Capítulo 29: En la ocultación

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Publicado 29/03/2014

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Después de que un querido crítico me preguntó bastante bien y por segunda vez para reconsiderar las etiquetas, cambié la etiqueta Romance por el momento hasta que el romance gane importancia. No cambia lo que he escrito o publicado, solo significa que algún tiempo después volveré a la configuración anterior.

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Esta es una obra de ficción, basada en la serie de libros de J.K. Rowling. Ni reclamo la propiedad ni tengo la intención de hacerlo.

Capítulo veintinueve – En Ocultación

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Con un Pop tranquilo! Harry apareció en los escalones de la casa de Sirius que se había convertido en la de Harry solo un año antes. Como siempre, todavía tenía su presencia oscura y inminente, pero serviría a su propósito lo suficientemente bien. Solo un puñado de personas podía ingresar hasta donde él sabía, y casi todos estaban de su lado.

Se agachó con pocos problemas. Nada estaba fuera de servicio por lo que Harry podía ver, sin embargo, todavía escuchaba atentamente el silencio por cualquier signo de otras personas, o cuerpos. No pasó nada. De la mano avanzó por el pasillo oscuro. Cerca de la cocina, se sentó en el suelo y esperó a que sucediera lo que fuera. Que estaba pasando? ¿Cuánto tiempo le tomaría a Moody informar a todos? Y entonces, ¿qué podrían hacer? Una vez que tuvieran una fuerza lo suficientemente grande como para regresar a la casa de vacaciones de Harry, los Death Eaters se habrían ido hace mucho tiempo. Y Harry sabía que no esperarían.

No, Voldemort no querría esperar después de un intento fallido. Entonces, ¿qué haría él? ¿Venganza, seguramente, pero contra quién? No había sido la Orden la que había causado el nuevo fracaso, sino la incompetencia de los Mortífagos. ¿Cómo lo vería Voldemort? Bueno, desde su punto de vista, había sido engañado por dos adultos jóvenes, incluso había sido ridiculizado. ¿Quizás iría tras Greengrass? Sonaba razonable. Harry sabía que debería haberla mantenido cerca. Pero entonces, ¿a dónde debería haberla llevado? ¿Al lugar Grimmauld? ¿A Greengrass Manor? ¿La madriguera? Y había una idea de la duda. ¿Podría confiar en ella? Quizás ella había tratado de venderlo.

No, Voldemort no la vería como la mente maestra detrás de su fuga, decidió Harry. Lo vería como un delito personal de Harry, de su único enemigo que se había deslizado repetidamente por la red. Entonces, Voldemort intentaría todo lo posible para llegar a Harry. Eso solo dejó las dudas sobre la confiabilidad de Greengrass.

Pero este ataque... Harry se preguntó al respecto. Con todo, Voldemort había tenido a mucha de su gente con él, pero seguramente no a todos. Entonces, ¿dónde había estado el resto? En alguna otra misión, por supuesto, que significó un ataque contra numerosos objetivos en todo el país. ¿Habían tenido éxito los Mortífagos en otro lugar? ¿Y por qué no podían haber esperado un día? Harry se sintió demasiado cansado para pensar demasiado en ello, pero se obligó a mantener los ojos abiertos. Un día perdido para sus preparativos de guerra, un ataque personal contra sí mismo.

¿Quién lo había entregado? Dudaba que cualquiera de sus amigos y aliados lo hubiera traicionado, al menos no de buena gana. Harry repasó a todos los que podía recordar haber visto en la fiesta e intentó unirlos con la figura que había visto. Harry decidió ignorar a sus aliados por el momento. Por ejemplo, Neville preferiría morir antes que unir fuerzas con Bellatrix Lestrange, quien le había quitado a sus padres, pero no podía estar tan seguro del lado de Greengrass, y ahí era donde sospechaba un traidor. Se sintió mejor sabiendo que había habido uno. Se sintió mejor asumir una traición en lugar de un descuido de su parte.

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