Entre Miradas y Secretos #1

Capítulo 08: "Conversaciones Cargadas de Tensión"

Stella, después de recibir el mensaje de Alan, decidió darle una oportunidad y bajar a hablar con él, a pesar de las advertencias de sus amigas. Aunque Alan había demostrado ser un chico complicado, algo en su actitud la intrigaba.

Mientras se preparaba para salir, se preguntó sobre las intenciones de Alan. ¿Por qué quería hablar en persona? La conversación por mensajes parecía suficiente para resolver cualquier asunto. A pesar de sus dudas, decidió darle una oportunidad.

Cuando Stella llegó a casa de Alan, su mente seguía dando vueltas a la pregunta de si debía arreglarse para él. Optó por un vestido negro ajustado y cómodo, que combinó con unas converse negras básicas. Se alisó el pelo, sintiéndose un poco coqueta, aunque intentó convencerse de que solo lo hacía por ella misma.

Al bajar las escaleras, le dijo a su madre que se reuniría con una amiga, omitiendo el hecho de que iba a encontrarse con Alan, ya que su madre no la dejaría salir con chicos. Aunque ni ella misma estaba segura de la naturaleza de su relación con Alan, prefería evitar explicaciones innecesarias.

Cuando Stella llegó a la casa de Alan y llamó al timbre, él fue quien abrió la puerta. Stella notó una expresión extraña en su rostro, como si algo lo estuviera perturbando.

Alan's pov — Ostia, joder. —

Stella's pov — ¿Qué pasa? —

Alan's pov — Nada, nada, son cosas mías. —

Stella's pov — Mmm... vale, ¿cuándo sales? —

Alan's pov — Ahora. —

Cerró la puerta detrás de él y miró a Stella de arriba abajo, lo que la hizo sentir un poco incómoda.

Stella's pov — Y bueno... ¿qué era eso que querías hablarme? —

Alan's pov — Hoy por la mañana no contestaste a lo que te dije, y en serio, necesito saberlo. —

Stella's pov — ¿En el baño? —

Alan's pov — Exactamente. —

Stella's pov — De eso no tengo nada que hablar. —

Alan's pov — Sí, me tienes que decir qué sentiste. —

Stella's pov — ¿Sentir de qué? Eres el más pesado de la clase, estás todo el día persiguiéndome pero no me aguantas, me odias, pero a veces la verdad parece que no. —

Alan's pov — A ver, yo... te odio a ratos, pero otras veces... —

Stella's pov — ¿Otras veces...? —

Alan's pov — No sé cómo explicarlo. —

Stella's pov — ¿Me estás diciendo que te gusto? —

Alan's pov — ¿Qué? No, no, ¿cómo me vas a gustar? Solo me gusta hablarte, me pareces interesante. —

Stella's pov — Vale. —

Alan's pov — Haber... yo antes, hace unos días o semanas, no te conocía bien, pero, ahora me has parecido interesante, pero me sigues cayendo mal, tranquila. —

Stella's pov — Tú también me sigues cayendo mal, tranquilo. —

Alan's pov — Eso es todo lo que te quería decir, pero... ¿tú qué sientes? —

Stella's pov — Yo siento que sigues siendo un gilipollas, y eso no va a cambiar. —

Alan's pov — Pues yo siento que te encanto. — Le miró profundamente a los ojos.

Stella's pov — Sí, sí, seguro, flipado. —

Alan's pov — Haber... para un rato que hemos hablado... mira cómo te has arreglado para mí. —

Stella's pov — No insinúes cosas, me he arreglado para mí, no me gusta verme fea. Además, ¿cómo me he arreglado? —

Alan's pov — Pues estás preciosa. —

Stella's pov — Bueno, me tengo que ir ya. — Dijo nerviosa.

Alan's pov — ¿Y esas prisas? ¿Por qué no te quedas un rato conmigo, ya que te has arreglado? —

Stella's pov — No, no, te veo mañana en clase. —

Alan's pov — Vale, lo que quieras. Adiós. —

Stella caminó de vuelta a casa, llena de confusión. No sabía si Alan estaba tratando de insinuar algo más con sus comentarios sobre su apariencia y sus sentimientos. A medida que avanzaba por la calle, no pudo evitar cuestionarse lo que realmente estaba pasando entre ellos y si su relación podría volverse aún más complicada en el futuro.