le nacía tener esos detalles por su naturaleza caballerosa. Quería hacerlo sentir a gusto con su presencia y mimarlo para que su lobo fuera consentido de la misma forma que el lado humano, buscando en secreto la aprobación de ambos.
La pareja desayunaba sobre la barra de la cocina durante cierta mañana. Jungkook lucía enfocado en su celular contestando mensajes importantes que le llegaron desde la empresa y Jimin no podía estar más disgustado por ello.
Notó que cada vez necesitaba más la atención del alfa, tenerlo pululando cerca, y se enfurruñaba cuando no la obtenía. Incluso se encerraba en el cuarto que compartían y pasaba más tiempo dentro del nido acomodando las prendas de ambos y remarcando su aroma en ellas. No comprendía del todo el porqué del cambio en su conducta, atribuyéndolo al hecho de tener por fin un compañero y al temor de perderlo por sus inseguridades, pero no podría estar más equivocado.
–¿Estás haciendo pucheros otra vez? –Jungkook le llamó la atención, dejando a un lado el teléfono y apurando lo último que le quedaba de café en su taza.
Jimin se hizo el desentendido, acomodando los pliegues de la enorme camisa que no era suya y que le cubría hasta los muslos. Hizo girar de lado a lado la banqueta en la que se sentaba, impulsándose con los pies en un gesto nervioso.
–No estoy haciendo pucheros –dictaminó.
–¿Ah no?
–Sólo estoy moviendo los labios.
–Pues podrías mover esos labios tan bonitos que tienes sobre los míos –ofreció el alfa con una sonrisa descarada, a lo que las mejillas del omega adquirieron el mismo tono que su cabello.
–No es justo –se quejó el menor en un suspiro.
–¿Por qué no?
–Porque los besos me hacen lubricar y entonces querré tener tu nudo dentro de mí.
Aquella declaración despreocupada encendió el pecho de Jungkook.
La intimidad entre ellos se había vuelto moneda corriente, bajo la seguridad de los condones. Disfrutaban a menudo del placer de sentirse, de tocarse y fundirse uno en la piel del otro, logrando la enorme satisfacción de conocerse a un nivel mucho más allá de lo físico. La conexión entre destinados los había vuelto más atentos a las necesidades contrarias, abiertos al diálogo y a sentimientos propios de pertenencia, celos y enamoramiento.
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Esclavo del Placer ║ Kookmin (Omegaverse)
Hayran Kurgu||Si vas a compartir tu cuerpo con alguien, que sea con tu alfa.|| La vida del omega Park Jimin da un giro tras la muerte de su hermano Yoongi. Envuelto en deudas imposibles de pagar y a punto de perder la casa de su familia, decide prostituirse par...