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Vi a un fornido soldado en la sala de espera del aeropuerto mirando su celular. Se veía demasiado bien con esa polera negra pegada al cuerpo, sus pantalones azules y ese gorro en la cabeza le daba un toque muy sexy, sumando su portero digno de un soldado.

Ser Ruso no ayudaba mucho al río de saliva que se acumulaba en mi boca.

Por instinto acomode mi ropa y me acerque al Alfa.

Debió ser mi feromonas, ya que a pocos pasos de la entrada, él ya me había visto.

Tomo sus maletas y con una gran sonrisa en su rostro.

- Antoshka, amor mío.- Dijo mi soldado acercándose a mi y abrir sus brazos. Sin dudar ni por un segundo me acerque a él y acepte su abrazo.

- James.- Murmure escondiendo mi rostro en su pecho, inhale su aroma y por unos segundos estuve en paz, me sentía seguro y amado. Unas finas lagrimas bajaban por mis mejillas y me aferre aun mas a mi Alfa.

No quería que se fuera.

- Aquí estoy, cariño.- Se separo unos cuantos centímetros y beso mi frente con cariño, bajo e hizo el mismo gesto en la punta de mi nariz, y finalmente dio una suave caricia a mis labios. Ese tierno gesto hizo que mi corazón diera un vuelco de alegría y amor.- Ya no llores, Antoshka, me tienes en tu brazos ahora y te prometo que no pienso dejar Estados Unidos si no es contigo. 

Y mi sonrisa fue la mas puro que había tenido en mi vida.

Aunque una nube negra aparecía en mi mente que poco a poco tomaba forma, era Steve y su lunática forma que tenia por protegerme.

Escapar de él fue complicado, no quiero imaginarme que hará cuando se entere que salí del país.

Pero confiare en mi Alfa.

Aun si esto nos costase la vida.

- Ah~, J-James.- Gemí en su oído al sentir golpear muy fuerte en mi interior, James daba estocadas certeras en mi próstata y dejaba mordidas en mi cuello, lejos de dolerme hacia que me excitaba de sobremanera. Mis piernas daban ligeros temblores y tenia que dar un gran esfuerzo por mantenerlas envueltas en su cadera.

- Dios Tony~.- Gimió.- Eres tan perfecto para mi, me complaces tan bien~.

- S-si, ¡si!, solo a ti...¡Mgh~!

Sus estocadas eran aun mas rápidas y en unos cuantos movimientos de caderas más, yo había terminado en mi vientre. Mi interior se había apretado por el reciente orgasmo y mi cabeza había terminado en mi almohada junto con una respiración agitada. James se había detenido por unos breves segundo y, con su increíble fuerza, logro que terminara encima de él.

 Gemí ruidosamente al sentir su miembro aun mas profundo de lo que estaba antes y eso hizo que una sonrisa en mi Alfa apareciera.

- Aun no acabo, Antoshka, así que se un buen Omega y complace a tu Alfa.

Dios, ahora mismo podía competir con un tomate por las palabras de James. ¡Y se sentía bien!

Si los reencuentros eran así, entonces no me molestare en irme por unas cuantas horas y volver para tener un sesión tan caliente como la que teníamos ahora.

Me apoye en su firme pecho y las manos de James tomaron mis caderas con firmeza, me calenté aun mas al pensar que en las siguientes horas sus manos estarían marcadas en esas zonas.

Comencé a dar leves saltos para acomodarme mejor y de vez en cuando apretaba mi interior para escuchar los graves gruñidos y gemidos que soltaba James.

En un inesperado movimiento, las caderas de mi Alfa se elevaron justo en el momento en que yo bajaba, y podía jurar que mis gemidos se habían escuchado en toda la planta del hotel.

- Vamos a hacer muchos cachorros, Ugh~.- Gimió siguiendo con los desenfrenados movimientos, yo solamente podía saltar en su pene y gemir en cada punto dulce que tocaba su miembro. Mi mente solamente podía gritar cosas afirmativas a cada palabra que salía.

- ¡Ah~!, ¡s-si!, todos los que quieras~.

Por qué yo existía solamente para James Barnes, mi Alfa.

El Alfa de Tony |Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora